Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas


En 1715 se reunió en Madrid un grupo de 124 vascongados que decidieron fundar una Congregación con fines benéficos bajo la advocación de San Ignacio de Loyola. El Consejo de Castilla aprobó las Constituciones en 1718 y desde entonces la Congregación, y a lo largo de más de 300 años de historia ha continuado con su misión.

La Congregación tiene como sede la Iglesia de San Ignacio de Loyola, de Madrid, donde realiza sus actividades. Este blog es un canal de información dirigido a todos sus miembros y personas interesadas en conocerla más de cerca.


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Santísima Trinidad

Jn  16,12-15

El Dios trino, la Trinidad, es la característica más distintiva del cristianismo. Al decir que Dios es uno y trino, estamos diciendo algo muy importante para la comprensión de nuestro Dios. En la visión de la Trinidad se sintetiza prácticamente todo lo que decimos de Dios. Especialmente cambiamos una imagen de un Dios individualista y solitario por la de un Dios de la vida, relacional, comunitario, aunque todas las palabras y las imágenes se nos muestren ahora, más que nunca, infelices e inadecuadas. Para la espiritualidad cristiana también debiera ser muy importante esta visión de Dios (José Mª Mardones, “Matar a nuestros dioses”, PPC, pág. 175).

1-   Mucho me queda por deciros, pero no podéis con ello por el momento (12).

·        Jesús había comunicado a sus discípulos lo que había oído del Padre (15,15). Su mensaje, sin embargo, tiene consecuencias que ellos aún no han sacado ni pueden comprender por el momento.
·        No saben aún cómo va a morir Jesús ni el sentido último de su muerte. Dos veces ha notado Juan que los discípulos entendieron un gesto de Jesús solamente después de la resurrección (2,22) o de su muerte (12,16).

2-   Cuando llegue él, el Espíritu de la verdad, os irá guiando en la verdad toda, porque no hablará por su cuenta, sino que os comunicará cada cosa que le digan y os interpretará lo que ha de venir (13).

·      Hay mucho terreno inexplorado en la verdad de Jesús, que sólo podrá ser conocido a medida que la experiencia coloque a la comunidad delante de nuevos hechos o circunstancias; éstas irán iluminando el sentido de su muerte-exaltación.
·      En la misión, el Espíritu le comunica verdad, es decir, explica y aplica el mensaje, lo que Jesús es y significa como manifestación del amor del Padre. No se trata de una doctrina nueva, sino de la propuesta continua a la comunidad de la realidad de Jesús, que será el contenido de su testimonio y la orientación de su actividad.
·      La interpretación del Espíritu guía a los discípulos en su actividad a favor del hombre. Para acertar en lo que conviene han de estar abiertos, por una parte, a la vida y a la historia y, por otra, a la voz del Espíritu que se la interpreta.
·      Para realizar esto en la vida práctica es imprescindible ponerse en oración y con toda sinceridad buscar, teniendo en cuenta los dichos y hechos de Jesús, la opción a tomar para el bien del hombre que el Espíritu de Dios nos señale. En la vida de la Iglesia hay una gran necesidad de hacer este tipo de discernimiento, dejando de lado los temores paralizantes.

3-   Él manifestará mi gloria, porque, para daros la interpretación, tomará de lo mío (14).

·      Esta es la función del Espíritu de la verdad. La penetración del mensaje, es decir, la sintonía del amor, hace posible la interpretación de la historia. Con esto significa Jesús que sólo a través del amor se puede conocer el ser del hombre, interpretar su destino y realizar la sociedad humana. Su modelo y fuente es Jesús, que da la vida por los hombres.

4-   Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso he dicho que toma de lo mío para daros la interpretación (15).

·      El criterio para interpretar la historia, basado en la sintonía con Jesús por la aceptación de su amor, se concreta en la realización del hombre, designio del Padre y expresión de su amor.
·      Este designio realizado ya en Jesús, ha de realizarse en la comunidad y orientar su actividad con los hombres. El Espíritu, que uniendo a Jesús con el Padre lo ha hecho la realización y el ejecutor de su designio, hace partícipe a la comunidad del dinamismo de Jesús.
(Resumen de “El evangelio de Juan”, J. Mateos – J. Barreto, pág. 683ss).

5-   Aplicación de “Cuando llegue él, el Espíritu de la verdad, os irá guiando en la verdad toda” (13).

·       En la situación actual de la Iglesia es de gran urgencia hacer dentro de ella un discernimiento sobre problemas vitales que afectan al bien del hombre. A modo de ejemplo, citamos algunos problemas no resueltos que exigen una decisión valiente, con la mirada en el evangelio, es decir, en los derechos de la persona humana.
·      Los derechos de la mujer en la Iglesia, especialmente su posibilidad de acceso al sacerdocio; celibato opcional en el sacerdocio; uso de los profilácticos en las relaciones sexuales; postura de la Iglesia ante el aumento de la población mundial; acogida a los divorciados vueltos a casarse; la vertiente práctica de una Iglesia de los pobres; renuncia al poder en la Iglesia; libertad en la Iglesia como medio para ser defensores de la verdad del evangelio ante el mundo,  etc.
·      En esos y en muchos otros problemas, el Espíritu sólo puede estar presente, cuando los cristianos humildemente se ponen en oración, se dejan interpelar por él, se ponen a dialogar mutuamente y se dejan llevar por el criterio del mayor bien para el hombre. No existe ningún otro criterio superior a éste.
·      Invocar que existen otros criterios distintos del bien del hombre es ser infiel al evangelio de Jesús; es prescindir, en la práctica, de la ayuda del Espíritu, a quien le hacemos inútil en la marcha de la comunidad cristiana fundada por Jesús.

·      La Iglesia, de este modo, imitará a la Santísima Trinidad, que es amor en ejercicio entre las tres divinas personas. Imitará a la Trinidad, que es el máximo exponente de la libertad para conducirse en todo optando por el bien del hombre, sin temor alguno. Imitará a la Trinidad, huyendo de toda imposición injustificada, para no defender a ultranza posturas ancladas en criterios no evangélicos. 

P. Pedro Olalde.

Excursión a Buenafuente del Sisal (Guadalajara)

El 8 de junio se realizará una excursión a Buenafuente del Sisal (Guadalajara). El plan sería el siguiente:

8.20 hrs: Salida del autobús desde la Bolsa de Madrid, con la primera parte del grupo.
8.30 hrs: Parada del autobús en Plaza de Castilla (junto al depósito del Canal de Isabel II), para recoger al resto del grupo.
El autobús saldrá puntual de ambos lugares.
9.45 hrs: Parada para desayunar en el Área 103 (antigua Venta de Almadrones).
11.30 hrs: Llegada al monasterio de Buenafuente.
12.00 hrs: Eucaristía en la capilla del Monasterio, concelebrada por el párroco de la Congregación D. Pedro Olalde y celebrada por el Padre Ángel Moreno, del propio monasterio.
13.00 hrs: Charla impartida en la casa de acogida por el Padre Ángel sobre Santa Teresa de Jesús, de quien es especialista, habiendo realizado su tesis doctoral sobre la santa. Quizá la hora de la charla sea trasladada a las 16.00 hrs. (se avisará previamente).
14.00 hrs: Comida en la casa de acogida.
16.00 hrs: recogimiento y oración por los alrededores del monasterio.
17.30 hrs: Salida del autobús de vuelta a Madrid.
20.00 hrs. Llegada prevista a Madrid.

Más información sobre precio, inscripción  y demás detalles en la circular nº 5/2013 que ya ha sido enviada a los congregantes.

Últimas Noticias

D. Antonio de Orbe ha sido nombrado nuevo Presidente de la Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas en la Junta Anual Ordinaria que tuvo lugar el 14 de mayo pasado. Desde aquí le enviamos nuestra más sincera enhorabuena.

Las actividades que la Congregación  tiene previsto realizar a lo largo de los próximos días son:

- El domingo 26 de mayo, festividad de la Santísima Trinidad, el Orfeón Vasco de Euskal Etxea de Madrid acompañará de nuevo con sus cantos la misa dominical bilingüe en la iglesia de San Ignacio de Loyola.

- El domingo 16 de junio, la misa dominical de las 12.00 hrs. será por las congregantes fallecidas Mª Luisa Guaza y Maribel Flores. La misa será también acompañada por el Orfeón Vasco de Euskal Etxea de Madrid.

Los conciertos que tendrán lugar próximamente serán:

- El viernes, 7 de junio a las 20.00 hrs. tendremos, al igual que otros años, la actuación de la Camerata del Eco, dirigida por Ana Ligero.

- El viernes, 21 de junio, el Orfeón Vasco de Euskal Etxea de Madrid celebrará su concierto de final de curso a las 20.00 hrs.

En ambos conciertos, la iglesia se abrirá 15 minutos antes para ir ocupando las localidades. La entrada es gratuita. Agradecemos a ambos directores y coristas por este concierto.

Las actividades realizadas han sido:

- El domingo 19 de mayo ha sido celebrada la festividad de Pentecostés.

- El domingo 21 de abril y con motivo del 298 aniversario de la fundación de la Congregación, celebramos la misa con acompañamiento del Orfeón y en ella recordamos a D. Rafael Mazo Esparza y D. Juan Antonio Garmendia Elósegui en presencia de sus familiares. A continuación Inés Olaran (Vicesecretaria) y Carmen de Diego (Vocal por Vizcaya) entregaron las patentes a los nuevos congregantes.

- El domingo 28 de abril se celebró la festividad de San Prudencio de Armentia, patrón de Álava y co-patrón de nuestra Congregación, con una misa solemne, seguida de un ágape en la sala de la Congregación. Presidió la celebración el sacerdote alavés Javier Ruiz de Arcaute, acompañado de nuestro capellán Pedro Olalde. Inés Olaran (Vicesecretaria) y Carmen de Diego (Vocal por Vizcaya) entregaron las patentes a los socios alaveses que lo solicitaron.

- El domingo 12 de mayo la misa fue presidida por Xabier Quintana S.J. ya que nuestro capellán se encontraba en Irún celebrando la boda de Gorka Álvarez Aramburu (Contador de la Congregación) y Elena. ZORIONAK BIHOTZ-BIHOTZEK!

Queremos también felicitar al sacerdote Juan Kruz Mendizabal , "Kakus", hasta ahora Vicario de Pastoral, que recientemente ha sido nombrado nuevo Vicario General de la Diócesis de San Sebastián. Durante su estancia en Madrid colaboró estrechamente con nuestra Congregación y guardamos un magnífico recuerdo de él. ZORIONAK KAKUS!

Pentecostés (19 de mayo)

Jn 20,19-23

Escena 1

Domingo 5 de mayo. Juan Pablo y María, en una ceremonia religiosa, realizan el compromiso de fidelidad, estando las dos familias presentes. El Espíritu de Dios sopla fuerte para las personas que caminan hacia el encuentro, para vivir unidos en comunión, paz y gozo.

Su fe les ha llevado a expresar decididamente su compromiso de vivir su unión matrimonial. El Espíritu les lleva a soñar en caminos nuevos por donde transitar rompiendo rutinas y esquemas viejos para adoptar aquellos que les brinden una savia nueva.

Se sienten hijos, de la familia de Dios, no esclavos y siervos, sino poseedores de una herencia más allá de la muerte. Dan el paso con alegría, porque quieren vivir la Pascua de manera consciente. Desean cambiar y hacer sitio a lo que Dios les dice. Eso les hará distintos.

Escena 2

Uno de los asistentes a la celebración, acabada ésta, se me acerca y me agradece con sentimiento lo que ha oído y vivido. Él es muy creyente, por eso me dice que se ha sentido metido del todo, en el espíritu de la celebración.

Se ha alegrado por sus hermanos y familiares, añade, de que hayan podido vivir una celebración vibrante, muy distinta de tantas otras experimentadas en otros tiempos, que les han impedido, tal vez, seguir buscando el misterio de Dios. He aquí, me dije, cómo trabaja el Espíritu de Dios, en las personas que tienen el corazón abierto a su voz.

A lo largo del encuentro, que se ha prolongado con la comida hasta media tarde, varias veces se me ha acercado el hombre creyente. Al preguntarle si pertenece a alguna comunidad de fe, me dice que sí, que se ha educado en Adsis, que yo conocía desde hacía tiempo.

Escena 3

Tarde de jueves de mayo. Un día primaveral y soleado de Madrid. Asisto a la celebración eucarística en la Capilla del Obispo, donde seis Hermanitas del Cordero cantan brillantemente en polifonía durante toda la misa. Casualmente, se encuentra entre ellas la fundadora, que es francesa.

Los que asistimos somos unos afortunados de poder gozar de tanta belleza. Es que el Espíritu empuja a los que siguen su rastro a romper esquemas y viejos moldes y  a hacer un mundo nuevo.

En medio de la eucaristía, un hombre súbitamente se desploma, creando en torno a sí un gran alboroto. Los más cercanos y las religiosas se acercan rápidamente para ayudarle. Uno de los asistentes llama al Sámur. El accidentado, vuelto en sí, sigue siendo objeto de toda clase de atenciones. En ese momento entran tres empleados del Sámur y le sacan fuera. ¡Bendito Espíritu que nos hace movilizar para atender al hermano necesitado que ha sufrido una bajada de tensión!

Escena 4

Es la Vigilia de Pentecostés. Decido hacer una hora de oración para sentirme lleno del Espíritu de Dios. Empiezo por extender sobre el suelo una alfombra roja, cuyo color me recuerda el fuego del Espíritu.  Coloco a sus extremos unos cirios encendidos y postrándome de rodillas ante un icono de la Trinidad, empiezo mi vigilia.

Y canto, una y otra vez, esta canción: “Espíritu de Dios, ven a mi alma, ven a mi vida, ven a mi ser. Ven, lléname, con tu presencia lléname, lléname, con tu poder, lléname, lléname, con tu bondad lléname, lléname, con tu bondad”. Hago una pausa, interiorizo la letra y vuelvo a cantar de nuevo hasta impregnarme de su espíritu.

Luego, leo el texto señalado para hoy, Jn 20,19: “Estando reunidos los discípulos en una casa, por miedo a los judíos, Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: La paz esté con vosotros”. Yo también me siento entre los discípulos y palpo tu presencia, Jesús, en medio de la comunidad reunida en tu nombre. Hago silencio y rumio en mi interior esta presencia de Jesús. Fomento en mí vivos deseos de vivir con Jesús. Y deseo la paz que Él me regala. Me detengo.

Me centro en Jn 20,20: “Y les mostró las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de alegría”. Jesús me muestra las marcas de su identidad, de su entrega: sus manos agujereadas y el costado traspasado por la lanza. ¿Cuáles son las credenciales, las marcas de mi entrega? ¿Es mi vida de servicio? Jesús, deseo acercarme a ti en tu vida de amor y entrega. Dame tu Espíritu.
Se llenaron de alegría. Jesús, donde estás tú, allí brilla tu alegría. Lejos de mí, Señor, la tristeza. Ayúdame, a vivir, en un gozo continuo.

Paso a Jn 20,21: “Como el Padre me envió, así os envío yo a vosotros”. Me siento afortunado de ser un enviado tuyo. ¡Ojalá que pudiera ser un enviado tuyo a jornada completa! ¿No puedo tener yo un mayor celo por la causa de tu reino?

Jn 20,22: “Sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo”. Sopla fuerte sobre mí, Jesús, para que reciba la fuerza de tu Espíritu. Lo deseo vivamente.  Persisto en oración, Jesús, hasta ser impregnado de tu Santo Espíritu. No deseo otras cosas, Jesús, pero sí tu Espíritu. Haz que no descanse hasta ser lleno de tu Espíritu. Gracias, Señor.

Jn 20,23: “A quienes les perdonéis los pecados, Dios se los perdonará; y a quienes se los retengáis, Dios se los retendrá”. Dios quiere que sea liberador  de mis hermanos.
Haz que me brinde para soltarles de sus ataduras, a quienes buscan liberación. Tendré que adelantarme, ser creativo para inventar nuevas formas. Ayúdame, Señor.

P. Pedro Olalde.

Domingo 7º de Pascua (12 de mayo)


LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR- Lc 24,46-53

·        Déjame, Señor, que me acerque a ti para que encuentre mi paz en tu presencia.
·        Tu Sol acariciará mi corazón. Señor, soy la tierra fatigada del verano, desnuda de vida y reseca, en medio de la noche, acercándome el pecho para recibirlo en silencio.
·        Eres paciente, Señor, porque sé que aguardas a que llegue la mañana en que mi vida está por fin repleta de riquezas.
·        No me abandones, no te vayas, que es de noche; el solitario camino del páramo está muy oscuro y se pierde a lo lejos.
·        Voy por la senda rodeado de gente; y cuando ésta acaba, sólo te encuentro a ti. Ahora que el día languidece, te extiendo las manos en muda súplica. ¿Por qué continúo pidiéndote, si ya me has dado tanto?

1-   Estaba escrito que el Mesías tenía que morir (46a)

·        Verbo de Dios, peregrino caminante, que plantaste tu tienda entre nosotros, era tu palabra cálida para mostrar a los humanos que la tierra y la vida están repletas de las huellas de Dios.
·        Te impregnaste, en contacto con la gran Presencia, de su soberano amor, que a raudales entraba en tu corazón y te capacitaba para ser entre los humanos un oasis de paz y ternura.
·        Hombre encarnado, Jesús Nazareno, tuviste que hacer tu camino y fuiste progresando en experiencia y entrega al hombre.
·        No hubo medianías en ti. Tu palabra transmisora de vida hacía arder los corazones de tus oyentes; tu amor era indiscriminado, sincero y total.
·        Tu apuesta por los menesterosos fue tu santo y seña, y tu libertad, absoluta. Estos dos rasgos tuyos te atrajeron la enemistad severa de los judíos, que no cejaron hasta verte colgado del infame madero.
·        De este modo, fue tu existencia una ascensión a la cima de la plenitud, guiado siempre por tu extraordinario amor a Dios y al hombre, realizando en todo momento el querer del Padre.

2-   Estaba escrito que el Mesías tenía que resucitar de entre los muertos (46b).

·        Tú que por el camino del amor descendiste hasta nosotros, nos diste la capacidad de ascender hasta ti.
·        Siempre transitaste, Señor, por el camino del amor y dejaste embelesados a los sencillos. Pero el amor no sólo es el camino, sino el misterio de Dios y la explicación de todas sus manifestaciones. Y el amor es camino no sólo para descender, sino también para ascender, camino de ida y vuelta.
·        Desde esta perspectiva entiendo, Señor, la exaltación y el señorío de tu Ascensión a Dios. No es exaltación en línea de fuerza o grandeza humanas. Toda la grandeza, toda la fuerza, todo el poder de ti, Cristo, está en la inmensidad de tu amor.
·        Por amor bajaste hasta el infierno y por amor subiste a lo más alto del cielo. Por amor te anonadaste y por amor te plenificaste.
·        Por este camino del amor ascenderemos también nosotros hasta el Padre. Primero bajaremos lo que haga falta a los hermanos más pequeños y necesitados, después o entonces mismo, encontraremos a Dios.

3-   Jesús es Señor

·        Jesús es el que más ha amado, por eso es el Señor. Jesús es el Señor del amor, el Señor de los que aman. En la medida en que nuestra vida se va llenando de amor, Jesús se va enseñoreando de ella, es su Señor. Cuando el amor mueve enteramente nuestra vida, Jesús toma definitivamente posesión de ella, es su Señor. Y así, no es que tengamos el amor de Cristo, sino que su amor nos tiene, nos puede, nos dirige y nos domina.
·        Jesús será nuestro Señor en la medida en que sea él quien viva en nosotros, en la medida en que nos compenetremos con sus pensamientos, sentimientos y actitudes, en la medida en que nuestra voluntad esté entregada a la suya.

4-   Yo estoy con vosotros todos los días

·        Las últimas palabras del evangelio de Mateo son la mejor noticia. Algunos discípulos le pedían a Jesús: Dinos dónde vas a ir; no te vayas, quédate con nosotros; ¿a dónde iremos sin ti?; ¿qué va a ser de nosotros sin ti?
·        Ahora Jesús les responde y nos responde: “Yo estaré con vosotros hasta el fin”. Es verdad que voy al Padre y ya no me veréis con vuestros ojos corporales, pero no me voy del todo, me quedo también con vosotros, me podréis ver con los ojos de vuestro corazón, sentiréis mi presencia.
·        Y os dejaré mi Espíritu, lo mejor de mí mismo, que os hablará de mí y os llenará de mí. Así podré estar con vosotros, de una forma íntima y permanente. Será para vosotros mejor, porque ya nunca estaréis solos, porque comprenderéis mejor mi palabra, porque recibiréis constantemente mi aliento y mi fuerza.
·        Estos son los milagros del amor. Lo mismo que el amor vence a la muerte, vence también los vacíos. El amor siempre encontrará una manera de estar y hacerse presente, presencia espiritual, pero real. Será una palabra que se graba, una mirada que no se olvida, un gesto que se recuerda, una realidad que te acompaña y te arropa, como un ángel de la guarda. El ser querido siempre está contigo, porque uno no está donde está, sino donde ama.

5-   Todo lo dejo lleno de presencia

·        Cristo dejó su huella indeleble en todas las cosas. La marca de la cruz, de su amor entregado está en el corazón del mundo. Y está, sabemos, en todas las personas, especialmente en los que llevan alguna cruz.
·        Es otro milagro del amor misericordioso, que convierte el sufrimiento en gracia. Donde hay herida, donde hay pobreza, donde hay necesidad, allí está el buen samaritano de todos los tiempos, Jesucristo, con sus medicinas y con su Espíritu. (Resumen de Cuaresma y Pascua, 2002. Cáritas Española, Rafael Prieto, páginas 236ss).

P. Pedro Olalde.

Domingo 6º de Pascua (5 de mayo)


Jn 14.23-29

1-   Jesús le contestó ( a Judas no el Iscariote): Uno que me ama, cumplirá mi mensaje, y mi Padre le demostrará su amor: vendremos a él y nos quedaremos a vivir con él (23).

·        Quien guarda el mensaje de Jesús responde a su amor, acogiéndolo, y su amor es su presencia y la de su Padre. Esta presencia se experimenta como una cercanía. El Padre y Jesús, que son uno, establecerán su morada con el discípulo. Vivirán juntos, en la intimidad de una nueva familia.
·        Una de las características del camino en el antiguo éxodo era la presencia de Dios en medio del pueblo, localizada en “la morada”, situada en la tienda del Encuentro (Ex 26ss). En el nuevo éxodo, cada miembro de la comunidad será morada de Dios; así, la comunidad entera será el lugar de la manifestación de la gloria (17,22). Jesús, el nuevo santuario, hace participar de su calidad, a todos y cada uno de los suyos.

2-   El que no me ama no cumple mis palabras; y el mensaje que estáis oyendo no es mío, sino del que me mandó, el Padre (24).

·        Jesús identifica su mensaje con el del Padre (7,16). Es el mensaje que los dirigentes no habían conservado (5,38), pero que Jesús cumple (8,55). Se trata, por tanto, del mensaje de Dios ya presente en el AT, el de su amor por el hombre (Ex 34,6s), que mostró a lo largo de la historia de Israel, poniéndose de parte del oprimido e injustamente tratado.
·        Este mismo es el mensaje que Jesús cumple y que transmite a sus discípulos, quienes lo hacen suyo (17,20). Los mandamientos, por tanto, que llevan el mensaje a la práctica, se refiere en particular al amor que se muestra ofreciendo al oprimido el medio de salir de su opresión.
·        Para seguir esa línea, que llega al don de la propia vida, hay que estar identificado con Jesús (14,15). Es el Espíritu, fuerza del amor de Dios, el que identifica con él e imprime al hombre su dinamismo para la acción. De ahí que vuelva Jesús al tema del valedor enviado por el Padre.

3-   Os dejo dichas estas cosas mientras vivo con vosotros. Ese valedor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre por causa mía, él os lo irá enseñando todo, recordándoos todo lo que yo os he expuesto (25-26).

·        La frase “mientras vivo con vosotros” vuelve a recordar la marcha de Jesús, anuncia su despedida. En compendio les ha expuesto el plan de Dios sobre la humanidad, les ha dejado sus promesas; ahora que se marcha, ellos tendrán que irlas comprendiendo y profundizando.
·        Pero no será solamente una reflexión humana, el Espíritu les hará penetrar en todo lo que él ha dicho. Él colaborará en la construcción de la comunidad. Muchos aspectos de la vida y mensaje de Jesús están aún oscuros para ellos (2,22); pero tendrán el valedor, que les ayudará en todo lo que necesiten.
·        El Espíritu hará penetrar a los discípulos en lo que había dicho Jesús, haciéndolo presente; la enseñanza del Espíritu es la de Jesús mismo, su recuerdo es la renovación de su presencia.
·        El que enseña es el Espíritu Santo, el que separa del mundo de la tiniebla-muerte. Mientras no exista esa ruptura, no es posible la interpretación del mensaje de Jesús. Tampoco se puede penetrar el mensaje de Jesús sin escuchar al Espíritu. Este es el maestro de la comunidad.
·        Así pues, Dios “sacraliza” al hombre (Espíritu Santo) y, a través de él, a toda la creación. No hay ya, ámbitos sagrados donde Dios se manifieste fuera del hombre mismo. Esta “sacralización” produce, al mismo tiempo, una “desacralización”, suprimiendo toda mediación de “lo sagrado” exterior al hombre.
·        La presencia de Dios en el hombre no es estática; es la de su Espíritu, su dinamismo de amor y vida, que hace al hombre “espíritu” como él, haciéndolo participar de su propio amor.
·        El Padre es el amor absoluto y, por tanto, el don de sí absoluto; se revela en Jesús como aquel que se entrega para dar vida al hombre. Por eso, desaparece la mediación de la Ley: la única ley es Jesús, en quien el Padre, a través de su Espíritu, ha realizado el modelo de hombre.

4-   Paz es mi despedida; paz os deseo, la mía, pero yo no me despido como se despide todo el mundo. No estéis intranquilos ni tengáis miedo (27).

·        Jesús se despide deseándoles la paz. Este era el saludo ordinario al llegar y al despedirse. Su paz, sin embargo, es diferente: no es un saludo trivial. Tampoco se despide como todos, porque él se va, pero no va a estar ausente. Esto debe darles la serenidad y quitarles todo temor. Cierra Jesús esta parte de su instrucción como la había comenzado (14,1).

5-   Habéis oído lo que os dije: que me marcho para volver con vosotros. Si me amarais, os alegraríais de que me vaya con el Padre, porque el Padre es más que yo (28).

·      Ir al Padre, aunque sea a través de la muerte, no es una tragedia, puesto que su muerte va a ser la manifestación suprema del amor del Padre (12,27s), la victoria sobre el mundo y la muerte. El Padre es más que él, porque en él tiene Jesús su origen (1,32), el Padre lo ha consagrado y enviado (10,36) y todo lo que tiene procede del Padre (3,35).

6-   Os lo dejo dicho ahora, antes que suceda, para que, cuando suceda, lleguéis a creer (29).

·        Jesús, que había predicho la traición para que sus discípulos comprendieran más tarde la magnitud de su amor y se confirmaran en que él era el Mesías (13,19), repite ahora la frase a propósito de su promesa de volver. La primera vez se refería a su muerte; la segunda, a sus efectos: el triunfo de la vida en él y en ellos. (Resumido de “El Evangelio de Juan”, J. Mateos y J. Barreto, pág. 642ss).

P. Pedro Olalde.