Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas


En 1715 se reunió en Madrid un grupo de 124 vascongados que decidieron fundar una Congregación con fines benéficos bajo la advocación de San Ignacio de Loyola. El Consejo de Castilla aprobó las Constituciones en 1718 y desde entonces la Congregación, y a lo largo de más de 300 años de historia ha continuado con su misión.

La Congregación tiene como sede la Iglesia de San Ignacio de Loyola, de Madrid, donde realiza sus actividades. Este blog es un canal de información dirigido a todos sus miembros y personas interesadas en conocerla más de cerca.


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30º Domingo ordinario (26 de octubre 2014)

     1-   Mateo 22,34-40

·      Cuando los fariseos oyeron que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron, y uno de ellos, experto en la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? Jesús le contestó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. En estos dos mandamientos se basa toda la ley y los profetas.

2-   El mandamiento más importante
 ·   Después de la derrota que han sufrido los saduceos, los fariseos vuelven a reunirse (ver Mt 22,15). Solo Mateo subraya el carácter organizado del enfrentamiento con Jesús, que culminará en su pasión (Mt 26,4; 27,1).

 ·      Los fariseos intentan poner de manifiesto que Jesús no sabe interpretar la ley de Moisés y que por tanto no es una persona digna de crédito. La cuestión que le plantean es verdaderamente complicada y responde a una preocupación especialmente sentida entre los fariseos y maestros de la ley.

·      Ante la imposibilidad de recordar y practicar todos estos preceptos, surgió la pregunta que ellos mismos se hacían, y que ahora le plantean a Jesús: ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? Las opiniones de los diversos maestros de su época eran tan encontradas y eruditas, que quienes le hacen la pregunta esperan que Jesús no sepa responderles.

·       Sin embargo, son ellos los que se quedan atónitos y sin respuesta ante las palabras de Jesús, que supera de nuevo el estrecho horizonte del planteamiento que le hacen, y se sitúa al nivel de las opciones profundas. Lo importante no es saber cuál es el mandamiento más importante, sino buscar el origen de todos ellos. Jesús propone dos: amar a Dios y amar al prójimo. Todas las enseñanzas de la ley y los profetas pueden deducirse de estos dos mandamientos.

·    Los primeros cristianos usaban la expresión la ley y los profetas para referirse a los libros inspirados del AT (Mt 5,17; 7,12; Lc16,16; 24,44; Jn 1,45; Hch 13,15). En Mateo, además, esta expresión recuerda la gran instrucción de Mt 5,17-7,12, donde Jesús propone una nueva interpretación de la ley y los profetas. Esta era una problemática especialmente sentida en su comunidad, que durante mucho tiempo había dependido de la interpretación hecha en las sinagogas (Mt 23,1-7).

 ·   En el pasaje paralelo de Marcos (Mc 12,28-34), Jesús y el maestro de la ley se dirigen una mutua alabanza. Mateo ha suprimido esta conclusión para que aparezca más claramente el enfrentamiento entre Jesús y sus adversarios, que es reflejo del que vive su comunidad con respecto al judaísmo. También aprovecha esta controversia de Jesús para recordar a los miembros de su comunidad que la ética cristiana no está basada en una complicada lista de preceptos, sino en amar a Dios y a los hermanos sin separar ambos amores, pues ambos se implican y reclaman mutuamente.

3-   Amor a Dios y amor al prójimo

·   El amor a Dios no es un término pasado de moda, una expresión de la que podría hoy prescindirse cuando se quisiera hablar de un amor riguroso y desinteresado al hombre. Dios es más que un hombre, infinitamente más. Es el Dios que se halla por encima de toda realidad humana y que ha de ser amado en adoración. Y, no obstante, se da una relación mutua entre el amor a Dios y el amor al prójimo, por cuanto ambos se condicionan de veras mutuamente.

·       No hay amor a Dios que no sea ya en sí mismo amor al prójimo y que, sin la práctica de este último, pueda llegar a serlo realmente. Solo quien ama al prójimo puede saber quién es realmente Dios. Y, a fin de cuentas, solo quien ama a Dios podrá darse incondicionalmente a la otra persona para la afirmación de sí mismo (Karl Rahner en “Dios, amor que desciende”).

4-   El crecimiento en el amor es la tarea más lenta y costosa para el ser humano

·    Quien se tome a pechos esta tarea deberá estar dispuesto a una lucha encarnizada contra un gigante: su egoísmo.

·    Deberá tener una férrea voluntad de proponerse cada mañana el progreso en el amor al prójimo, y por la noche ver cómo ha actuado en las diversas circunstancias de la jornada.

·       En los momentos de oración, tendrá que purificar su interior de las adherencias del desamor, que tan fácilmente se pegan al corazón, para luego, amar una a una a las personas de su entorno.

·       Deberá, asímismo, tomar conciencia de la lista negra de las personas a las que rechaza o siente indiferencia, para ir reduciendo dicha lista, ante la mirada del Dios todo-amoroso.

·     No podrá cejar en este empeño, hasta que acepte y quiera efectivamente, a todos, y llegue a una actitud abierta, en disposición de dar un apretado abrazo a cualquier ser humano.

P. Pedro Olalde.

29º Domingo ordinario (19 de octubre 2014)

Mt 22,15-21

1-   Mateo 22,15-21

·        Entonces los fariseos se pusieron de acuerdo para buscar algún motivo de acusación en sus palabras, y le enviaron discípulos suyos con los partidarios de Herodes a decirle: Maestro, sabemos que eres sincero. Que enseñas con verdad el camino de Dios y que no te dejas influir por nadie, pues no miras las apariencias de las personas. Dinos, pues, tu parecer: ¿Estamos obligados a pagar tributo al césar o no?

      Jesús se dio cuenta de su mala intención y les dijo: ¿Por qué me ponéis a prueba, hipócritas? Mostradme la moneda del tributo. Ellos le mostraron un denario, y él les preguntó: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Le respondieron: Del césar. Jesús les replicó: Pues dad al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios. Al oír esto, se quedaron asombrados, lo dejaron y se fueron.

2-   El tributo al emperador

·      Los fariseos, que han escuchado las parábolas de Jesús, saben que se refiere a ellos (Mt 21,45). Se han visto identificados en el hijo que dijo sí a su padre, pero luego no fue a trabajar a su campo; en los viñadores malvados, que tuvieron la osadía de matar al hijo; y en los invitados al banquete de bodas que rechazaron la invitación. Por eso buscan un pretexto para acusar a Jesús. Lo hacen a través de tres controversias, que siguen un mismo esquema. En los tres casos, sus interlocutores se dirigen a Jesús con el título de maestro (Mt 22,16.24.36), que en el evangelio de Mateo solo encontramos en boca de los que no saben quién es Jesús (Mt 8,19; 9,11; 12,38). Quienes le conocen, como los discípulos, le llaman Señor (Mt 8,2.6.8; Mt 14,28.30).

·      La primera pregunta se refiere a la obligación de pagar tributos al emperador. Era una cuestión muy discutida, pues el pago de dicho tributo era el signo más evidente de la dominación romana. Los partidarios de Herodes y el alto clero estaban a favor del impuesto, porque se beneficiaban de él. Los grupos revolucionarios, sin embargo, consideraban este tributo como una ofensa a Dios, único soberano de Israel. Los fariseos no se oponían tan violentamente, pero estaban cerca de la postura de los grupos revolucionarios. La pregunta era complicada. Cualquier respuesta podía ser muy comprometida para Jesús: si estaba a favor de pagar el impuesto, los fariseos podían acusarlo de colaboracionista e impío; pero si estaba en contra, los partidarios de Herodes podían acusarlo de revolucionario y enemigo del emperador.

·      La respuesta de Jesús es desconcertante, porque sitúa la cuestión a un nivel más profundo. Para él lo importante es que el hombre reconozca a Dios como único señor, pues es en el hombre donde Dios ha dejado inscrita su imagen (Gn 1,27). Al emperador le pertenecen las monedas del impuesto, que llevan su imagen, pero solo a Dios debe someterse el hombre como a Señor absoluto. La respuesta de Jesús no defiende una especie de reparto equitativo entre el poder político y el religioso. Esta es una problemática que apareció después, sobre todo en la Edad Media, cuando se leyó este texto desde unas circunstancias muy diversas a las que se daban en tiempos de Jesús. Lo que Jesús hace es situar al hombre ante Dios como su único Señor. Todo lo demás debe ser relativizado, también la sumisión al poder político. 

P. Pedro Olalde.

28º Domingo ordinario (12 de octubre 2014)

Mt 22,1-14

1-   Mateo 22,1-14

Jesús tomó de nuevo la palabra y les dijo esta parábola: Con el reino de los cielos sucede lo que con aquel rey que celebraba la boda de su hijo. Envió a sus criados para llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. De nuevo envió otros criados encargándoles que les dijeran a los invitados: “Mi banquete está preparado, he matado becerros y cebones, y todo está a punto; venid a la boda”. Pero ellos no hicieron caso, y se fueron unos a su campo y otros a su negocio. Los demás, echando mano a los criados, los maltrataron y los mataron. El rey entonces se enojó y envió sus tropas para que acabasen con aquellos asesinos e incendiasen su ciudad. Después dijo a sus criados: “El banquete de boda está preparado, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y convidad a la boda a todos los que encontréis”. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que  encontraron, malos y buenos; y la sala se llenó de invitados.

Al entrar el rey para ver a los comensales, observó que uno de ellos no llevaba el traje de boda. Le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?”. Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los servidores: “Atadlo de pies y manos y echadlo fuera a las tinieblas; allí llorará y le rechinarán los dientes”. Porque son muchos los llamados, pero pocos los escogidos.

2-   Parábola de los invitados a la boda

·        Mateo ha unido aquí dos parábolas: la de los invitados al banquete (Mt 22,1-10; Lc 14.15-24), y la del comensal sin vestido apropiado (Mt 22,11-14, sin paralelo en Lucas), y ha hecho del conjunto una explicación de la entrada de los paganos en la Iglesia, y una exhortación a su comunidad para que confirme con obras su vocación cristiana.

·        Para comprender el sentido de la parábola en labios de Jesús tenemos que reconstruir el escenario social al que hace referencia. Notemos en primer lugar que se trata de un banquete. Las comidas tenían (y tienen aún hoy) una importante función social, pues eran ceremonias a través de las cuales se confirmaba el status de las personas y su lugar dentro de la escala social. Los banquetes eran también un medio para estrechar lazos, para afirmar alianzas y relaciones. El estatus de una persona podía muy bien medirse por la gente que frecuentaba su mesa. En ocasiones muy especiales, como la boda de un hijo, la selección de los invitados era minuciosa; sobre todo se cuidaba la invitación a personajes importantes, porque su presencia contribuía a realzar el estatus y el honor de la familia.

·        Leída en este contexto, lo más sorprendente de la parábola es que los invitados se nieguen a participar en el banquete de bodas, aduciendo excusas poco verosímiles (en Mateo, incluso, matan a los emisarios del rey). Rechazar una invitación como ésta era algo casi impensable, y suponía una ofensa grave a quien invitaba. A la ofensa que le hacen, el rey de la parábola responde invitando a todos los que se encuentren por los caminos, gente que nunca se habría sentado a la mesa de un personaje importante, y menos de un rey.

·        Esta lectura de la parábola es coherente con un dato importante de la vida de Jesús: sus comidas con los pecadores y recaudadores de impuestos, que le acarrearon duras críticas. Es muy probable que Jesús, a través de esta parábola, intentara responder a la acusación de haber invitado al banquete del reino a todo tipo de personas. La parábola habla también del rechazo de su mensaje por parte de los líderes del pueblo y de la acogida que le dispensaron los marginados: pecadores, prostitutas, etc. Los primeros cristianos profundizaron en el sentido de la parábola desde su situación, y vieron también en ella la explicación de una nueva circunstancia que estaban viviendo: la buena noticia era mejor acogida por los paganos que por los judíos.

·        En la versión de Mateo el tema de fondo sigue siendo el rechazo de la invitación de Jesús a acoger el reino y las consecuencias de este rechazo. Para subrayarlo, el evangelista ha introducido algunos detalles y modificaciones importantes (véase la versión de Lucas: la muerte violenta de algunos de los emisarios (Mt 22,6) y el castigo con que el rey responde a esta actitud (Mt 22,7-8; véase Mt 21,41). Para Mateo la parábola no es ya una explicación del estilo de la vida de Jesús, sino que expresa la respuesta de Dios al rechazo de su pueblo.


·        Mateo ha añadido a la parábola de los invitados a la boda otra breve parábola (Mt 22,11-14), que tuvo un origen independiente. En esta segunda parábola aparece también el tema del juicio, pero esta vez no se trata del juicio del pueblo de Israel, sino de aquellos que creen tener asegurada la salvación. El evangelista quiere advertirles que no es suficiente con haber aceptado la invitación. Para entrar en el banquete del reino es necesario un estilo de vida que ponga en práctica las enseñanzas de Jesús. El rey no exige algo imposible a los que han sido invitados en las encrucijadas de los caminos. Como era costumbre, el anfitrión habría preparado vestidos apropiados para aquellos que llegaron al banquete sin ellos. El comensal al que se dirige el rey con palabras tan severas, ha rechazado el vestido que le ofrecían, y ha ofendido al rey, al entrar en su banquete vestido impropiamente. El mensaje de Mateo a su comunidad es por tanto éste: Dios ha llamado a todos a participar en el banquete del reino, pero sólo serán admitidos aquellos que hayan respondido a la invitación cambiando su estilo de vida.

P. Pedro Olalde.

Últimas noticias (8 de octubre 2014)

Las actividades previstas para este periodo son las siguientes:

- El próximo sábado 11 de octubre celebraremos la festividad de la Virgen de Begoña.  La misa será a las 19:30 hrs. en la Iglesia de San Ignacio. 

- El domingo 12 de octubre recordaremos a Pablo Beltrán de Heredia en el 2º aniversario de su fallecimiento. En la misa de las 12:00 p.m., José Luís Zamanillo y Carmen Bocanegra cantarán en su recuerdo.

- El domingo 19 de octubre, el Orfeón Vasco de Euskal Etxea comenzará con nosotros este nuevo curso, acompañándonos en la misa dominical. Recordaremos a María Balenciaga y Alfonso Arbaiza, fallecidos recientemente y miembros de esta Congregación.

- El sábado 25 de octubre a las 19:30 hrs. tendremos concierto de las corales vizcaínas Altzaga abesbatza y Lemoako abesbatzen elkartea, con un programa muy variado, acompañándonos de nuevo en la eucaristía del domingo.

- El sábado 1 de noviembre, día de Todos los Santos, celebraremos misa a las 12:00 hrs., al igual que el domingo 2 de noviembre día de los Difuntos. Este día recordaremos a todos los fallecidos en el año.

En cuanto a las actividades anteriores, comunicaros que la celebración de San Ignacio en julio contó con muy buena asistencia. La misa fue celebrada por nuestro capellán D. Pedro Olalde y fue concelebrada por el Padre carmelita D. Félix Duralde, quien habitualmente suele participar en esta festividad.

En julio celebramos el primer aniversario del fallecimiento de Cipriano García Vadillo y el domingo 28 de septiembre recordamos a Pello Aramburu, quien fue Presidente de esta Congregación durante muchos años.

El 17 de agosto comenzaron las obras en la Iglesia para la sustitución y reparación de algunas baldosas del suelo que se encontraban dañadas. Debido a esto, la misa del 14 de septiembre tuvo que ser celebrada en los salones de la Congregación.

En cuanto a el III Centenario de la Congregación, que se celebrará en el año 2015, estamos preparando ya algunas de las actividades que tendrán lugar. En las próximas circulares os tendremos al corriente de ello.

La Junta de Gobierno.

27º Domingo ordinario (5 de octubre 2014)

Mt 21,33-43

      1- Mateo 21,33-43

Escuchad esta otra parábola: Había un hacendado que plantó una viña, la
rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, edificó una torre, la arrendó a unos
labradores, y se ausentó. Al llegar la vendimia, envió sus criados a los
labradores para recoger los frutos. Pero los labradores agarraron a los
criados, hirieron a uno, mataron a otro, y al otro lo apedrearon. De nuevo
envió otros criados, en mayor número que la primera vez, e hicieron con ellos
lo mismo. Finalmente, les envió a su hijo, pensando: “A mi hijo lo respetarán”.
Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: “Este es el heredero. Matémoslo
y nos quedaremos con su herencia”. Le echaron mano, lo arrojaron fuera de la
viña y lo mataron. ¿Qué os parece? Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué
hará con esos labradores?
Le respondieron: Acabará de mala manera con esos malvados, y arrendará la
viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo.
Jesús les dijo: ¿No habéis leído nunca en las Escrituras: “La piedra que
desecharon los constructores se ha convertido en piedra angular; esto es obra
del Señor y es realmente admirable?
Por eso os digo que se os quitará el reino de Dios y se entregará a un pueblo
que dé a su tiempo los frutos que al reino corresponden.

      2- Parábola de los viñadores malvados

·        Una sencilla comparación con la versión de Marcos 12,1-12, revela que Mateo la ha retocado notablemente, intentando adaptarla a la situación de su comunidad.

·        La historia narrada refleja bien la situación de Galilea, donde la propiedad de la tierra se había ido concentrando en manos de las clases altas que vivían en las ciudades. Estos latifundios eran gestionados de diversas maneras (Ver Mt 20,1-16, donde el dueño contrata directamente a los obreros). Una forma de contratación consistía en arrendárselas a los campesinos a cambio de una parte de los frutos.

·        Los que tomaban las tierras de otros para trabajarlas eran, generalmente, familias que habían perdido sus propiedades debido a la presión fiscal o a las malas cosechas. Su situación era muy inestable, pues, además de todos los gastos de las labores agrícolas, tenían que hacer frente a los impuestos y al porcentaje que debían pagar al dueño de las tierras. Al final, apenas les quedaba para su sustento y el de sus familias. Esta situación provocó una gran inestabilidad social, que dio lugar a algunos movimientos de campesinos que se rebelaron contra las familias de la élite o contra los romanos que les cobraban los impuestos. La escena descrita en la parábola no era desconocida para los oyentes de Jesús. Sólo hay en ella un punto llamativo: que los viñadores se atrevan a matar al hijo del dueño. Esto era ir demasiado lejos.

·        En su forma más antigua la parábola estaba, pues, centrada en la muerte del hijo. Con ella Jesús expresó la certeza de su íntima relación con el Padre, y el presentimiento de un final trágico, semejante al de otros enviados de Dios. Los primeros cristianos, que conocían su victoria sobre la muerte, añadieron la cita del Salmo 118, orientando el mensaje de la parábola hacia la resurrección de Jesús. Finalmente, Mateo, teniendo en cuenta la experiencia vivida por su comunidad, hizo de la parábola una explicación del rechazo de Jesús por parte de Israel, y de la entrega del reino a un pueblo que dé frutos, convirtiendo la parábola en una alegoría. El comienzo alude a Is 5,1-7, donde la viña representa a Israel. Los viñadores son los jefes del pueblo, que han rechazado a los enviados de Dios en diversas ocasiones, apedreándolos y matándolos. La suerte del Hijo no ha sido distinta, sino el colmo de toda esta dolorosa serie de atropellos contra el dueño de la viña. Los viñadores se obstinan en no dar los frutos en el tiempo oportuno.

·        En la versión de Mateo, la parábola concluye con una interpelación a los oyentes: ¿qué hará el dueño de la viña cuando vuelva? Una pregunta que encontró pronto respuesta en dos acontecimientos: la resurrección de Jesús y el nacimiento de la Iglesia cristiana, como una comunidad distinta del judaísmo. La respuesta de Dios al rechazo de Jesús por parte de Israel ha sido en primer lugar resucitarle de entre los muertos, convertir en piedra angular la piedra desechada por los arquitectos;  y en segundo lugar, quitar el reino a Israel y entregárselo a un pueblo que dé frutos (Mt 3,8.10; 7,16-29; 12,33). En Mateo, el acento principal de la parábola no está ya en la muerte y la resurrección de Jesús, sino en la razón de ser de la Iglesia. El evangelista pretende explicar la ruptura entre el judaísmo y la Iglesia cristiana, y exhorta a su comunidad para que no se deje llevar por la comodidad y la autocomplacencia, sino que esté siempre dispuesta a dar a su tiempo los frutos propios del reino, es decir, a poner en práctica la voluntad de Dios expresada en las enseñanzas de Jesús.


·        Esta parábola tiene una gran importancia en el conjunto del evangelio, pues en ella está la clave para entender el envío de los discípulos a todos los pueblos. Al principio, la buena noticia fue dirigida sólo a Israel (Mt 10,5-6), pero el pueblo elegido ha rechazado insistentemente la invitación a acoger el reino. Por eso, Jesús fue congregando en torno al grupo de los discípulos un “nuevo Israel”, cuya misión será anunciar a todos los pueblos la salvación (Mt 28,16-20). El reino ha sido quitado a Israel y entregado a este nuevo pueblo mesiánico congregado por Jesús.

P. Pedro Olalde.