Jn 10,1-10
Os aseguro que quien no entra por la
puerta en el redil de las ovejas, sino por cualquier otra parte, es ladrón y
salteador. El pastor de las ovejas entra por la puerta. A éste le abre el
guarda para que entre, y las ovejas escuchan su voz; él llama a las suyas por
su nombre y las saca fuera del redil. Cuando han salido todas las suyas, se
pone delante de ellas y las ovejas lo siguen, pues conocen su voz. En cambio,
nunca siguen a un extraño, sino que huyen de él, porque su voz les resulta
desconocida.
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no
comprendieron su significado Entonces Jesús se. lo explicó: Os aseguro que yo soy la puerta
por la que deben entrar las ovejas. Todos los que vinieron antes que yo, eran
ladrones y salteadores. Por eso, las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la
puerta. Todo el que entre en el redil por esta puerta, estará a salvo y sus
esfuerzos por buscar el sustento no serán en vano. El ladrón va al rebaño
únicamente para robar, matar y destruir. Yo he venido para dar vida a los
hombres y para que tengan en plenitud.
1-
Juicio contra los dirigentes religiosos
· Enlazando con el
tema de la ceguera del capítulo anterior, en este texto del “pastor y el rebaño”
se emite un juicio durísimo contra los dirigentes espirituales del pueblo de
Dios, por su mala gestión.
·
Jesús se dirige a
los fariseos, a los que tiene delante
(Jn 9,40 y 10,6s). A estos fariseos en Jn 10,19 se les denomina los judíos. Estos dirigentes judíos rechazan
a Jesús, porque no saben de dónde es (Jn 9,29). En cambio, los suyos, sus
ovejas, le conocen. Le aceptan, porque ven en él el cumplimiento de las
promesas de los buenos pastores, como se dice en Ez 37,24: “Mi siervo David será su rey, y tendrán todos un solo pastor; caminarán
por la senda de mis preceptos, guardarán mis mandamientos y los pondrán en
práctica”. Hay numerosas citas en el AT sobre la figura del buen y mal
pastor. El mismo Dios manifiesta que no quiere que su pueblo sea un rebaño
disperso al que le falta el pastor (Nm 27,16-17): “Moisés dijo al Señor: Señor, tú que conoces el corazón de todos los
hombres, pon al frente de esta comunidad un hombre que la presida y la
conduzca, para que la comunidad del Señor no quede como rebaño sin pastor”.
·
Los seguidores de
Jesús, sus ovejas, le aceptan como al pastor carismático que se desvive para
darles vida en los mejores pastizales.
·
Los dirigentes
judíos, en cambio, lo rechazan, porque se habían imaginado otro tipo de
pastor-guía-jefe político liberador de la esclavitud en la que vivían bajo la
potencia ocupante, que era el imperio romano.
·
Este texto se
encuentra en el capítulo 10 de San Juan; en el capítulo 9 viene la narración de
la curación del ciego de nacimiento. Los fariseos, los falsos pastores, han
excomulgado y echado fuera al ciego (Jn 9,34). En contraposición con el buen
pastor, los dirigentes judíos de la época, el judaísmo fariseo, es fustigado
durísimamente por Jesús.
·
En relación con
el rebaño que debían apacentar, son ladrones y salteadores (Jn 10,1b.8); son
extraños, a los que no conocen ni siguen las ovejas (Jn 10,5); son gente que
roba, mata y destruye (Jn 10,10); son asalariados irresponsables (Jn 10,12s).
Por el contrario, Jesús, el buen pastor, busca la oveja perdida, la encuentra y
la acoge (Jn 9,35).
2-
Jesús, el buen pastor
· El vivo contraste
entre estos dos tipos de pastores, los fariseos y Jesús, se describe a través
de dos parábolas; la del pastor (Jn 10,1-6) y la de la puerta (Jn 10,7-9). Es
un discurso simbólico, con un lenguaje muy directo. En ambas partes se subraya
la enorme diferencia que hay entre los falsos pastores, los fariseos, y el buen
pastor, Jesús. Éste no explota a sus ovejas, está a su servicio, da su vida por
ellas, las conoce individualmente con un conocimiento amoroso.
· El pasaje está
inspirado en el texto de Ez 34 y 37,16ss, donde se encuentra la llave para
interpretar la metáfora del pastor y del rebaño. Su resumen es que los
dirigentes de Israel son falsos pastores. Por eso, el mismo Señor escogerá
pastores según su corazón, de la línea de David. Él librará a su rebaño de todo
mal.
·
El texto de hoy,
sobre Jesús como buen pastor, afirma que la promesa de Dios, anunciada por
Ezequiel, se cumple en él. El buen pastor es el Dios encarnado: Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y las
reuniré (Ez 34,11; es él quien da su vida por las ovejas, para que éstas
tengan la plenitud de la vida (Jn 10,10). La cumbre de esta reflexión viene expresada por poner la vida, que significa exponerla,
arriesgarla, para defender a aquellos que están sometidos a un peligro mortal. Y no significa entregarla a
la muerte, porque si el pastor muriera las ovejas correrían la misma
suerte. Es, pues, “jugarse la vida” para liberar de la muerte a aquellos que
están amenazados por ella. Así lo hizo David que, como pastor “ideal” puso en
peligro su vida para defender a las ovejas de su padre (1 Sm 17,34-35). Esta
figura mesiánica se convierte en el evangelio en el símbolo más claro de Jesús.
3- Testimonio.
Mártires de El Mozote. El Salvador (+ 1981)
· En la siguiente
historia, es fácil observar quiénes se mueven por el espíritu del buen pastor y
aquellos que actúan por los sentimientos contrarios. El 10 de diciembre de
1981, un gran número de tropas salvadoreñas,
entrenadas por los Estados Unidos, entró en el pueblo de El Mozote,
pequeño caserío en la provincia salvadoreña de Morazán. Su objetivo era
perseguir a las tropas de la guerrilla, cortar las líneas de suministro y
eliminar a los sospechosos de ser subversivos.
· Nadie había
acusado jamás a la gente de El Mozote de ser subversiva. Eran, de hecho, una
excepción en esta provincia, controlada, en su mayoría, por la guerrilla. Más
de la mitad de sus habitantes eran evangelistas, un hecho que daba cuenta de su
determinación de permanecer neutrales en la guerra civil en curso en El
Salvador. Ese día, el pueblo se hallaba atestado de refugiados del campo, en la
creencia de que El Mozote sería un refugio seguro, en medio de la lucha que los
rodeaba. Estaban equivocados.
·
Una campesina,
Rufina Amaya, fue puesta al final de la fila de mujeres a ser ejecutadas. Había
asistido ya a la decapitación de su esposo. Al llegar al lugar donde debía ser
ejecutada, Rufina cayó de rodillas: “Lloraba y rogaba a Dios que perdonara sus
pecados”. Y en un momento en que los soldados no miraban, se arrastró y
escondió entre unos arbustos. Permaneció allí durante días, temblando,
sedienta, sangrando, mientras contemplaba y escuchaba cómo los soldados
completaban su misión. Los niños fueron los últimos en morir. Rufina tuvo que
escuchar, mordiéndose la lengua para no gritar, las voces de sus propios hijos
mientras los mataban. Por la noche oyó discutir a algunos soldados acerca de la
fe de la gente que habían matado. Recordaban, en particular a una joven.
Mientras la violaban repetidas veces, ella continuó cantando himnos. Continuó
cantando aun luego de que le dispararan en el pecho.
· Rufina fue la
única superviviente para contar al mundo lo que había sucedido en El Mozote,
donde se mató a más de mil personas, Fue la mayor masacre de la historia
moderna de Latinoamérica. Con el tiempo, la gente empezó a volver al pueblo y a
construir casas. Pero Rufina no lo hizo Fue a vivir a un pueblo cercano, donde
se casó y dio a luz nuevos hijos. Mas a pesar del sufrimiento de sus recuerdos,
cumplió su promesa de contar la historia de la masacre a cualquiera que se lo
preguntase.
· Un monumento en
la plaza central de El Mozote lleva la siguiente inscripción: “Ellos no murieron, están con nosotros, con
ustedes, con toda la humanidad”. (TODOS LOS SANTOS, Robert Ellsberg. Lumen,
páginas 586 y 587).
P. Pedro Olalde.