Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas


En 1715 se reunió en Madrid un grupo de 124 vascongados que decidieron fundar una Congregación con fines benéficos bajo la advocación de San Ignacio de Loyola. El Consejo de Castilla aprobó las Constituciones en 1718 y desde entonces la Congregación, y a lo largo de más de 300 años de historia ha continuado con su misión.

La Congregación tiene como sede la Iglesia de San Ignacio de Loyola, de Madrid, donde realiza sus actividades. Este blog es un canal de información dirigido a todos sus miembros y personas interesadas en conocerla más de cerca.


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3º Domingo ordinario (25 de enero de 2015)

Después que Juan fue arrestado, marchó Jesús a Galilea, proclamando la buena noticia de Dios. Decía: El plazo se ha cumplido. El Reino de Dios está llegando. Convertíos y creed en el evangelio.                                                                            

Pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que estaban echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: Veníos detrás de mí y os haré pescadores de hombres. Ellos dejaron inmediatamente las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan. Estaban en la barca reparando las redes. Jesús los llamó también; y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él (Mc 1,14-20).

1-   Mc 1,14-15

·        Juan, arrestado, pasa el testigo a Jesús, el cual empezó a proclamar el Evangelio de Dios en Galilea, región más tranquila que Judea.

·        Las primeras palabras de Jesús son las mismas que las de Juan, aunque el tono y el estilo eran distintos, porque brotaban de fuente distinta. En las palabras de Jesús había más convencimiento, más profundidad, más misericordia. Cuando Jesús habla de conversión, no amenaza; cuando habla del Reino de Dios, a Jesús se le enciende el alma; cuando habla de cercanía, Jesús quiere decir ya.

·        PRIMAVERA DE GALILEA. Cuando el mundo vivía en la noche, amanecía Dios en Galilea. Un joven nazareno gritaba palabras de luz. Levantaos, decía, despertad y encended vuestras lámparas. Se acabaron las pesadillas y los miedos. No temáis. Poneos vestidos de fiesta para recibir a Dios, que va a pasar.

·        Viene con vendas para los corazones desgarrados, viene con el regalo de la libertad. Viene con un pan grande que se reparte para todos. Y el joven nazareno encendía el corazón de Galilea, la luz crecía en galilea –allí empezó la cosa- allí empezó a clarear el Reino del amor, el Reino de Dios y su Mesías.

2-   Mc 1,16-20

·   En estos versículos, Marcos nos refiere la vocación definitiva, la llamada radical de los discípulos por parte de Jesús. Eran gente sencilla, más bien ignorantes. No escogió discípulos en el marco del Templo o la sinagoga, gente de prestigio. Se dirige a unos pescadores de Tiberíades.

·        Venid conmigo y os haré pescadores de hombres. No sabían bien lo que significaba eso de ser pescadores de hombres, pero sí sabían bien lo que suponía y exigía lo de venid conmigo. Tenían que dejar familia y trabajo. Tenían que iniciar una aventura, imposible de programar. Tendrían que empezar a vivir de la Providencia. No sabían cuál sería su conquista o recompensa. Pero nada de eso les preocupaba. Ellos confiaban plenamente en Jesús, se sentían seducidos por él. Ellos creían en él. Querían estar con él, y esa sería su recompensa. Valía la pena todas las renuncias y sacrificios. Todavía no sabían bien quién era, pero sí que Dios estaba con él. Ya irán aprendiendo su misterio. Ya irán aprendiendo su ministerio, eso de ser pescadores de hombres. Si se hablaba del Mesías, ellos serían sus predilectos y tendrían buena parte en los dones mesiánicos. Si se hablaba del Reino de Dios, ellos conseguirían buenos puestos.

3-   Jonás 3,1-5.10

·        La 1ª lectura de hoy recoge la historia de Jonás y Nínive. Es una composición llena de ternura en la que brilla con toda su fuerza la misericordia de Dios. Misericordia con Nínive, ciudad pecadora por excelencia; con el mismo Jonás, rebelde, duro y vanidoso; con los animales y con la creación entera. Dios tiene misericordia hasta de las piedras. Es uno de los libros más progresistas del A. T.

·      Jonás, después del ejemplar escarmiento, tres días y tres noche en el vientre de la ballena, se decidió a predicar  en Nínive el evangelio de la penitencia. Pero este evangelio, más que buena noticia, sonaba a amenaza y maldición. El profeta puso un plazo. Dentro de 40 días Nínive será arrasada.

·    Los ninivitas creyeron en Dios. Fue un espectáculo emocionante ver a todos, desde el más grande al más chico, desde el rey al barrendero, vestidos de saco, ayunando y clamando a Dios con fuerza. Y Dios se conmovió al ver a esta gran ciudad arrepentida, y Él se arrepintió del mal que había anunciado, y tuvo lástima de todos, entre los cuales había muchos que no sabían lo que hacían.

·        Los ninivitas aprovecharon bien el plazo. Los 40 días fueron para ellos días de gracia. Todo el que llora su pecado ya está perdonado. Todo el que quiere cambiar de su mala conducta ya ha encontrado a Dios. Jesús llegaría a poner a los ninivitas como ejemplo de fe y conversión (Mt 12,41; Lc 11,30.32).

4-   ¿Dónde estás, Dios? ¿Dónde estás, hombre?

·   Lector, si alguien te pregunta dónde está Dios, ¿qué le responderías? Un célebre maestro respondía así: Dios se encuentra allí donde le permiten entrar.  Martín Buber escribió: Dios quiere entrar en su mundo, pero es por medio del hombre como desea entrar. Respuestas extraordinarias que encontramos también en la tradición cristiana: Dios está en la puerta: no entra si no se le abre, como se afirma en Apocalipsis 3,20: Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo. Y como en un espejo, S. Agustín hace hablar a Dios: Hombre, ¿dónde estás? Estoy en ti, pero es imposible encontrarte, porque tú no estás en tu casa más que de paso. Llamada apremiante por parte de Dios a habitar nuestra morada interior. ¿Qué ocurre con una casa abandonada o mal conservada? Primero, la invade el polvo, luego, se instalan en ella los animales, y finalmente, se llena de grietas y se hace inhabitable. ¿No corremos el riesgo de que nos suceda esto a nosotros si no cuidamos nuestra casa o nuestro hombre interior?

·     La experiencia espiritual de Etty Hillesum es de este orden; ella busca una casa para Dios, y escribe: Te prometo, Dios mío, que buscaré para ti un alojamiento y un techo en el mayor número de casas posible. Es una imagen divertida; me pongo en camino para buscarte un techo. Hay muchas casas deshabitadas, y yo te introduciré en ellas como el huésped más importante que puedan acoger.


·        ¡Desciende a tu corazón! Para que el hombre pueda subir es preciso, primero, que descienda. ¿Adónde? A su corazón. La presencia de Dios no puede ser comprendida más que en el espacio personal, el más personal. No hay otro lugar, fuera del corazón humano, que pueda acoger a Jesucristo y al Espíritu. Del centro del corazón parte el camino de la vida espiritual. En el marco de una experiencia fuerte con Dios, el hombre se despierta a lo divino. Esta experiencia permite al hombre tocar a Dios, entrar en relación con Él.

P. Pedro Olalde. 

¡El Tricentenario de la Congregación ya está aquí!

El próximo domingo día 25 de enero, y tras la misa dominical de las 12.00 hrs. en nuestra iglesia de San Ignacio, tendrá lugar como homenaje a dicha conmemoración una tamborrada. La misa será acompañada por el Orfeón Vasco de Euskal Etxea.

El 19 de enero pasado, día de San Sebastián, tras la cena que todos los años Euskal Etxea organiza en el restaurante Jai Alai de Madrid, se produjo la izada de la bandera de San Sebastián, que este año, con motivo del Tricentenario han cedido a la Congregación. Desde aquí queremos agradecer este gesto a Euskal Etxea. Eskerrik asko!

La misa dominical del día 18 de enero fue en memoria de D. Manuel Ignacio Martínez de Lejarza, fallecido hace un año.

Estimados congregantes: ¡No dejéis de acudir a ningún acto del Tricentenario, es vuestra fiesta!

La Junta de Gobierno.

2º Domingo ordinario (18 de enero de 2015)

Jn 1,35-42

·        Al día siguiente, Juan se encontraba en aquel mismo lugar con dos de sus discípulos. De pronto vio a Jesús que pasaba por allí, y dijo: Este es el cordero de Dios. Los dos discípulos le oyeron decir esto, y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, viendo que lo seguían, les preguntó: ¿Qué buscáis? Ellos le contestaron: Maestro, ¿dónde vives? Él les respondió: Venid y lo veréis. Se fueron con él, vieron dónde vivía y pasaron aquel día con él. Eran como las 4 de la tarde. Uno de los dos que siguieron a Jesús por el testimonio de Juan era Andrés, el hermano de Simón Pedro. Encontró Andrés en primer lugar a su propio hermano Simón y le dijo: Hemos encontrado al Mesías, que quiere decir Cristo. Y lo llevó a Jesús. Jesús, al verlo, le dijo: Tú eres Simón, hijo de Juan; en adelante te llamarás Cefas, es decir, Pedro.

1-   Las cuatro de la tarde, hoy.

·        ANA ESCRIVÁ DE ROMANÍ. Después de una peregrinación a Lourdes, mi hermano nos llevó a ver a las que hoy son mis hermanas. No me lo podía creer, nunca había visto a mujeres con rostros tan radiantes y una presencia de Cristo tan impresionante. Pasé la Pascua con ellas y me cambió la vida. Conocí a Cristo, y se me cayó todo aquello que me esclavizaba en medio de un mundo rico. Nada de lo que me había dado el mundo se podía comparar con la felicidad que había encontrado en el cristianismo. Tuve una conversión enorme esa Semana Santa y empecé a vivir el cristianismo de verdad. No sabía muy bien lo que me había sucedido, pero Dios pasó a ser el centro de mi vida. Entré en el Monasterio el 28 de abril de 2006.

·        GUILLERMO ROVIROSA, apóstol de la clase obrera. Las 4 de la tarde de mi vida tuvo lugar en París. Era finales de 1932 y yo iba distraídamente por sus calles, cuando me llamó la atención el ver una gran muchedumbre ante la iglesia de San José. Por  pura curiosidad pregunté qué pasaba. Me dijeron que el Cardenal Verdier hacía la visita pastoral, y que en aquellos momentos estaba predicando. Empujado por la curiosidad entré, como pude, para verlo. El oírle fue cosa de dos o tres minutos, y lo único que pesqué fue esto: “El cristiano es un especialista en Cristo, y de la misma manera que el mejor oculista es el que más sabe de teoría y de práctica de ojos, así el mejor cristiano es el que más sabe de teoría y de práctica de Jesús. Ésta fue la semilla de Vida que la Providencia amorosa dejó caer en mi estiércol, valiéndose de las palabras de su servidor, el Arzobispo de París, que nunca supo ni pudo sospechar que iban a cambiar mi vida”.

2-   La seducción. En el corazón de quien ha pasado por una experiencia de las 4 de la tarde, tiene lugar una fuerte seducción. Seducir es cautivar, hacer que una persona se sienta atraída o enamorada por una persona o causa. La seducción supone una atracción tan intensa que irresistiblemente se siente uno empujado a responder a esa llamada con vigor.

·       En los dos testimonios del inicio, tanto Ana como Guillermo sintieron una sacudida tan fuerte que cambió completamente el rumbo de sus vidas. En ambos casos, las 4 de la tarde supuso una fuerte ruptura. Dios se les acercó para desinstalarles y urgirles, rompiendo rutinas y comodidades e iniciando caminos desconocidos.

3-   No dejarse seducir. Hay que admirar la capacidad del hombre para rechazar la llamada de la hora 4ª de la tarde. La criatura puede cerrar la puerta. Es un signo de libertad, aunque termine siendo una disminución de libertad y una caída en la esclavitud. Pensemos en el joven rico.

·       Hay que admirar aun más la humildad de Dios, que respeta siempre la libertad de sus hijos, como el padre del hijo pródigo. Dios no impone, solo ofrece. Cristo no fuerza, sino seduce.

·       Podemos negar a Cristo, como podemos negar a otros: no te daré mis manos para trabajar, mis ojos para ver, mis pies para caminar, mi mente para estudiar, mi corazón para amar. Tú llamas a la puerta, pero yo no abriré. No te daré la llave de mi corazón.

·       A Dios le duele nuestra negativa, no por Él, sino por nosotros. Nuestra negativa será siempre represión. “El corazón del hombre puede endurecerse, puede hacerse inhumano. La pérdida de nuestra humanidad está dentro de cada uno de nosotros” (E. Fromm).

4-   Los primeros discípulos de Jesús se dejaron seducir por él. Aún no lo conocían, pero aconsejados por Juan, se fueron con él. No se les exige estudios especiales, sino el seguimiento. Hicieron más, contagiaron a otros. Y sus vidas fueron cambiando en el contacto con Jesús; cambiaron sus vidas y hasta sus nombres, sus signos de identidad.
·       ¿Simón? Sí, pero mejor Piedra. ¿Pescadores? Sí, pero de hombres, pescados ellos mismos por Jesús. Tendrán que remar mar adentro, cada vez más adentro…

5-   Vocaciones laicas. Todo es vocación. Hablando de cristianos, todos han sido llamados por Jesucristo. La vida de cada día, el trabajo de cada día, la propia profesión, no digamos el matrimonio y la familia, son vocaciones. ¿Consagradas? Sí, porque toda la vida cristiana está consagrada por el Bautismo. Y todas las vocaciones, llamemos laicas, son caminos de perfección y de santidad. El camino de perfección no lo dan los votos, sino el Bautismo, por el que nos consagramos en Cristo. Viviendo en el amor nuestro trabajo, nuestra profesión, nuestra familia, somos consagrados de Dios.

·       Una maestra repetía el dicho de su padre, médico: hay tres sacerdocios, el de los curas, el de los médicos y el de los maestros. No que unos curen los cuerpos, otros las mentes, otros las almas; todos lo pueden curar todo, porque no estamos tan divididos.

·       No importa el camino, importa cómo se anda el camino. Todos llevan a Roma, todos llevan a Jerusalén, todos llevan a los pobres, todos llevan a Dios.

·       Hagamos de nuestra profesión una vocación. Importa que lo hagas desde la fe y desde el amor. Que mires más al otro que a ti mismo. Que seas capaz de ver en el otro a Cristo.


P. Pedro Olalde.

Bautismo del Señor (11 de enero de 2015)

Mc 1,6b-11

1-   Al amanecer de aquel día muy temprano, apenas el dorado sol empieza a despuntar por oriente, después de los adioses de rigor de su familia y especialmente de su madre María, Jesús se dispone a abandonar su hogar y a emprender un largo viaje a pie. Bajo el inmenso dosel de aquel cielo matinal palestinense, en medio de un denso silencio, Jesús inicia la caminata de su primer estadio, de los 46 que median entre Nazaret y el río Jordán. Con la mirada fija en el destino, acelera el paso y recibe el saludo de las estrellas mañaneras, que en breve ya no se dejarán ver. Y va recorriendo nuestro peregrino los primeros estadios, sin que nada le detenga ni le haga volver la mirada hacia atrás. No hay poder alguno que consiga sujetarlo.

2-   Exhausto de fuerzas y con los pies doloridos, al término de su viaje, en plena noche oscura, Jesús busca alivio a las orillas del río, donde puede lavarse los pies y la cabeza, satisfacer su angustiosa sed y disponerse a descansar al amparo del cielo estrellado, en un lugar apartado. Bajo aquellos cielos infinitos del desierto, a Jesús le cuesta conciliar el sueño de puro cansancio y piensa lo que acaba de hacer: Ha dejado su familia y su pueblo, fascinado por  la figura de Juan el Bautizador. Ha sentido una llamada interior muy fuerte, dado un corte en su vida y una ruptura familiar y profesional. En adelante nada será igual. Anhela dar de lado a la vida normal para dedicarse del todo a lo esencial: implantar un orden nuevo en un mundo desnortado.

3-   Ha amanecido en el desierto. Numerosos peregrinos venidos de muy diversos lugares merodean por aquellos parajes. Todos han sido atraídos por la recia figura de Juan, que ha hecho del desierto y del río el santuario del encuentro con Yahvé. Los hombres han ido juntándose por grupos y se entregan a una animada conversación. Jesús, como uno más, se ha unido a uno de estos grupos y escucha atento lo que otros comunican. Pronto aparece el profeta Juan que, elevando su potente voz, les invita a todos a escucharle. Juan, sin perder tiempo en saludos y protocolos, va directamente al grano: “Habéis venido de Jerusalén, de Samaria y de Galilea a este desierto, porque Dios quiere purificaros de vuestros pecados y constituir un pueblo nuevo dispuesto para construir su justicia. Os invito a todos a que aborrezcáis de todo pecado, que dejéis de lado vuestras injusticias, odios y egoísmos. Todos vuestros pecados Yahvé los quiere perdonar, si os arrepentís de corazón. De modo que quedarán sumergidos en el fondo del Jordán y vuestras almas serán purificadas”.

4-   “Os invito, pues”, prosiguió Juan, “a que os dejéis bautizar, introduciéndoos, uno a uno, en las aguas purificadoras del Jordán, para que con un corazón contrito, Dios os pueda perdonar y seáis renovados para realizar su plan de salvación. Yo os ayudaré y os arrojaré el agua pura del bautismo sobre vuestra cabeza. En ese momento que vuestra mente y corazón deseen con viveza lo que nuestras palabras expresan”. Terminado su discurso, todos los presentes se dirigen al río, distante un cuarto de estadio, y adentrándose en medio del Jordán, Juan les bautiza. A cada uno dedica el tiempo suficiente para interiorizar la ceremonia. Así van pasando los numerosos peregrinos allí presentes, mientras los demás aguardan su turno en un silencio encomiable.

5-   En eso le llega el turno a Jesús, que atraído por la fama de Juan, quiere tener una experiencia fuerte de Dios, antes de iniciar la tarea de misión por los pueblos de Galilea, anunciando el Reino de los Cielos. La narración de Marcos es probablemente la que más se ajusta a la realidad: “Por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio rasgarse los cielos y al Espíritu descender sobre él como una paloma. Se oyó entonces una voz desde los cielos: -Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”. En su corazón, Jesús siente un gran vuelco. En contacto con las aguas bautismales del Jordán, ha debido de sentir una gran experiencia de filiación de Dios. Esto lo presencian los discípulos a lo largo de toda la vida de Jesús, ya que vieron en él al hombre lleno de Espíritu. La prueba es que, a continuación en el versículo 1,12, Marcos señala: “A continuación, el Espíritu lo impulsó hacia el desierto…”. Los versículos 7 y 8 de esta narración del bautismo son, probablemente, un añadido, para suavizar el impacto negativo que el hecho del bautismo causó en los discípulos, pues parecía que Juan se mostraba en el relato superior a Jesús. Estos versículos dicen: “Esto era lo que proclamaba Juan: Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo. Yo no soy digno ni de postrarme ante él para desatar la correa de sus sandalias. Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo”.

6-   El bautismo de Juan para las gentes de hace 2000 años era una sacudida, y tenemos que decir que también para Jesús fue una sacudida, pues sabemos que fue creciendo en edad, experiencia y sabiduría en su vida. Hemos hecho mal en espiritualizar demasiado el bautismo de Jesús. Juan Bautista sacudía espiritualmente a la gente para que ésta despertara.
Todos necesitamos de sacudidas espirituales para no permanecer estancados, adormecidos espiritualmente. Oyente que me prestas atención, ¿tienes despertadores que te sacudan para despertar  a la verdad, para despertar a la vida de Dios? ¿Es el despertador una persona, una lectura, una experiencia viva, una celebración, una comunidad de creyentes o unos hechos de vida?


P. Pedro Olalde.