Mc 10,35-45/ Is 53,10-11/ Hb 4,14-16
¿Iglesia de poder o Iglesia de servicio?
1- El poder jerárquico. En el mundo
político está muy bien señalado el orden
en el que los jefes ejercen su poder: primero, el Presidente de la nación;
segundo, el Vicepresidente, etc.
- También en la Iglesia este orden está muy fijado:
la autoridad máxima es el Papa. Luego, le sigue el Secretario de Estado,
etc.
- Estamos acostumbrados a ver con buenos ojos esta
distribución del poder en la autoridad. Parece que con ello se garantiza
el orden y el buen funcionamiento.
- Se diría que Jesús da el visto bueno a esta
realidad, pero con una condición: con
tal de que el jefe, el que más poder tiene, se convierta en el mayor servidor.
- Con ello, Jesús, invierte radicalmente el estado de las cosas, y podemos
deducir que el mejor gobernante, el
mejor papa es el más dispuesto a servir a sus semejantes.
2-
Marcos
10,35-37. “Santiago
y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: Maestro,
queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte. Jesús les preguntó: ¿Qué
queréis que haga por vosotros? Ellos le contestaron: Concédenos sentarnos uno a
tu derecha y otro a tu izquierda en tu gloria”.
·
Los dos discípulos Juan y Santiago
no andan con remilgos. Como la cosa más natural del mundo, le piden a Jesús dos
escaños parlamentarios, y no dos cualesquiera, sino algo así como las dos
primeras carteras del próximo gobierno de Cristo.
·
En el texto paralelo de Mateo 20,20-28, es la madre
de los Zebedeos la que hace la petición a favor de sus dos hijos. Este
evangelista, dándose cuenta de la gravedad del caso, quiere de esta manera
suavizar su efecto.
· Estos discípulos están necesitados de
conversión, pero apenas han tenido tiempo para hacerlo. Todos ellos aparecerán
después de Pentecostés transformados por la acción del Espíritu y volcados en
servir a sus hermanos.
3-
Marcos
10,38-40. “No sabéis lo que pedís.
¿Podéis beber la copa de amargura que yo he de beber, o ser bautizados con el
bautismo con que yo voy a ser bautizado? Ellos le respondieron: Sí, podemos.
Jesús entonces les dijo: Beberéis la copa que yo he de beber y seréis
bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado. Pero el sentarse a
mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para
quienes está reservado.
·
A estos dos Zebedeos ambiciosos responde Jesús
mostrándoles que no se dan cuenta del alcance de su petición. Porque deberán
cumplir antes unos requisitos bien extraños: deberán beber la copa y ser
bautizados con el bautismo de Jesús, es decir, deberán estar dispuestos a
soportar tribulación y muerte por seguirle.
·
La vara de medir que propone Jesús para los
puestos de honor, era inimaginable entonces para estos dos discípulos, y tenía
que ver con su capacidad de entrega y sufrimiento.
·
Beberéis
la copa que he de beber. Alusión al martirio de ambos hermanos. Tenemos
datos sólo de Santiago por Hch
12,1-2: “El rey Herodes inició una
persecución contra algunos miembros de la Iglesia y mandó ejecutar a Santiago, hermano de Juan”. Sobre Juan, se cree
hoy que el discípulo al que Jesús amaba del 4º evangelio no fue el hijo de
Zebedeo (cf. Jn 21,22s).
4-
Marcos
10,41. “Los otros diez, al oír
aquello, se indignaron contra Santiago
y Juan.
·
La postura de los otros diez no es mucho más
elegante que la de los dos discípulos y se indignan contra Santiago
y Juan. Es como si se preguntaran: Para nosotros, ¿qué queda?
·
Está patente que los doce tienen aires de
grandeza y de poder. Jesús deberá emplearse a fondo para ir, pacientemente
educándoles en la entrega y el servicio, que después de todas sus enseñanzas
parecen haber caído en saco roto.
5-
Marcos
10,42-45. “Jesús los llamó y les
dijo: Sabéis que los que figuran como
jefes de las naciones las gobiernan tiránicamente y que sus magnates las
oprimen. No ha de ser así entre vosotros. El que quiera ser grande entre
vosotros que sea vuestro servidor”…
·
Después del hecho de vida ocurrido a raíz de la
petición de los Zebedeos, Jesús les da ahora una catequesis. Les propone la revolución
del servicio. En el mundo prevalece el dominio de los magnates sobre sus
súbditos. “Entre vosotros, les dice
Jesús, que sea al revés: que los que
gobiernan, sirvan como los que más”.
·
El camino que conduce a la gloria no es el
poder; es el servicio, es el amor. Si hay rangos en el reino de Dios, el
primero lo ocuparán los que más se hayan distinguido por su servicio, no por su
poder. Esto, que decirlo no cuesta nada, resulta muy dificultoso en la práctica,
pues el poder, la ambición y el dominio son instintos fuertemente arraigados en
el corazón humano y tienen una gran capacidad de corrupción.
·
Así pues, el ideal de la Comunidad cristiana es
que cada uno se haga servidor de los demás.
·
Esta catequesis acaba con la referencia a Jesús,
modelo de servicio y entrega de vida. Es, sin duda, el evangelista Marcos quien
pone estas palabras en boca del Maestro, después de haber experimentado cómo
había sido su vida: “Pues tampoco el Hijo
del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate
por todos” (V.45).
6- Domund. “Nada humano me es ajeno”. Son palabras del ilustre comediógrafo
latino Terencio,que vivió en el siglo II a. C.
·
Más de 200.000 personas mayores viven solas en
Madrid. Este problema no me es ajeno.
·
Millones de jóvenes en nuestra nación no pueden
acceder a la compra de un piso. Tampoco
esto me es ajeno.
·
Frecuentemente, se celebran entre nosotros
elecciones. Su resultado afectará a todos. Esto
no debe serme ajeno.
·
Algunos creen que la Iglesia católica española
tiene en frente una ofensiva laicista. Yo creo que lo que tiene es algo mucho
más serio: una enorme indiferencia religiosa. Un desprestigio social sin
equiparación en Europa. Una sociedad que no acepta ya su tutela moral. Un
descenso en picado de sus recursos humanos. Un problema de financiación
gravísimo a medio plazo. Todo esto afecta
a muchísimas personas y nada me es ajeno.
·
Día de Domund: día de tu compromiso. Pero, ¿qué
tipo de compromiso?
1- Compromiso humano. Surgido de nuestra
común condición de seres humanos, que tratan de extender y ofrecer a otros el
bienestar del que nosotros gozamos.
2- Compromiso cristiano. Es decir, el que
brota de nuestra condición de discípulos de Jesús de Nazaret, que se desvivió
hasta dar su vida por los pobres.
·
¿Cuál es nuestra postura en la vida? La ambición
humana está siempre a punto de explotar. El poder y la ambición es lo que
divide y corroe las relaciones humanas: lo mismo da que sean familiares,
políticas, económicas o eclesiásticas. El “aquí
yo soy el más fuerte” es algo que nos viene de nuestras etapas anteriores
en la evolución. Aunque somos humanos
y, se supone, que inteligentes, no hemos olvidado la ley de la selva.
·
Cristo
propone para los suyos la revolución del servicio. Solamente el amor y el servicio son capaces
de controlar y encauzar lo instintivo del ser humano. Solamente el servicio y
el amor crean relaciones de igualdad, de fraternidad, de hijos de Dios. Lo
demás son relaciones de poder. En unas relaciones de fuerza y poder, unos son y
otros no son, o son menos.
·
Entre
vosotros no puede ser así. El que quiera ser el mayor, ha de ser
vuestro servidor. Le demos las vueltas que le demos y busquemos argumentos
donde no los hay, la cosa es más que evidente. Tal vez, sea éste el secreto más
importante de la vida y el más ignorado: vivimos
intensamente la vida sólo cuando la regalamos. Sólo se puede vivir cuando se
hace vivir a otros.
·
Los
cristianos somos seguidores de alguien que ha dado la vida por los demás.
Esto no significa necesariamente que tendremos que sacrificar nuestra vida para
salvar la de otro, pero sí, que tenemos que entender nuestro vivir diario como
un servicio a los demás.
·
De manera que, si en la Iglesia hay una búsqueda
del poder (que la hay), si hay relaciones de poder (que las hay), entonces esa
Iglesia está muy lejos de ser lo que Cristo pensó y quiso para los suyos.
·
Los discípulos Santiago y Juan, los dos
protagonistas del evangelio de hoy, y también los otros diez, por la fuerza del
Espíritu de Pentecostés, aparecen ya “convertidos” en los Hechos. Han asumido
su función: servir como el Maestro
sirvió. Sus vidas fueron una entrega plena al servicio, para rescatar a
muchos, para liberarlos, precisamente, de esos mesianismos del poder, que son
“del mundo”, es decir, frutos del pecado.
·
Uno de los grandes logros del concilio Vaticano
II fue la de haber interpretado la autoridad en la Iglesia como servicio.
·
La comunidad política y la Iglesia son
independientes y autónomas. Ambos están, sin embargo, aunque por diverso
título, al servicio personal y social del hombre (GS 76).
·
Escribe R. Tagore: “Estaba durmiendo y soñé que la vida era alegría. Me desperté y vi que
la vida era servicio. Me puse a servir y experimenté que el servicio era
alegría”.
2-
TESTIMONIO DE
UN CREYENTE antes de su conversión: “Yo,
cuando era soltero y con dinero, era un señorito caprichoso, que me situaba en
el centro y ponía a todos a mi servicio: a mis padres, a mis hermanos y, en lo
que podía, a mis compañeros. Todos tenían que tenerme a punto la ropa, la
comida, el calzado… Pretendía que todo girara en torno a mí, con lo que,
naturalmente, hacía sufrir; y a veces sufría, porque “mis servidores” se
resistían a mis caprichos.
·
Un día
entré en la biblioteca municipal, cogí al azar un libro pequeño y lo abrí. Al leerlo, me golpeó
fuertemente el pasaje de hoy. Me empezó a interesar la persona de Jesús. Me
incorporé a un grupo cristiano de jóvenes ya maduros, que reflexionaban sobre
la Biblia. Me invitaron a una convivencia de fin de semana. Ahí se completó mi
cambio, el giro de mi espíritu.
·
Ahora, lo
que procuro es ponerme al servicio de los demás, estar pendiente de ellos, de
mi mujer, de mis familiares, de los otros compañeros de trabajo, de los
vecinos. Procuro serles útil y hacerlos felices. Y, con esto, yo mismo soy más
feliz y me encuentro mucho más centrado en la vida”.
3- CELEBRAMOS HOY EL DOMUND = El domingo mundial
de la propagación de le fe.
· Pocas instituciones religiosas pueden presentar
una falange tan numerosa de misioneros, esparcidos en las zonas más pobres del
planeta y con tan gran espíritu de servicio.
·
Ellos constituyen el orgullo de la Iglesia
católica. Ellos son fiel reflejo de que el evangelio no es letra muerta, sino letra
muy encarnada en sus vidas diarias de entrega a los más menesterosos de la
humanidad.
·
Con nuestra solidaridad nos hacemos
partícipes de su vida de entrega.
P. Pedro Olalde.