Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas


En 1715 se reunió en Madrid un grupo de 124 vascongados que decidieron fundar una Congregación con fines benéficos bajo la advocación de San Ignacio de Loyola. El Consejo de Castilla aprobó las Constituciones en 1718 y desde entonces la Congregación, y a lo largo de más de 300 años de historia ha continuado con su misión.

La Congregación tiene como sede la Iglesia de San Ignacio de Loyola, de Madrid, donde realiza sus actividades. Este blog es un canal de información dirigido a todos sus miembros y personas interesadas en conocerla más de cerca.


(Para visualizar correctamente este blog se recomienda tener instalado el navegador Google Chrome).

________________________________________________________________________________________________________________________________________

Unción de los Enfermos


La Unción de los Enfermos es uno de los 7 sacramentos, promulgado por el Apóstol Santiago: ¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, y que recen sobre él, después de ungirlo con óleo, en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo... (St 5,14-15).

  • La Unción de los Enfermos no es sólo el sacramento de quienes se encuentran en los últimos momentos de su vida. El tiempo oportuno para recibirlo empieza cuando el cristiano/a comienza a sentirse con limitaciones por enfermedad o por vejez.
  • Este sacramento se administra ungiendo en la frente y en las manos con aceite de oliva debidamente bendecido, y pronunciando estas palabras: Por esta santa Unción y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo. Amén. Para que libres de tus pecados, te conceda la salvación y te conforme en tu enfermedad. Amén.
  • Hay que decir, que, como sacramento, la Unción no es un rito mágico que produce efectos mágicos no se sabe cómo. No hay nada que suceda en la persona creyente sin que ella no lo desee, sin que no se disponga debidamente. Por eso, es una buena ocasión para desechar el mal y purificarse interiormente y desear sinceramente que el amor, el servicio y la solidaridad sean los compañeros de camino de uno. Pedir perdón al Señor de nuestros enemigos y faltas de amor siempre es positivo. También es momento propicio para hacer una confesión, que es ante todo, un encuentro gozoso con la misericordia y el amor de Dios.
  • Es también una gran ocasión para disponerse en la vida al gran Encuentro con Dios, que no debe por qué tener ningún matiz de miedo. Cuando vamos sintiendo que nos vamos acercando al fin de nuestra peregrinación por la tierra, es muy deseable que hagamos el mayor acto de confianza y de fe en el amor de nuestro Padre Dios, que nos ha creado por puro amor para hacernos partícipes de su Vida, aquí y en el más allá.
  • Así pues, estaría muy bien ir repitiendo frecuentemente los días precedentes a la ceremonia de la Unión: Creo en Tí, Padre Dios. Creo en tu Hijo Jesucristo y en el Espíritu de Dios, que habita en mí. Sé que un día tendré que dejar esta morada terrena para ir a tu encuentro. Creo que la enfermedad y la muerte son el camino para ir a tu encuentro pleno en tu reino de amor y felicidad sin fin. Gracias, mi Dios, porque sólo por tu amor infinito puede el ser humano esperar este final feliz.
Pedro Olalde, capellán.

IMPORTANTE

Conviene que las personas interesadas llamen al teléfono de la Congregación: 914297236. Si no hay nadie, dejar mensaje con el nombre indicando que es para la Unción de Enfermos. También podéis enviar correo electrónico a la dirección: administrador@rcsanignacio.e.telefonica.net.

Últimas Noticias

La Junta de Gobierno reunida el 18 de octubre acordó que, tras el fallecimiento de Pablo Beltrán de Heredia Iraurgui, Presidente de la Congregación, la presidencia será compartida hasta el próximo mes de mayo por los 3 Vicepresidentes: Carlos Hernández, José Amundarain y Cipriano García Vadillo.

Pablo Beltrán de Heredia Iraurgui ha sido un trabajador inagotable, de enorme dedicación y entrega a esta comunidad. La fuerza de tu espíritu siempre estará presente entre nosotros. Goian Bego.

Las actividades previstas para este mes de Noviembre son las siguientes:

Jueves 1 de noviembre: celebraremos la festividad de Todos los Santos. La misa de las 12.00 hrs. será celebrada por nuestro capellán Pedro Olalde en la Iglesia de San Ignacio.

Domingo 11 de noviembre: El Orfeón Vasco de Euskal Etxea de Madrid, acompañará la misa de 12.00 hrs. en la iglesia de San Ignacio de Loyola.

Domingo 18 de noviembre: tendrá lugar la Unción de los Enfermos dentro de la misa de las 12.00 hrs. y después de la homilía. Después pasamos a explicarla brevemente.

Domingo 25 de noviembre: el Orfeón Vasco de Euskal Etxea de Madrid acompañará la misa de 12.00 hrs. en la iglesia de San Ignacio de Loyola en recuerdo de Pablo Beltrán de Heredia Iraurgui.

ACTIVIDADES REALIZADAS

Han sido muchas las actividades realizadas desde fines de septiembre y durante octubre. Pasaron por nuestra iglesia de San Ignacio de Loyola la Coral Sine Nomine, la Coral Ekintza Abesbatza de Donostia y la Coral Emeki Korala de Markina-Xemein, así como el Orfeón Vasco de Euskal Etxea de Madrid. Eskerrik asko denori!

En septiembre y octubre tuvimos las misas por nuestros congregantes Vicente Larrea (16 de septiembre), Alberto Rezola Otaduy (23 de septiembre), Isidro Olano Menéndez (30 de septiembre) y Pedro Aguirregabiria "Peru" (7 de octubre).

El 14 de octubre y en la misa de las 12.00 hrs. tuvo lugar la misa funeral por Pablo Beltrán de Heredia acompañada por la Coral Ekintza y en la que no quisieron faltar el Orfeón Vasco de Euskal Etxea de Madrid, Fermín Pujol con su armónica y la dantzari Mónica Recio, quien bailó el aurresku de honor. Posteriormente la familia depositó sus cenizas en el Columbario situado en el interior de la propia iglesia, resultando un acto muy emotivo. Desde aquí queremos enviar un fuerte abrazo a Tuti y su familia.

El 29 de septiembre tuvo lugar la visita a las Edades del Hombre en el Santuario de San Salvador de Oña, acudiendo a la misma 40 personas. El viaje, aunque largo, mereció la pena. La visita fue guiada magníficamente y tanto la comida como el pequeño acto religioso resultaron muy entrañables.


Homilía de la Fiesta de Todos los Santos (1 de noviembre)


Mt 5,1-12a / Ap 7,2.9-14 / 1Jn 3,1-3 

                                               La santidad es nuestra meta

1-   Mateo 5,1-2. “Al ver Jesús las multitudes subió al monte, se sentó y se le acercaron sus discípulos. Él tomó la palabra y se puso a enseñarles así”:
·       Jesús va a ir señalando las pistas que conducen a la verdadera felicidad. No es ley ni código ni norma moral. Es Evangelio, anuncio gozoso de las condiciones para seguir a Jesús y ser discípulos creyentes.

2-      Mateo 5,3. “Dichosos los que eligen ser pobres, porque ésos tienen a Dios por rey”.
·        Las personas que cambian el proyecto de poseer por el de compartir lo que son y lo que tienen, son felices. Jesús interviene en sus vidas llenándolas de su abundancia.

3-   Mateo 5,4-5. “Dichosos los que están tristes, porque Dios los consolará. Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra”.
·        Cuando no se impone el propio bienestar, sino el deseo sincero y eficaz de compartir y ayudar a los demás, se elimina la causa de tantos sufrimientos originados por el egoísmo personal y social.
·        Así, la tierra se convierte en bien común para todos.

4-      Mateo 5,6. “Dichosos los que tienen hambre y sed de hacer la voluntad de Dios, porque Dios los saciará”.
·    “Corro a la fuente, deseo llegar a la fuente de agua viva, fuente en la que mi sed interna desea saciarse. Padezco sed en el destierro, sed en la carrera, pero no me saciaré sino a la llegada” (S. Agustín).

5-      Mateo 5,7. “Dichosos los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia”.
·        No se trata de misericordia como sentimiento, sino como actitud que, imitando a Dios, presta ayuda eficaz a quien lo necesite. A quien presta ayuda, Jesús promete recibirá ayuda.
·        Que a nadie le falte nada, que todo esté a disposición de todos.

6-      Mateo 5,8. Dichosos los que tienen un corazón limpio, porque ellos verán a Dios”.
·        Quien tiene corazón limpio piensa bien y desea el bien, confía y no juzga; es capaz de ver el misterio de las cosas, de las personas y, sobre todo, de Dios.
·        Él es una profunda y constante experiencia en su vida.

7-      Mateo 5,9. “Dichosos los que construyen la paz, porque Dios los llamará sus hijos”.
·     En una sociedad donde todos están dispuestos a prestar ayuda y compartir, y donde nadie tiene malas intenciones contra los demás, se realiza plenamente la justicia y se alcanza la felicidad para todos”.

8-      Mateo 5,10. “Dichosos los perseguidos por hacer la voluntad de Dios, porque de ellos es el reino de los cielos”.
·      La persecución es la consecuencia inevitable de la opción por el reinado de Dios. El verse perseguido es señal clara de haber entrado en el proyecto de Jesús, en el reino de Dios.
·        Quienes tienen que soportar la persecución son los que verdaderamente tienen a Dios por rey.

9-  Mateo 5,11-12. “Dichosos seréis cuando os injurien y os persigan y digan contra vosotros toda clase de calumnias por causa mía. Alegraos y regocijaos, porque será grande vuestra recompensa en los cielos, pues así persiguieron a los profetas anteriores a vosotros”.
·       Quien vive pacíficamente en armonía con el sistema establecido, tiene que preguntarse seriamente si ha entrado o no en el reino de Dios.
·       La persecución es promesa de felicidad
·     No cabe decir que el programa de las bienaventuranzas es una utopía irreal e imposible, antes de habernos puesto a practicarlo, aunque sea de forma incipiente. Lo importante es ponerse en marcha para experimentar que ese modo de organizarse la vida lleva consigo una felicidad que no es comparable a ninguna otra alegría.
                                        ----------------------------------------------

                                                            ¿Eres feliz?

·   Durante una elegante recepción de bienvenida al nuevo Director de Marketing de una importante compañía londinense, algunas de las esposas de los otros directores, que querían conocer a la esposa del festejado, le preguntaron con cierto morbo: “¿Te hace feliz tu esposo? ¿Verdaderamente te hace feliz?”
·      El esposo prestó atención a la respuesta, pues estaba seguro que diría que sí, ya que ella jamás se había quejado durante su matrimonio. Sin embargo, para sorpresa suya y de los demás, la esposa respondió con un rotundo: “No, no me hace feliz”.
·    En la sala se hizo un incómodo silencio como si todos los presentes hubieran escuchado la respuesta de la mujer. El marido estaba petrificado. No podía dar crédito a lo que su esposa decía, y menos en un momento tan importante para él.
·      Ante el asombro del marido y de todos, ella continuó:” No, él no me hace feliz….    Yo soy feliz. El hecho de que yo sea feliz o no, no depende de él, sino de mí. Yo soy la única persona de quien depende mi felicidad. Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera de otra persona, de otra cosa o circunstancia estaría en serios problemas.
·        Todo lo que existe en esta vida cambia continuamente: el ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, los placeres, etc. A través de toda mi vida he aprendido algo: Yo decido ser feliz y lo demás son “experiencias o circunstancias”, como ayudar, comprender, aceptar, escuchar, consolar, y junto a mi esposo, lo he vivido y practicado tantas veces…
·      La felicidad siempre se apoyará  en el verdadero perdón y en el amor a sí mismo y a los demás. No es responsabilidad de mi esposo hacerme feliz… Él también tiene sus “experiencias o circunstancias”. Lo amo y él me ama, muy a pesar de sus circunstancias y de las mías.
·        Él cambia, yo cambio, el entorno cambia, todo cambia; habiendo amor y perdón verdadero y observando esos cambios (que pueden ser fuertes o no, pero existen) hay que enfrentarlos con el amor que hay en cada uno de nosotros, si los dos nos amamos y nos perdonamos. Los cambios serán sólo“experiencias o circunstancias, que nos enriquecen y que nos darán fortaleza; de lo contrario, sólo habremos sido parejas de “paso”.
·   Para algunos, divorciarse es la única solución. En realidad, es la más fácil…. El amar verdaderamente es difícil, es dar amor y perdonar incondicionalmente, vivir, tomar las “experiencias o circunstancias” como son, enfrentarlas juntos y ser feliz por convencimiento.
·        Hay gente que dice: No puedo ser feliz, porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor, porque me insultaron, porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me valoró. Pero lo que no sabes es que puedes ser feliz aunque estés enfermo, aunque haga calor, tengas o no dinero, aunque alguien te haya insultado o alguien no te amó o no te haya valorado.
·        Ser feliz es una actitud ante la vida y cada uno decide. Ser feliz depende de ti”.

P. Pedro Olalde.

Homilía del 30º Domingo Ordinario (28 de octubre)


Mc 10,46-52/ Jr 31,7-9/ Hb 5,1-6              

                                              Bartimeo somos todos

1-      Los textos de los 3 últimos domingos hacían referencia a las tres tendencias que sostienen al ser humano: la del placer (matrimonio y divorcio), la del tener (riqueza: joven rico) y la del poder (petición de los Zebedeos).
  • En los tres casos, el evangelio ponía en boca de Jesús unas reflexiones importantes que nos indicaban cómo había que entenderlas y vivirlas “en cristiano”. La lección estaba bastante clara. Habría que preguntarse si los alumnos hemos estado atentos.
  • Claro que el cristiano podría preguntarse: “¿Y ahora, qué?” Pues bien, en ese contexto se sitúa el encuentro de Jesús con el ciego de Jericó.
  • En Jericó repostaban las caravanas antes de subir a Jerusalén. Desde allí los peregrinos emprendían un camino empinado y difícil. Y allí habían de decidirse los discípulos a seguir a Jesús hasta su último destino.

2-      Evangelio: pasaje simbólico. El pasaje de la curación del ciego Bartimeo no se puede interpretar literalmente, sino en clave simbólica. Es un relato catequético, que tiene mucho que ver con nosotros, porque Bartimeo somos todos. En realidad, vemos poco, porque estamos afectados de ceguera. Así pues, Bartimeo es el símbolo de la humanidad ciega, a la que Jesús quiere devolver la visión.
·        Nos resulta, particularmente simpático Bartimeo, el ciego sentado junto al camino. Buen tipo, en verdad. Original, imprevisible, incontrolable. Uno que no se resigna a su condición de enfermo, que salta las vallas y tira por el aire sus andrajos. Uno que coge al vuelo la gran ocasión, no la deja escapar, sin preocuparse del juicio de los demás. Él, aunque todavía no ve, se dirige, decididamente,  hacia el único que “es capaz de compadecerse de nuestras debilidades”, según la estupenda frase de la Carta a los Hebreos.
·        “Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: Hijo de David, ten compasión de mí”. Un grito que tiene el poder de parar el cortejo que avanza. “Jesús se detuvo y dijo: Llamadlo”. El ciego se interesa por Jesús, y el Maestro se interesa por sus problemas.
·        El pasaje del ciego Bartimeo sirve de enlace; precede en Marcos al relato de la pasión y está situado inmediatamente después de la petición de Santiago y Juan de ocupar los dos primeros puestos, al lado de Jesús. Y “no sabían lo que pedían”, porque estaban como ciegos. Necesitan ver claro el camino de la cruz y del servicio, y se les propone como modelo la curación del ciego Bartimeo. Mientras que los dos hermanos deseaban sentarse junto a Jesús, el ciego Bartimeo, cansado ya de estar sentado, desea ver para poder seguir a Jesús.

3-      Los dos relatos de ciegos: el de Betsaida, final de la sección (6,7 – 8,26) y el de Bartimeo, final de los capítulos 9 y 10, son narraciones simbólicas y representan a los discípulos, que no entienden a Jesús, no ven, están ciegos.
  • Por ello, no pueden seguirle. Jesús los va educando pacientemente, en camino hacia Jerusalén, o sea, hacia su Pascua.
  • La educación que Jesús les da y el camino a Jerusalén están ligados simbólicamente; es decir, que después de ser educados por Jesús, pueden recorrer el camino hacia la cruz y la resurrección.
  • En el pasaje de hoy, el ciego arroja el manto (las vestiduras viejas) y da un brinco hacia Jesús (V.50). Todo ello y la curación expresan el tremendo salto a la fe, que dieron los discípulos después de Pascua: entonces lo vieron, sobre todo con los ojos del alma, tuvieron fe y lo siguieron. ¡Ojalá sea también ésta mi historia personal!

4-      Catequesis muy elaborada. Nosotros somos el ciego Bartimeo, sentado al borde del camino, incapaz de caminar tras Jesús.
  • Hemos caído en lo fácil para instalarnos en la comodidad y el conformismo y cerrar los ojos a todo otro ideal que exija sacrificio y generosidad
  • Al instalarnos en la mediocridad, nuestra existencia queda paralizada. Vivimos “junto a lo esencial”, ciegos para conocer lo que podría dar una luz nueva a nuestras vidas.
  • ¿Qué podemos hacer en esta situación? Gritar a Dios: “Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Señor, que vea”. ¿Qué podemos hacer? Desear vivamente ser alcanzados por la gracia de Dios para ver claro. ¿Ver qué? Lo sustancial de la vida, para no dejarnos arrastrar por lo insustancial.
  • No tenemos otra vida de recambio. Ahora mismo se nos llama a vivir, a caminar, a crecer. El evangelio tiene fuerza para hacernos vivir una vida más intensa, verdadera y joven. Recordemos las palabras de Bernanós: ¿Sois capaces de rejuvenecer el mundo, sí o no? El evangelio es siempre joven. Sois vosotros los que estáis viejos”.
  • La mejor forma de descubrir que estamos un tanto ciegos, es compararnos con los santos y darnos cuenta de lo que ven, cómo se ven, cómo ven a Dios, al prójimo, la vida, la muerte, el dinero, la oración, la Palabra, los sacramentos. Cada uno ha de tomar como dicha para sí mismo la reprensión del ángel a la iglesia de Laodicea: “Aunque no lo creas, eres ciego. Ve a comprar ungüento para tus ojos.

5-      Cambiamos poco, por lo general. Somos los mismos a través de las distintas etapas de nuestra vida, con los mismos errores y defectos, con los mismos egoísmos y mezquindades de siempre.
  • Si cambiamos poco es porque, realmente, no deseamos cambiar. Nos contentamos con recomponer algunos aspectos de nuestro vivir diario para evitarnos mayores complicaciones y molestias, pero no nos atrevemos a plantearnos un cambio más profundo. Nos da miedo pensar en las consecuencias que se seguirían de tomar más en serio la vida y el evangelio.
  • Por otra parte, ¿cuándo puede uno tomarse un tiempo para pensar en estas cosas? ¿Cómo detenerse algún momento para encontrarse consigo mismo y con Dios, cuando hay tanto que hacer cada día? Entonces dedicamos tiempo a todo menos a aquello que es más importante.
  • El ciego es capaz de reaccionar. Grita a Jesús pidiendo compasión. Escucha a quienes le llaman en su nombre. Da un salto para colocarse ante él. Pide ardientemente ver. El hombre que actúa así se transforma.

      6-  Interpelación.

           ¿Quieres gritar a Jesús  para recuperar la vista o prefieres quedarte en la
            cuneta paralizado como ciego?   

P. Pedro Olalde.  
                                               

Homilía del 29º Domingo Ordinario (21 de octubre) DOMUND


Mc 10,35-45/ Is 53,10-11/ Hb 4,14-16 

                                  ¿Iglesia de poder o Iglesia de servicio?

1-      El poder jerárquico. En el mundo político está muy bien señalado el orden en el que los jefes ejercen su poder: primero, el Presidente de la nación; segundo, el Vicepresidente, etc.
  • También en la Iglesia este orden está muy fijado: la autoridad máxima es el Papa. Luego, le sigue el Secretario de Estado, etc.
  • Estamos acostumbrados a ver con buenos ojos esta distribución del poder en la autoridad. Parece que con ello se garantiza el orden y el buen funcionamiento.
  • Se diría que Jesús da el visto bueno a esta realidad, pero con una condición: con tal de que el jefe, el que más poder tiene, se convierta en el mayor servidor.
  • Con ello, Jesús, invierte radicalmente el estado de las cosas, y podemos deducir que el mejor gobernante, el mejor papa es el más dispuesto a servir a sus semejantes.
2-      Marcos 10,35-37. Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte. Jesús les preguntó: ¿Qué queréis que haga por vosotros? Ellos le contestaron: Concédenos sentarnos uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu gloria”.
·       Los dos discípulos Juan y Santiago no andan con remilgos. Como la cosa más natural del mundo, le piden a Jesús dos escaños parlamentarios, y no dos cualesquiera, sino algo así como las dos primeras carteras del próximo gobierno de Cristo.
·       En el texto paralelo de Mateo 20,20-28, es la madre de los Zebedeos la que hace la petición a favor de sus dos hijos. Este evangelista, dándose cuenta de la gravedad del caso, quiere de esta manera suavizar su efecto.
·      Estos discípulos están necesitados de conversión, pero apenas han tenido tiempo para hacerlo. Todos ellos aparecerán después de Pentecostés transformados por la acción del Espíritu y volcados en servir a sus hermanos.

3-      Marcos 10,38-40. “No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa de amargura que yo he de beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado? Ellos le respondieron: Sí, podemos. Jesús entonces les dijo: Beberéis la copa que yo he de beber y seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado. Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado.
·       A estos dos Zebedeos ambiciosos responde Jesús mostrándoles que no se dan cuenta del alcance de su petición. Porque deberán cumplir antes unos requisitos bien extraños: deberán beber la copa y ser bautizados con el bautismo de Jesús, es decir, deberán estar dispuestos a soportar tribulación y muerte por seguirle.
·       La vara de medir que propone Jesús para los puestos de honor, era inimaginable entonces para estos dos discípulos, y tenía que ver con su capacidad de entrega y sufrimiento.
·       Beberéis la copa que he de beber. Alusión al martirio de ambos hermanos. Tenemos datos sólo de Santiago por Hch 12,1-2: “El rey Herodes inició una persecución contra algunos miembros de la Iglesia y mandó ejecutar a Santiago, hermano de Juan”. Sobre Juan, se cree hoy que el discípulo al que Jesús amaba del 4º evangelio no fue el hijo de Zebedeo (cf. Jn 21,22s).

4-      Marcos 10,41. “Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
·       La postura de los otros diez no es mucho más elegante que la de los dos discípulos y  se indignan contra Santiago y Juan. Es como si se preguntaran: Para nosotros, ¿qué queda?
·       Está patente que los doce tienen aires de grandeza y de poder. Jesús deberá emplearse a fondo para ir, pacientemente educándoles en la entrega y el servicio, que después de todas sus enseñanzas parecen haber caído en saco roto.

5-      Marcos 10,42-45. “Jesús los llamó y les dijo: Sabéis que los que figuran como  jefes de las naciones las gobiernan tiránicamente y que sus magnates las oprimen. No ha de ser así entre vosotros. El que quiera ser grande entre vosotros que sea vuestro servidor”…
·       Después del hecho de vida ocurrido a raíz de la petición de los Zebedeos, Jesús les da ahora una catequesis. Les propone la revolución del servicio. En el mundo prevalece el dominio de los magnates sobre sus súbditos. “Entre vosotros, les dice Jesús, que sea al revés: que los que gobiernan, sirvan como los que más”.
·       El camino que conduce a la gloria no es el poder; es el servicio, es el amor. Si hay rangos en el reino de Dios, el primero lo ocuparán los que más se hayan distinguido por su servicio, no por su poder. Esto, que decirlo no cuesta nada, resulta muy dificultoso en la práctica, pues el poder, la ambición y el dominio son instintos fuertemente arraigados en el corazón humano y tienen una gran capacidad de corrupción.
·       Así pues, el ideal de la Comunidad cristiana es que cada uno se haga servidor de los demás.  
·       Esta catequesis acaba con la referencia a Jesús, modelo de servicio y entrega de vida. Es, sin duda, el evangelista Marcos quien pone estas palabras en boca del Maestro, después de haber experimentado cómo había sido su vida: “Pues tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos” (V.45).

6-   Domund. “Nada humano me es ajeno”. Son palabras del ilustre comediógrafo latino Terencio,que vivió en el siglo II a. C.
·       Más de 200.000 personas mayores viven solas en Madrid. Este problema no me es ajeno.
·       Millones de jóvenes en nuestra nación no pueden acceder a la compra de un piso. Tampoco esto me es ajeno.
·       Frecuentemente, se celebran entre nosotros elecciones. Su resultado afectará a todos. Esto no debe serme ajeno.
·       Algunos creen que la Iglesia católica española tiene en frente una ofensiva laicista. Yo creo que lo que tiene es algo mucho más serio: una enorme indiferencia religiosa. Un desprestigio social sin equiparación en Europa. Una sociedad que no acepta ya su tutela moral. Un descenso en picado de sus recursos humanos. Un problema de financiación gravísimo a medio plazo. Todo esto afecta a muchísimas personas y nada me es ajeno.
·       Día de Domund: día de tu compromiso. Pero, ¿qué tipo de compromiso?          
    1- Compromiso humano. Surgido de nuestra común condición de seres humanos, que tratan de extender y ofrecer a otros el bienestar del que nosotros gozamos.
2- Compromiso cristiano. Es decir, el que brota de nuestra condición de discípulos de Jesús de Nazaret, que se desvivió hasta dar su vida por los pobres.
·       ¿Cuál es nuestra postura en la vida? La ambición humana está siempre a punto de explotar. El poder y la ambición es lo que divide y corroe las relaciones humanas: lo mismo da que sean familiares, políticas, económicas o eclesiásticas. El “aquí yo soy el más fuerte” es algo que nos viene de nuestras etapas anteriores en la evolución. Aunque somos humanos y, se supone, que inteligentes, no hemos olvidado la ley de la selva.
·       Cristo propone para los suyos la revolución del servicio. Solamente el amor y el servicio son capaces de controlar y encauzar lo instintivo del ser humano. Solamente el servicio y el amor crean relaciones de igualdad, de fraternidad, de hijos de Dios. Lo demás son relaciones de poder. En unas relaciones de fuerza y poder, unos son y otros no son, o son menos.
·       Entre vosotros no puede ser así. El que quiera ser el mayor, ha de ser vuestro servidor. Le demos las vueltas que le demos y busquemos argumentos donde no los hay, la cosa es más que evidente. Tal vez, sea éste el secreto más importante de la vida y el más ignorado: vivimos intensamente la vida sólo cuando la regalamos. Sólo se puede vivir cuando se hace vivir a otros.
·       Los cristianos somos seguidores de alguien que ha dado la vida por los demás. Esto no significa necesariamente que tendremos que sacrificar nuestra vida para salvar la de otro, pero sí, que tenemos que entender nuestro vivir diario como un servicio a los demás.
·       De manera que, si en la Iglesia hay una búsqueda del poder (que la hay), si hay relaciones de poder (que las hay), entonces esa Iglesia está muy lejos de ser lo que Cristo pensó y quiso para los suyos.
·       Los discípulos Santiago y Juan, los dos protagonistas del evangelio de hoy, y también los otros diez, por la fuerza del Espíritu de Pentecostés, aparecen ya “convertidos” en los Hechos. Han asumido su función: servir como el Maestro sirvió. Sus vidas fueron una entrega plena al servicio, para rescatar a muchos, para liberarlos, precisamente, de esos mesianismos del poder, que son “del mundo”, es decir, frutos del pecado.
·       Uno de los grandes logros del concilio Vaticano II fue la de haber interpretado la autoridad en la Iglesia como servicio.
·       La comunidad política y la Iglesia son independientes y autónomas. Ambos están, sin embargo, aunque por diverso título, al servicio personal y social del hombre (GS 76).
·       Escribe R. Tagore: “Estaba durmiendo y soñé que la vida era alegría. Me desperté y vi que la vida era servicio. Me puse a servir y experimenté que el servicio era alegría”.

2-   TESTIMONIO DE UN CREYENTE antes de su conversión: “Yo, cuando era soltero y con dinero, era un señorito caprichoso, que me situaba en el centro y ponía a todos a mi servicio: a mis padres, a mis hermanos y, en lo que podía, a mis compañeros. Todos tenían que tenerme a punto la ropa, la comida, el calzado… Pretendía que todo girara en torno a mí, con lo que, naturalmente, hacía sufrir; y a veces sufría, porque “mis servidores” se resistían a mis caprichos.
·       Un día entré en la biblioteca municipal, cogí al azar un  libro pequeño y lo abrí. Al leerlo, me golpeó fuertemente el pasaje de hoy. Me empezó a interesar la persona de Jesús. Me incorporé a un grupo cristiano de jóvenes ya maduros, que reflexionaban sobre la Biblia. Me invitaron a una convivencia de fin de semana. Ahí se completó mi cambio, el giro de mi espíritu.
·       Ahora, lo que procuro es ponerme al servicio de los demás, estar pendiente de ellos, de mi mujer, de mis familiares, de los otros compañeros de trabajo, de los vecinos. Procuro serles útil y hacerlos felices. Y, con esto, yo mismo soy más feliz y me encuentro mucho más centrado en la vida”.

3-   CELEBRAMOS HOY EL DOMUND = El domingo mundial de la propagación de le fe.
·   Pocas instituciones religiosas pueden presentar una falange tan numerosa de misioneros, esparcidos en las zonas más pobres del planeta y con tan gran espíritu de servicio.
·       Ellos constituyen el orgullo de la Iglesia católica. Ellos son fiel reflejo de que el evangelio no es letra muerta, sino letra muy encarnada en sus vidas diarias de entrega a los más menesterosos de la humanidad.
·       Con nuestra solidaridad nos hacemos partícipes de su vida de entrega.

P. Pedro Olalde.


Carta de Santa Mónica a su hijo San Agustín

REZAD, SONREID Y PENSAD EN MÍ

La muerte no es nada.
No he hecho más que pasar al otro lado.
Yo sigo siendo yo. Vosotros seguís siendo vosotros.
Lo que éramos el uno para el otro, seguimos siéndolo.
Dadme el nombre que siempre me dísteis
Habladme como siempre me hablásteis
No empleeis un tono distinto.
No adoptéis una expresión solemne ni triste.
Seguid riendo con lo que nos hacía reir juntos.
Rezad, sonreid, pensad en mí y rezad conmigo.
Que mi nombre se pronuncie en casa como siempre lo fue.
Sin énfasis alguno, sin huella alguna de sombra.

La vida es lo que siempre fue, el hilo no se ha cortado.
¿Por qué habría de estar yo fuera de vuestros pensamientos?
¿Sólo porque estoy fuera de vuestra vista?
No estoy lejos, sólo a la vuelta del camino...
Lo veis, todo está bien...
Volveréis a encontrar mi corazón,
Volveréis a encontrar ternura acendrada.
Volveréis a encontrar lágrimas y no lloréis si me amáis.

No lloréis si me amáis,
Si conociérais el don de Dios y lo que es el cielo,
Si pudiérais oir el cántico de los ángeles
Y verme en medio de ellos,
Si pudiérais ver desarrollarse ante vuestros ojos,
Los horizontes, los campos y los nuevos senderos que atravieso,
Si por un instante pudiérais contemplar como yo,
La belleza ante la cual las bellezas palidecen.
Vosotros me habéis visto,
Me habéis amado en el país de las sombras
¿No os resignáis a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?

Creedme.
Cuando la muerte venga a romper las ligaduras
Como ha roto las que a mí me encadenaban,
Cuando llegue un día que Dios ha fijado y conoce,
Y vuestras almas vengan a este cielo en que os ha precedido la mía,
Ese día volveréis a verme,
Sentiréis que os sigo amando, que os amé,
Y encontraréis mi corazón con todas sus ternuras purificadas.
Volveréis a verme en transfiguración, en éxtasis feliz,
Ya no esperando la muerte, sino avanzando conmigo,
Os llevaré de la mano por senderos nuevos de luz y de vida,
Bebiendo con embriaguez a los pies de Dios,
Un néctar del cual nadie se saciará jamás.
Enjugad vuestro llanto y no lloréis si me amáis.

Pablo Beltrán de Heredia


                                   Homilía en el funeral de S. Ignacio (14 de octubre, 2012)


1-   Dios te salve, Pablo, el Señor está contigo y tú con Él. Te ha acogido en su regazo materno y llenado de bendiciones.
·        Nosotros nos sentimos huérfanos. En adelante tendremos que acostumbrarnos a vivir sin ti. Te echaremos de menos en mil ocasiones.
·        No hace todavía un año cuando en una Junta de la Congregación nos dijiste que ya tenías fecha de caducidad y te sentiste urgido a distribuir las tareas propias de la Congregación, que hasta ese momento tú las asumías casi en su totalidad, porque no querías imponerlas a nadie.

2-   Tu desenlace ha sido rápido, consecuencia, sin duda, de que no te sentías bien los últimos meses. Me dijiste que en la fiesta de San Ignacio, el 31 de julio, te sentiste fatal.
·      Con la llegada del nuevo curso en setiembre, al preguntarte qué tal estabas, le quitabas hierro al asunto y me decías que bien.
·      Luego, seguiste llevando vida normal, y a mediados de mes presidiste tu última Junta. Entonces no preveíamos que en la próxima de octubre tú estarías ausente.
·      El 29 de setiembre fue la excursión a las Edades del Hombre en Oña. Para asegurar una mayor asistencia, estuviste llamando por teléfono uno a uno a los más interesados y, sin duda, a algunos más. Conseguiste que llenáramos el autobús entero. Sí, a la hora de bregar, no ponías límites a tu esfuerzo.
·      También previste para ese día un momento de celebración en la basílica de Santa Casilda, cerca de Briviesca, para recordar a Pello Aramburu en su 4º aniversario, y orar por él y por los difuntos  de los últimos años. También quisiste que la visita a las Edades del Hombre fuese objeto de reflexión y oración, como así lo hicimos.
·      Con la llegada de octubre, tu deterioro físico se hizo patente. El domingo 7 no pudiste venir a la eucaristía ni el 8 a la cena de los lunes al txoko.
·      Luego nos enteramos que ese día 8, por indicación médica, te hospitalizaron. Al saberlo, el 11 jueves, me apresuré a visitarte. Estabas sedado y, al parecer, inconsciente. Respirabas con dificultad con una máscara de oxígeno. El P. Venancio te ungió con el óleo de los enfermos y te acompañamos en la oración, dando gracias a Dios por el regalo de tu vida, de tu persona y por tu trabajo infatigable en la Congregación.

3-   Y ahora, ¿qué podemos decir que cabe esperar de Dios al hombre, después de su paso por esta vida?
·      Con el filósofo Fichte nos negamos a admitir que la vida consista en “comer y beber, para volver a tener hambre y sed y poder de nuevo comer y beber hasta que se abra ante nuestros pies el sepulcro y nos trague y ser nosotros mismos alimento que brota del suelo. No nos resignamos a que todo gire en torno a engendrar seres semejantes para que también ellos coman y beban y dejen detrás de sí otros seres que hagan lo mismo que nosotros hicimos”.
·      Me gusta citarle al filósofo presocrático Heráclito (siglo VI a. C.): “A los hombres, tras la muerte, les aguardan cosas que ni esperan ni imaginan”.
·      En las frases finales de la Ciudad de Dios, evoca San Agustín un indescriptible octavo día en el que Dios completará la creación. Son palabras que la tradición cristiana repitió muchas veces: “Allí descansaremos y veremos. Veremos y amaremos. Amaremos y adoraremos”.
·      Sí, Pablo, nosotros no dudamos de que ya estás en la Gran Presencia y de que se han cumplido en ti, las palabras de Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto vivirá” (Jn 11,25).

4-   Termino con un hecho de vida. En Monterrey, México, después del concilio Vaticano II, los colegios religiosos y otros centros de Secundaria recibieron de las autoridades eclesiásticas de Roma la invitación de crear una universidad para formar en los valores humanos y cristianos a los jóvenes. Se juntaron varios centros, entre ellos el de los HH. Maristas, siendo nombrado un Marista secretario de la nueva universidad.
·      Me contaba el que fue rector que había sido muy llamativa la dedicación del secretario Marista a los jóvenes universitarios.
·      Pues bien, con ocasión de un viaje a España, murió repentinamente el Marista y cuando su féretro entró en el templo, los numerosos Hermanos Maristas le dieron un sonoro y prolongado aplauso.
·      El rector que me contaba el hecho, quedó muy extrañado por el aplauso y se lo mostró a un Hermano. “Mire”, le contestó éste: “El difunto sintió la llamada de Jesús, se hizo religioso para construir reino de Dios, ayudando todo lo posible a los jóvenes en su crecimiento en los valores evangélicos. El fallecido ha realizado su tarea con generosidad y abnegación. Ha triunfado en la vida. Por eso le aplaudimos.
·      Al final de su vida, San Pablo escribe a su discípulo Timoteo: “Yo ya estoy a punto de ser derramado en libación, y el momento de mi partida es inminente. He combatido el buen combate, he concluido mi carrera, he guardado la fe. Sólo me queda recibir la corona de salvación, que aquel día me dará el Señor, y no solo a mí, sino también a todos los que esperan con amor su venida gloriosa” (2Tim 4,6-8).
·      Estas palabras te las aplicamos a ti, Pablo. También tú has combatido el buen combate, has concluido tu carrera, has guardado la fe. Sólo te queda recibir la corona de salvación de parte de Cristo, el Señor.
·   Enhorabuena, Pablo. Nosotros, todavía caminantes peregrinos en esta tierra, queremos imitarte en tu entrega a ti, nuestro amigo cercano, junto a Dios. Mientras, damos gracias a Dios por tu vida, y te brindamos un sonoro aplauso.

P. Pedro Olalde.

Fallecimiento de D. Pablo Beltrán de Heredia Iraurgui

Pablo Beltrán de Heredia Iraurgui, Presidente de la Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas, ha fallecido hoy 12 de octubre en Madrid.

El funeral por su eterno descanso se realizará el domingo, 14 de octubre, a las 12.00 hrs. en la iglesia de San Ignacio de Loyola de Madrid.


Homilía del 28º Domingo Ordinario (14 de octubre)


Mc 10,17-30/ Sb 7,7-11// Hb 4,12-13         

                                  El dinero, un bien efímero y pegajoso

1-      Marcos 10,17. “Cuando iba a ponerse en camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?”
·       Jesús va de camino hacia Jerusalén. Jesús hizo su camino, viviendo, no precisamente para sí, estrujando a la vida hasta la última gota de placer, sino en amor y compasión hacia los débiles.
·       Marcos nos señala que cada cristiano ha de realizar su camino a Jerusalén, lugar de la máxima expresión de amor y entrega.
·       Algunos movimientos han insistido mucho sobre este concepto espiritual de “camino”: “El camino neocatecumenal de Kilo Argüello”; Escribá de Balaguer, fundador del Opus, escribió el libro “Camino”).
·       ¿Cuándo será bueno el camino? Cuando nos conduzca a Jerusalén. Cuando el camino sea la referencia al amor a Dios y al hombre.
·       Al parecer, hay un voluntario dispuesto a sumarse a Jesús en el camino a Jerusalén. Es este joven que pregunta al Maestro Jesús qué debe hacer para heredar la vida eterna.

2-      Marcos 10,18-19. “Jesús le contestó: ¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Ya conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre”.
·       Este joven piadoso, que viene a Jesús, sin duda, busca con sinceridad mejorar su vida religiosa. Jesús le contesta con una frase aplicable a todos: “Para heredar la vida eterna guarda los mandamientos”.
·       Sólo Dios es bueno. Esta frase alude a la bondad absoluta, que es Dios. Marca una diferencia entre Dios y Jesús, contraria al resto del Nuevo Testamento. Puede ser la reacción molesta ante lo ceremonioso de aquel hombre, o el recurso pedagógico de Marcos para mantener el misterio sobre Jesús.
·       Todos los mandamientos citados se refieren al prójimo: para ir a Dios hay que pasar por el hombre.

3-      Marcos 10,20-21. Él replicó: Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven. Jesús lo miró fijamente con cariño y le dijo: Una cosa te falta: vete, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Luego, ven y sígueme”.
·       El joven afirma que eso ya lo cumple y desea saber si hay algo más, es decir, si hay algo más que heredar la vida eterna.
·       A esta pregunta del joven, dispuesto, al parecer, a acumular, ya sean méritos o bienes terrenales, Jesús le viene a contestar que la vida eterna no se consigue sumando, sino, más bien, restando, vendiendo, despojándose.
·       Jesús se debió forjar ilusiones sobre este joven, le miró con ternura y le invitó a seguirle en pobreza.
·       Una cosa te falta: “Ve a vender lo que tienes y Dios será tu riqueza”. Es una propuesta de vocación. No es para todos. El joven no se sintió con fuerzas y se marchó entristecido.

4-      Marcos 10,22-23. “Ante estas palabras, él frunció el ceño y se marchó todo triste, porque poseía muchos bienes. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Qué difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!
·       El joven no se sintió con fuerzas para seguir a Jesús pobre. Valoraba más los bienes materiales que la riqueza de Dios.
·       Jesús saca la conclusión de que la riqueza hace casi imposible “entrar en el reino de Dios” y se afianza en la idea de que el dinero es un bien pegajoso, con un gran poder de atracción. Nosotros creemos que sabemos usarlo, pero, más bien, él nos usa y esclaviza. Frente a la libertad que dan el desprendimiento y la pobreza, la riqueza ata el corazón e impide optar totalmente por el reino.

5-      Marcos 10,24-25. “Los discípulos quedaron asombrados ante estas palabras. Pero Jesús insistió: Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios”.
·       El asombro de los discípulos hace repetir a Jesús la afirmación que expresa para todos la dificultad de entrar en el reino de Dios.
·       La comparación hiperbólica, exagerada, del camello y del ojo de la aguja expresa de forma plástica la dificultad  de que el rico entre en el reino de Dios.

6-      Marcos 10,26-27. “Ellos se asombraron todavía más y decían entre sí: Entonces, ¿quién podrá salvarse? Jesús los miró y les dijo: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible”.
·       La imagen que usa Jesús impresiona a los discípulos y hace mella en ellos la dificultad de salvación para todos. Creen que para nadie será fácil. Y bien mirado, la salvación será don, gracia de Dios, y no decimos tanto que el hombre se salva, sino que Dios lo salva.
·       Y ¿qué es lo imposible que Dios lo convierte en posible? Lo que Dios puede es convertir el corazón del que tiene riquezas para querer que Él sea su riqueza principal. El milagro que Dios puede hacer con los humanos, es que dejemos de lado nuestros impedimentos de cualquier clase y digamos sí a la oferta de la salvación. Todo esto con la colaboración del interesado, claro está.

7-      Marcos 10,28-30. “Pedro le dijo entonces: Mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. Jesús le respondió: Os aseguro que todo aquel que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre… recibirá en el tiempo presente cien veces más, aunque junto con persecuciones, y en el mundo futuro la vida eterna”.
·       Son palabras alentadoras para los discípulos de Jesús, aunque vengan envueltas en persecuciones. Ellas hacen alusión a la plenitud de vida, que podemos gustar aquí, con limitaciones, y que tendrá su desarrollo pleno en Dios.
·       Con estas palabras, el evangelista estimula a los discípulos y cristianos de todos los tiempos, a pesar de todas las dificultades, a caminar en el  seguimiento de Jesús.
8-      Resumen. El pasaje de hoy es una invitación vocacional de Jesús a un joven, bien dispuesto, para seguirle en pobreza y trabajar por el reino de Dios en cuerpo y alma. El joven lo rehusó. Le pareció un precio excesivo el que se le pedía.
·       Para la mayoría de los cristianos esto no es factible, porque tienen que poseer  para llevar una vida normal. Pero en esta situación, incluso, se les pide que las riquezas no ocupen el centro de su corazón. Se trata de usar el dinero y no de adorarlo. El corazón debe permanecer desapegado.
·       “El dinero es un buen siervo y un mal amo”, decimos. Un buen siervo: podemos hacer mucho bien con el dinero: sacar de la miseria a los sumidos en ella;  promover la cultura y los valores religiosos; sostener instituciones humanitarias, etc.
·       Un mal amo: si le servimos al dinero, nos alejaremos del amor, la compasión y el prójimo, es decir, del mismo Dios.
·       Mi recomendación final sería ésta: si por las contingencias de la vida, nos hemos encontrado con riquezas, hagamos con ellas el mayor bien posible y evitemos el despilfarro, que tanto escandaliza a quienes carecen de lo necesario.

P. Pedro Olalde.