26º Domingo Ordinario. Mc 9,38-43.45.47-48/ Núm 11,25-29/ St 5,1-6
Hacer el bien es lo que importa
1- Los lugares de sufrimiento humano. Deberían
ser los sitios de encuentro de todas las personas de buena voluntad, que se
dedican a aliviar el dolor de los crucificados del mundo. En esta tarea
deberían estar presentes todos los hombres y mujeres de bien, sin distinción de
razas ni credos.
- Todos deberíamos poder decir algo semejante a esto: “Me siento orgulloso por dedicarme a desclavar a los crucificados de la vida. No llevo cuenta a cuántas personas he bajado de la cruz, pero ésta es una de mis tareas principales”.
2- Números 11,25-29. Este pasaje nos habla de Eldad y Meldad, dos
ancianos que no habían sido elegidos para profetizar. Sin embargo, el Espíritu
se posó sobre ellos y se pusieron a profetizar, lo cual le molestó al arrogante
Josué, que, inmediatamente, le pide a Moisés que les prohíba profetizar.
3-
Marcos
9,38-43. Algo parecido hemos
escuchado en el evangelio: “Uno que no
era de los nuestros” expulsaba demonios (hacía el bien), lo cual molesta a
aquel grupo arrogante y con pretensiones de poder, que eran los doce. Sin embargo, Jesús no se siente molesto por
estas cosas: “No se lo impidáis, porque
el que no está contra nosotros, es de los nuestros”.
4- El monopolio de lo divino. No es buen deportista quien no aplaude una
buena jugada cuando la realiza otro equipo.
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Hay políticos que aplastan al que se permite
discrepar de lo que ellos piensan. Seguramente, la disciplina de partido es un
valor. Pero, lo es más la verdad. Y nadie la posee entera.
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Ese problema se hace mucho más serio cuando se
da entre personas religiosas. Debemos alegrarnos del bien que hacen en la
Iglesia grupos que no piensan como nosotros.
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He sido testigo, alguna vez, de riñas muy serias
entre familias. Al menos, una de ellas se conducía por este criterio: todo lo que dicen y hacen los míos está
bien. Lo que dicen y hacen los otros está mal.
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Una cosa nos debe preocupar: el sufrimiento de
las personas. Una tarea extraordinaria es empeñarnos en aliviarlo. Cada vez que
alguien alivia un dolor suyo o ajeno, la humanidad avanza.
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Nadie tiene el monopolio de la verdad y de lo
divino. Debemos ser confiados en la capacidad de hacer el bien de las personas.
Debemos ser abiertos como Jesús, no cerrados como los apóstoles.
5-
Marcos
9,42. “Al
que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le
valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojaran al
mar”.
- La vida de Jesús tuvo fuertes componentes de
“escándalo”. Jesús escandalizó a muchos de sus contemporáneos al violar el
descanso sabático, al afirmar que el hombre es más importante que el
templo y criticar duramente a los líderes religiosos de su pueblo, al
comer con los pecadores y publicanos y presentar una nueva imagen de un
Dios que ama a los hombres por encima de sus méritos…
- Por eso, Jesús dice: “Dichosos los que no se escandalizan de mí”.
- Claro que el evangelio habla de otro tipo de escándalos.
¿Quiénes
escandalizan, según Jesús? Para Jesús,
el escándalo de los pequeños consiste en
la ambición de los discípulos (9, 34).
- Las expresiones de condena contra el escándalo están tomadas del A. T., especialmente de Isaías (66,24: “Cuando salgan, verán los cadáveres de los que se rebelaron contra mí. El gusano que los roe no morirá, el fuego que los devora no se apagará; todos quedarán horrorizados al verlos”). Son las expresiones corrientes usadas en Israel para expresar la perdición. Deben usarse, por tanto, como símbolos plásticos del rechazo de Dios, no como descripciones del más allá.
6- Marcos 9,43-48. Las tres sentencias de estos versículos se refieren a tres
dimensiones de la ambición, que
escandalizan a los pequeños.
- Las acciones
(“Si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela”). El evangelio
menciona, sobre todo, los escándalos religiosos, es decir, todo aquello que
puede desviar o alejar de la fe a los “pequeñuelos
que creen”.
- La dirección
de las acciones, el modo de proceder “(Pie: caminar / “Si tu pie es ocasión de pecado para ti,
córtatelo”). A esto se refiere el testimonio de un joven que afirmaba
en la televisión que él perseguía un
solo objetivo: aumentar su fama por todos los medios.
- Los deseos
(“Si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo”). Un hombre que
puso un negocio en un país latinoamericano, decía: He tenido suerte, vivo bien con el negocio. Los pobres, que
trabajan para mí por muy poco, han tenido mala suerte. Pero yo vivo muy
satisfecho.
- La fe es un bien que nadie puede destruir o poner en peligro, impunemente. Por eso, hay que estar alerta para evitar los motivos de tropiezo que provienen del interior de cada uno: de la voluntad incontrolada de dominio (aludida en las imágenes de la mano y el pie) o de los malos deseos y proyectos egoístas (evocados con la imagen del ojo). Está en juego el destino último del hombre, y hay que tomar las decisiones precisas, por muy dolorosas que sean.
7- Los escándalos y los estímulos de hoy.
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Escándalos.
Los escándalos más serios que los humanos damos a los maltratados por la vida,
son los de la indiferencia y la falta de
amor.
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Cuando alguien se interesa por estos excluidos
de la sociedad nos sentimos ennoblecidos. Hace poco, en la prensa salió la
noticia de Gloria Iglesias, azafata, que vive con 11 toxicómanos en su propia
casa de acogida. Y decía: “Nadie nos
quería de vecinos. Ni siquiera la Iglesia. Me disgusté mucho, porque soy muy
creyente”.
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Estímulos.
Estos estímulos provienen de los aspectos más nobles del corazón humano: perdón, acogida, ternura y ayuda
al prójimo.
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Reportaje periodístico en la 5ª conmemoración
del 11-S: imagen fotográfica radiante de la joven Silvia San Pío, de Madrid,
casada el 2000 y que trabajaba con su marido en el piso 92 de la torre norte
del World Trade Center de Nueva York. Su padre manifiesta que “nunca ha sentido odio por los terroristas.
Los terroristas no saben lo que hacen”.
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¿Eres
un estímulo por tu estilo de vida?