Mt 13,44-52
1-
Mt
13,44-46 EL TESORO Y LA PERLA
· Sucede con
el reino de los cielos lo que con un tesoro escondido en el campo: el que lo
encuentra lo deja oculto y, lleno de alegría, va, vende todo lo que tiene y
compra aquel campo. También sucede con el reino de los cielos lo que con un
mercader que busca ricas perlas, y que, al encontrar una de gran valor, se va a
vender todo lo que tiene y la compra.
·
Aquí comienza otra serie de 3 parábolas, que son
propias de Mateo, aunque también se encuentran en el evangelio apócrifo de
Tomás). Las tres hablan del misterio del reino de Dios, por lo cual todas tienen
la misma introducción.
·
En la primera parábola, Mateo subraya lo
verdaderamente valioso, que le lleva al feliz descubridor a actuar con urgencia
para hacerse con el tesoro. Algo así acontece con el hallazgo del reino de los
cielos: el que lo descubre da una respuesta positiva, ya que nada es comparable
con su adquisición.
·
Ambas parábolas pueden situarse en un contexto
de seguimiento a Jesús. Quien oye la voz de Jesús para seguirle, es capaz de
dejar todo para experimentar la grandeza del reino que anuncia Jesús, en cuya
comparación los demás bienes son basura.
·
El evangelista invita al discípulo de Jesús que
ha hecho el hallazgo del reino de Dios, que lo viva coherentemente y con un
gran espíritu de alegría, sin volver la vista atrás, renovando y afianzándose continuamente
en su actitud de conversión.
2-
Mt 13,47-50
LA RED
· También sucede con el reino de los cielos lo
que con una red que echan al mar y recoge toda clase de peces; una vez llena,
los pescadores la sacan a la playa, se sientan, seleccionan los buenos en
cestos, y tiran los malos. Así será el fin del mundo. Saldrán los ángeles a
separar a los malos de los buenos, y los echarán al horno de fuego; allí
llorarán y les rechinarán los dientes.
· Es
una parábola muy parecida a la del trigo y la cizaña que crecen juntos (Mt
13,24-30ss). La pesca viene a representar la invitación que se hace a todos a
entrar en el reino de Dios. La aplicación que hace el evangelista es similar a
la de la parábola del trigo y la cizaña. A los miembros de su comunidad les
recuerda Mateo cómo han de vivir de cara al juicio final para ser dignos de ser
contados entre los elegidos.
· El relato de esta parábola en la versión del
evangelio apócrifo de Tomás es notoriamente distinto. Se cuenta la historia de
un pescador sabio que coge una gran cantidad de peces y se queda sólo con un
pez grande, arrojando los demás al mar.
· La aplicación es muy parecida a la que se hace en
las parábolas del tesoro escondido y la perla: hay que elegir el reino y
deshacerse de lo demás. Probablemente, la versión del evangelio de Tomás
conserve mejor el espíritu primitivo de esta comparación, sin necesidad de
incidir de nuevo en el juicio final.
3-
Mt
13,51-52 LO NUEVO Y LO VIEJO
· Jesús
preguntó a sus discípulos: ¿Habéis entendido todo esto? Ellos le contestaron:
Sí. Y Jesús les dijo: Todo maestro de la ley que se ha hecho discípulo del
reino de los cielos, es como un padre de familia que saca de su tesoro cosas
nuevas y viejas.
· Es la parte conclusiva de todo el capítulo 13
que contiene 7 parábolas. En ella, Mateo insiste en el modelo ideal del buen
discípulo, que es el que se esfuerza por entender los misterios del reino de
Dios y utiliza oportunamente lo viejo y la nuevo.
· Alude aquí Mateo a lo nuevo, la enseñanza de
Jesús en el NT, y lo viejo, la ley vieja del AT. La mención de “todo maestro de la ley que se ha hecho
discípulo del reino de los cielos” habla, sin duda, de la existencia de
escribas cristianos, en la comunidad de Mateo. Estos escribas son propuestos
como modelos por emplear tanto las enseñanzas de Jesús como los textos del AT.
4-
REFLEXIÓN
· Con la mirada fija en el espíritu de estas
parábolas, podemos afirmar que una de las grandes tareas de un hombre honesto
es la búsqueda de la verdad o, por decirlo de otra manera, la búsqueda de la
sabiduría de la vida.
· Esta sabiduría no se percibe a flor de
tierra, sino en lo profundo, en las entrañas mismas de la tierra. Ocurre igual
que en los tesoros: no se encuentran en la superficie sino muy en el interior
de las capas exteriores.
· Así pues, tanto la verdad como lo valioso,
el tesoro, es necesario descubrirlos, encontrarlos. Para lo que es
imprescindible la reflexión serena de la realidad. Quiero expresar con ello que quien no sea
consciente de esta necesidad se verá abocado a vivir sin percatarse de las
riquezas ocultas de la vida.
· Tener presente en mi conciencia al que es un
modelo de identificación en uno u otro aspecto, me estimula a imitarle. El P.
Carmelita, D. José Vicente Rodríguez, en su obra “Proa al Infinito”, dice de
Miguel de Unamuno:
· “Como le bautizó el filólogo Curtius, don
Miguel sigue siendo, en buena medida, EXCITATOR HISPANIAE, el “despertador de
España”, y sigue ejerciendo lo que él consideraba obra de misericordia suprema:
“despertar al dormido y sacudir al parado”.
· Los lectores del Diario Vasco de su tiempo
(1864-1936) se sintieron impactados por lo que el columnista llamaba lo grande
de Unamuno: “Lo que lo eleva sobre la actual indiferencia y frivolidad
religiosa: su búsqueda sincera y los tonos ardientes con que expresa en prosa y
en verso sus ansias de Dios”.
· La indiferencia que se masca en el ambiente
y el encontrarse con que a nadie le importa de nada, no es capaz de apagar su
voz, sino más bien se la potencia.
P. Pedro Olalde.