Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas


En 1715 se reunió en Madrid un grupo de 124 vascongados que decidieron fundar una Congregación con fines benéficos bajo la advocación de San Ignacio de Loyola. El Consejo de Castilla aprobó las Constituciones en 1718 y desde entonces la Congregación, y a lo largo de más de 300 años de historia ha continuado con su misión.

La Congregación tiene como sede la Iglesia de San Ignacio de Loyola, de Madrid, donde realiza sus actividades. Este blog es un canal de información dirigido a todos sus miembros y personas interesadas en conocerla más de cerca.


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4º Domingo de Pascua (26 de abril de 2015)

Jn 10,11-18

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; no como el asalariado que ni es verdadero pastor ni propietario de las ovejas. Éste, cuando ve venir al lobo, las abandona y huye. Y el lobo hace presa en ellas y las dispersa. El asalariado se porta así, porque trabaja únicamente por la paga y no tiene interés por las ovejas. Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, lo mismo que mi Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él. Y, como buen pastor, yo doy mi vida por las ovejas. Pero tengo otras ovejas que no están en este redil; también a éstas tengo que atraerlas, para que escuchen mi voz. Entonces se formará un rebaño único, bajo la guía de un solo pastor.

El Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie tiene poder para tomarla de nuevo. Nadie tiene poder para quitármela; soy yo quien la doy por mi propia voluntad. Yo tengo poder para darla y para recuperarla de nuevo. Esta es la misión que debo cumplir por encargo de mi Padre.

1-  Los guías modernos. Al tiempo de redactar estas líneas, la sociedad española está indignadísima por la proliferación de tantos y tantos guías políticos que, cada vez en mayor número, saltan a las páginas de los periódicos. Las cadenas de televisión se hacen eco de la indignación de los ciudadanos, que en un momento de grave crisis se hacen conscientes de que muchos que han ocupado puestos de gran responsabilidad, se han beneficiado con pingües salarios y tarjetas negras para “gastos de representación”, que las utilizaban para viajes, estancias en hoteles de lujo, compra de joyas… Todo esto acontece en un momento de grandes recortes, como en educación y salud, con una tasa de desempleados del 25%, con miles de casos de familias desesperadas por desahucios o recortes para atender a personas dependientes.

2-   Juan 10,11-18. La página evangélica de hoy, habla de los guías espirituales. Entre ellos sobresale uno, por su peculiaridad, Jesús, a quien el evangelista Juan le retrata como el Buen Pastor.

·   En contraste con los guías modernos, este modelo de pastor vive austeramente sirviendo, ayudando, dando vida, desviviéndose por sus ovejas. ¡Qué pena que pase desapercibido para tantos otros pastores que se nutren de la leche y carne de las pobres ovejas, a las que deberían servir!
·    El modelo de pastor Jesús vio a las ovejas amenazadas y heridas de muerte y se dedicó en cuerpo y alma para darles vida. Olvidándose de sí, las atendió con esmero para procurarles una vida que valiera la pena, una vida abundante, creciente, verdadera.
·   Venía cargado de alimentos y medicinas. Como aquel samaritano que se volcó sobre el que estaba herido en el camino, procurándole vendas, aceite y vino.
·      El texto de hoy también habla de pastores asalariados, a quienes nada les importan las ovejas, que huyen cuando llega el lobo, aunque éste ocasione muertes y heridas en el rebaño.
·      La enorme diferencia entre el buen pastor y los asalariados consiste en que el primero quiere a las ovejas, mientras que los segundos están centrados en su propio interés que les lleva a buscar su provecho particular, sin arriesgar mínimamente su vida.

3-    ¿Qué se espera hoy de un guía espiritual? Lo primero que espero es que anuncie la Palabra de Dios, no su propia palabra. La condición para ello es que él mismo conozca las Escrituras y que no le resulte extraña la realidad de mi vida, de nuestra vida.

·      Espero del guía que sea modesto y viva con sencillez; que sepa callar cuando otros hablen y que siga teniendo palabras cuando otros enmudezcan. Espero que ore, que sea profundo y que me haga partícipe de sus profundidades cuando yo corro a menudo peligro de meterme de lleno en la superficialidad de la vida cotidiana.
·     Espero de él que tenga tiempo para las personas, siempre que vengan y pregunten: ¿Tiene usted un poco de tiempo para mí? ¡Es el tiempo de Dios! El guía es para mí la garantía del tiempo que Dios tiene para mí.
·      Espero del guía que lea  y se haga preguntas; hay muchos que ya no se hacen preguntas y por eso no pueden dar tampoco respuestas. Espero del guía que venga a verme, que venga a ver a nuestra familia; que no aguarde a que nosotros vayamos a él. Espero mucho del guía, quizás demasiado.

4-      Testimonio. Una extraña vocación. Yeyo Pumba era un crío al que, cuando se hizo mayor, le preguntaron en casa: ¿Qué quieres ser? ¿Abogado, ingeniero, militar, farmacéutico…? ¿Qué?

·      Él dijo: “Yo quiero ser pacificador”. –“¡Qué carrera tan rara! No existe; nadie la estudia”. –“Pues yo seré el primero. Y escribiré libros para que muchos estudien esa carrera”. Lo aseguró con tanta firmeza, tan resuelto, que nadie se atrevió a replicarle. Solo su padre, con cierta emoción, le dijo:
·  -“Los ingenieros hacen puentes, puertos; montan industrias. Los arquitectos, casas…Los pacificadores, ¿qué van a hacer?” –“Verás”, dijo Yeyo Pumba, “conseguirán que las cabezas de los hombres sean más claras, los corazones, más grandes, los bolsillos más chicos”…
·   Y Yeyo continuó: “Los números premiados en cada sorteo de la lotería coincidirán con los números de favores, besos, abrazos que cada persona haya hecho o dado a los demás. De esta manera, sin comprar décimos, pueden participar todos en el sorteo”.
·  Y continuó diciendo: “Los cartuchos de escopeta, los casquillos de las balas, las cápsulas mortíferas, se regalarán a laboratorios químicos para que en ellos se envasen vitaminas, tabletas o píldoras calmantes”…
·      Y añadió: “Las armas se enterrarán en fosas profundísimas, guardando una de cada clase, con su historial macabro, para crear el Museo del Escarmiento. Al que derrame sangre de otro, mucha o poca, se le obligará a restituirla inmediatamente, de sus propias venas, aunque el otro muera desangrado… Por último, la decisión o el tratado menos importante de los ministros de gobierno debe estar avalado por las firmas de todo el país… y si no, no vale”.                                  

                                                                     (Jorge Sanz Vila)

P. Pedro Olalde.

Acto central del III Centenario

El lunes 20 de abril, se celebró el acto central del Tercer Centenario de la Real Congregación de Naturales y Originarios de las Tres Provincias Vascongadas con una misa en la Iglesia de San Ignacio de Loyola. 

S.M. el rey Felipe VI no pudo acompañarnos en este día, pero envió una felicitación para todos los congregantes.

Asistieron a la celebración numerosas personalidades vascas: el Presidente del Gobierno Vasco, D. Íñigo Urkullu, los tres Obispos vascos que concelebraron la misa  y casi una veintena de sacerdotes, diputados y senadores vascos y muchos congregantes y amigos. En la misa cantó el Orfeón Vasco de Euskal Etxea y tuvimos también la participación del txistulari Iñaki Mendinueta.

Antes de la misa solemne, D. Íñigo Urkullu tuvo una reunión con los miembros de la Junta de Gobierno de la Real Congregación y recibió la patente de Congregante de Honor. También dejó una dedicatoria en el Libro de Firmas y después descubrió una placa conmemorativa del Tercer Centenario en la fachada de la Iglesia de San Ignacio de Loyola.

Tras la misa, los asistentes se reunieron en un cóctel para celebrar la ocasión.


D. Íñigo Urkullu escribiendo una dedicatoria en el Libro de Firmas de la Real Congregación.



Descubrimiento de la Placa de Conmemoración del III Centenario por el Presidente del Gobierno Vasco



D. Íñigo Urkullu con miembros de la Junta de Gobierno de la Real Congregación



Danzas Vascas

El 19 de abril, como todos los domingos, se celebró misa bilingüe castellano-euskera en la Iglesia de San Ignacio de Loyola.

Al finalizar la misa, y dentro del programa del III Centenario,  se bailaron una serie de danzas vascas interpretadas por el Grupo de Danzas de Euskal Etxea, dirigido por Ramoni Recio.







Irurak bat. Música para el Tercer Centenario


El sábado 18 de abril, ha tenido lugar en la Iglesia de San Ignacio de Loyola, el concierto conmemorativo del 300 aniversario de la Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas, interpretado por  Garaiz Ensemble y presentado por Alfredo Vicent. Las adaptaciones y arreglos han sido realizados por Ana R. Fontecha.

Los intérpretes de Garaiz Ensemble son Arantxa Lavin (flauta), David Salinas (clarinete), David Mata e Ivan López (violines), Marian Herrero (viola) y Aldo Mata (violonchelo). Garaiz Ensemble fue formado en 2013 en Madrid, y lleva a cabo una intensa actividad musical y concertística, dirigida y coordinada por su director, David Salinas. Todos los intérpretes son concertistas de amplia trayectoria internacional, algunos de ellos solistas y profesores de la Orquesta Sinfónica de RTVE y miembros o colaboradores de otras orquestas españolas, como la Orquesta de la Comunidad de Madrid o la Bilboko Orkestra Sinfonikoa.

Recibieron el encargo de musicalizar la celebración del 300 aniversario de la Real Congregación, ocasión para la que han creado e interpretado el concierto Irurak Bat, que ha sido recogido en directo en una grabación llevada a cabo por Tirabeque Producciones para la edición de un DVD conmemorativo.

El programa del concierto, ha querido incluir una muestra de la creación musical de autores representativos de la música en las tres Provincias Vascongadas: Jesús Guridi, J. C. de Arriaga, Aita Donostia y José María Usandizaga, y ha estado formado por:

De Diez Melodías Vascas (1940) de Jesús Guridi (1886-1961), se han interpretado las piezas             Narrativa (nº 1), Amorosa (nº 6) y Festiva (nº 10).

Tema variado en cuarteto op. 17 (1820) de J.C. de Arriaga (1806-1956)

Preludios vascos (1912-1918) de Aita Donostia (1886-1956), interpretándose las piezas Artzai         
gaztearen oiuak, Bordako Atalarrian, Onazez y Aur-Dantza.

Irurak Bat op. 35 (1906) de José María de Usandizaga (1887-1915).


El concierto fue muy aplaudido por los asistentes que llenaron  la Iglesia de San Ignacio.

Últimas noticias

El viernes 27 de marzo, el Orfeón Vasco de Euskal Etxea nos ofreció su ya tradicional concierto de Semana Santa, con lleno total y disfrute de los espectadores. Zorionak!

Las celebraciones de Semana Santa resultaron muy acogedoras y familiares. En el Vía Crucis del Viernes Santo participó más gente que otros años, lo cual nos satisface.

El domingo 12 de abril celebramos una entrañable misa por D. José Ramón Echave Zubizarreta (sacerdote y Consiliario de las Hermandades de Trabajo). Nos cuentan que le gustaba acudir a nuestra Iglesia todos los domingos tras haber celebrado la misa de las 11. El acto fue acompañado por el Orfeón Vasco de Euskal Etxea y al finalizar la misa, las personas más allegadas a José Ramón depositaron sus cenizas en el Columbario de nuestra Iglesia.

Con motivo del Tricentenario, el sábado 11 por la tarde tuvo lugar la lectura dramatizada de la vida de San Ignacio de Loyola, texto elaborado ex profeso para nuestro tricentenario por el dramaturgo Ignacio Amestoy, titulado "La confesión de Loyola. Montserrat, 1522". La representación corrió a cargo del actor  Manuel Hernández cuyo parecido físico con el santo nos dejó a todos sorprendidos. Felicitaciones tanto para el autor como para el intérprete.

Dentro de las actividades que próximamente tendrán lugar y de las cuales podréis participar y disfrutar serán:

Hoy sábado 18 de abril a las 19.00 hrs. concierto titulado "Irurak bat. Música para el Tercer Centenario". Basado en obras de los músicos J. M. Usandizaga, J. Crisóstomo de Arriaga, Aita Donostia y Jesús Guridi. Los arreglos han sido realizados por Ana Rodríguez Fontecha. El concierto será interpretado por el músico bilbaíno David Salinas, clarinete, Arantxa Lavin, flauta y el Cuarteto de cuerda "Garaiz".

El domingo 19 de abril, habrá Misa a las 12.00 hrs, tras la que se bailarán una serie de danzas vascas interpretadas por el Grupo de Danzas Vascas de Euskal Etxea, dirigido por Ramoni  Recio.

El lunes 20 de abril, se celebrará el acto central de la conmemoración del Tercer Centenario, al que esperamos puedas asistir. Consistirá en la celebración de una misa a las 20.00 hrs. en la Iglesia de San Ignacio, a la que acudirán los tres obispos vascos y donde contaremos con la participación del txistulari Iñaki Mendinueta y el Orfeón Vasco de Euskal Etxea.

El jueves 23 de abril, a las 19.30 hrs. en la sede de la Congregación, calle Echegaray 28, conferencia sobre la historia de la Congregación, titulada "La Real Congregación de San Ignacio de Loyola en el siglo XVIII. Notas histórico-artísticas para entender un centenario". Será impartida por Juan Luís Blanco Mozo, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Facultad de Filosofía y Letras y autor, entre otros, del libro Orígenes y desarollo de la Ilustración vasca en Madrid (1713-1793).

El sábado 25 de abril, habrá una comida de hermandad para los congregantes en el restaurante "Zerain", en la calle Quevedo, nº 3.

Tal y como os comentamos, estamos preparando un viaje a Loyola y Aránzazu el fin de semana del 6 y 7 de junio. Solamente hay 40 plazas y para apuntarse podéis llamar a Tuti o apuntaros en la Congregación. En la circular de este mes se han enviado los detalles sobre el precio y el programa.

Os recordamos que también se están recibiendo donativos en la cuenta destinada al efecto, para ayudar en los preparativos del Tercer Centenario. Seguimos necesitando tu colaboración voluntaria y cualquier cantidad es buena. El remanente de estos donativos, junto con las recaudaciones de todas las misas de los domingos del año 2015 se destinará a 3 Instituciones: Misiones Diocesanas de África, Sociedad Fe y Justicia, con la que colabora nuestro capellán el P. Olalde y, por último, a los trabajos del P. Ángel Olaran en Etiopía (www.angelolaran.com).

Esperamos que puedas asistir a todos estos actos. Para confirmar tu asistencia a los eventos previstos o resolver cualquier duda puedes llamar a los teléfonos de la Congregación o escribir un correo electrónico o una carta a la dirección que consta en el pie de página.

Además de estas actividades relacionadas con el Tricentenario, el sábado 25 de abril a las 19.45 hrs. el coro Gurasoak-San Viator de Vitoria, ofrecerá un concierto al que estáis todos invitados.

El martes 28 de abril, festividad de San Prudencio, celebraremos una misa a las 19.30 hrs. Como siempre están invitados todos los alaveses y no alaveses.

Y con todo ello nos despedimos esperando que participéis con gran alegría en todos los actos que podáis. Los hemos preparado con mucha ilusión y esperamos que sean de vuetro agrado.

Agur bero bat eta laster arte!

La Junta de Gobierno.

La confesión de Loyola. Montserrat, 1522.

Ayer comenzaron los actos de celebración del III Centenario de la Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas, con la obra de teatro titulada "La confesión de Loyola. Montserrat, 1522", elaborada ex profeso para esta ocasión por el dramaturgo Ignacio Amestoy.

Se trata de una lectura dramatizada de la vida de San Ignacio de Loyola, cuya representación corrió a cargo del actor Manuel Hernández y tuvo lugar en la Iglesia de San Ignacio de Loyola, en la calle del Príncipe en Madrid, con gran concurrencia de público.

José Manuel Cajigas García-Inés, Presidente de la Real Congregación, pronunció unas palabras de bienvenida a los asistentes y realizó una presentación del autor de la obra, centrándose especialmente en sus obras de temática vasca y en su labor en el mundo cultural.



Ignacio Amestoy

Posteriormente, Ignacio Amestoy hizo un breve recorrido por la historia de la Congregación y se refirió a sus obras dramáticas que superan la treintena, de las cuales 12 son de temática vasca. El autor indicó que, a pesar de haber dedicado varias obras a temas vascos, tenía una deuda pendiente con San Ignacio de Loyola y cómo le fascinaba la decisión del santo al haber roto con su vida alegre y su transformación de caballero andante a caballero de Cristo, argumento en que se basó la obra representada.



Manuel Hernández

La representación realizada por Manuel Hernández fue excelente y transcurrió en un ambiente muy agradable entre los congregantes y amigos reunidos para esta ocasión.



Asistentes a la representación


Domingo 2º de Pascua (12 de abril de 2015)

Jn 20,19-31

1-   Entró Jesús. Estaban los discípulos reunidos en una casa, con las puertas cerradas. A esta casa la llamamos  cenáculo, en donde Jesús cenaba con los suyos. Y sin previo aviso, Jesús se puso en medio de ellos. Y con Jesús, la paz.  Y con Jesús, la alegría. Y con Jesús, la vida recreada. Y con Jesús, los abrazos y la comunión.

·        Es Jesús el que viene a nuestro encuentro. Solo Magdalena es la que intensamente buscaba a Jesús. Puede que nosotros busquemos más o menos acertadamente, pero esa búsqueda comenzó porque él ya te buscaba. A veces, nosotros no solo no lo buscamos, sino que huimos de él, como el hijo pródigo o los discípulos de Emaús. Pero él sale siempre a nuestro encuentro. Si lo acogemos, nuestra vida se llenará de luz.

·        ¿Qué vamos a decir? ¿Qué es la Encarnación sino la primera gran salida de Dios al encuentro del ser humano? Viene a nuestro encuentro, tan de lejos, nos ve tirados en el camino, y se quedará con nosotros para levantarnos y divinizarnos. Gracias, Señor y amigo del hombre.

2-   Jesús se puso en medio. Destacamos esta presencia de Jesús, origen de todas las gracias. Santa Teresa imaginaba que a Jesús le tenía a su derecha. Yo también pienso a menudo que a Jesús le tengo a mi lado. Esta presencia es para mí fuente de vida, de gozo, de paz. Esta presencia es un gran regalo para mí. Ufánense otros de presencias humanas ilustres, que yo me quedo con la de Jesús.

·        La razón por la que Jesús busca mi compañía es porque me ama con amor eterno, que supera los tiempos, las distancias, los obstáculos y las debilidades. Los discípulos se dispersaron el Viernes Santo, pero el Resucitado se hace el encontradizo con ellos y les reúne en comunidad: enciende su fe, les une en comunión, les llena de fuerza y el gozo del Espíritu y les convierte en testigos y misioneros de su resurrección.

3-   El aliento del Espíritu. En un gesto precioso, maravilloso, Jesús exhala su Aliento sobre los discípulos. Ese Aliento fue el que creó el mundo. Y Dios sigue alentando. Y ese Aliento es el que recrea a los creyentes. Y Jesús sigue alentando.

·        Dios sigue alentando en cada vida que nace y crece, en cada trabajo superador, en cada esfuerzo solidario.

·        Cristo sigue alentando en cada sacramento que se celebra, en cada oración, en cada trabajo misionero, en cada ministerio de caridad y cada acto de amor.

·        Alienta Jesús en su Iglesia, cada mañana y cada anochecer. El Aliento de Jesús es el Espíritu Santo. Si Cristo dejara de alentar, la Iglesia se asfixiaría por falta de oxígeno. Si Cristo no nos alentara volveríamos a cerrar las puertas por el miedo, y enfermaríamos de tristeza y soledad.

·        Con el Espíritu, Jesús nos crea de nuevo. Al recibir el Espíritu, nos llenamos, no ya de alegría y fortaleza, sino de la vida nueva de Jesús. Diríamos que Jesús nos contagia de resurrección, la vida de la libertad, de la misericordia, la gracia y el perdón.

4-   El perdón. Jesús no sólo nos perdona, sino que nos capacita para poder perdonar en su nombre todos los pecados. Se inaugura la cultura del perdón. La Iglesia se convierte en la casa de la misericordia. Todo el que se sienta manchado puede acudir a la fuente de la misericordia. Todo el que se sienta cargado puede aliviar su carga en el taller de la misericordia. Todo el que se sienta herido o contagiado puede curarse en el centro sanitario de la misericordia.

·        La cultura del perdón nos exige el ser con todos compasivos y misericordiosos. No es fácil. La sociedad nos contagia de otro tipo de valores. Prevalece la cultura de la fuerza, de la violencia, de la riqueza, de la competitividad, del lujo. Para tener éxito, especialmente en el mundo de las finanzas, de la política, de la milicia, de los trabajos, de los deportes… no se puede ser bueno. A veces se necesita pisar al otro o engañarle o ser más listo o dar codazos o poner trampas. Un triunfador hoy no puede ser misericordioso. “Un soldado no puede ser misericordioso”, decía un general chileno. Necesitamos otro mundo, una sociedad en que prevalezca la reconciliación sobre la división, la comprensión sobre la intolerancia, la solidaridad sobre el egoísmo. Todo esto serían flores de Pascua.

5-   La misión. Como el Padre me ha enviado así también os envío yo. Jesús no resucitó sólo para sus amigos, sino para todos los hombres, que están llamados a ser sus amigos. La Pascua de Cristo es un centro de energía positiva que puede   transformar, no un pueblo, sino toda la humanidad.

·        Los discípulos y las discípulas del Señor recibieron dones divinos, no para guardarlos, sino para comunicarlos; son transformados a fin de que ellos transformen a los demás; son elevados a fin de que ellos eleven a los demás; son santificados a fin de que ellos santifiquen a los demás.

·        La experiencia pascual es expansiva y comunicativa. Hay que llenar el mundo de amor y de alegría, de paz y libertad, de esperanza y solidaridad. Si se encerrara en el pequeño grupo se corrompería, como el agua estancada.

·        No es tarea fácil. Constatamos cada día el poder de las fuerzas contrarias, poderes antipascuales, de opresión y de muerte. ¿Qué puede hacer este puñado de hombres y mujeres contagiados por Jesús? Parecerá un reto imposible y aun lo sigue pareciendo. Se necesita audacia, temple, generosidad. Se necesita, sobre todo, fe. Ponemos nuestra confianza y esperanza en la fortaleza del Espíritu y en la promesa del Señor: Yo estaré con vosotros todos los días.

6-   Unión. Era el signo más importante, el signo por el que se tiene que reconocer a todo cristiano. Es claro que vivían unidos, que hablaban la misma lengua, que se extendían y compenetraban, que lo ponían todo en común, que tenían un solo corazón y una sola alma.

·        Esta comunión cristiana era tanto más llamativa cuanto que en el mundo no se  estilaba –ni se estila-. Lo que dominaba era “la enfermedad de las disputas y contiendas de palabras, de donde proceden las envidias, discordias, maledicencias, sospechas malignas, discusiones sin fin” (1Tm 6,4-5).

·        Dominaba y domina la enfermedad de la rivalidad, de la codicia, de la ambición. Lo que divide a los hombres es el espíritu competitivo y posesivo, Por eso brillaba con fuerza la vida de los cristianos, basada en el compartir, en la solidaridad, en la comunión.


P. Pedro Olalde.

Domingo de Resurrección (5 de abril de 2015)

Jn 20,1-9

El domingo por la mañana, muy temprano, antes de salir el sol, María Magdalena se presentó en el sepulcro. Cuando vio que había sido rodada la piedra que tapaba la entrada, se volvió corriendo a la ciudad para contárselo a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús tanto quería. Les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto”.                                                                                           

Pedro y el otro discípulo se fueron rápidamente al sepulcro. Salieron corriendo los dos juntos, pero el otro discípulo adelantó a Pedro y llegó antes que él. Al asomarse al interior vio que las vendas de lino estaban allí; pero no entró. Siguiéndole los pasos llegó Simón Pedro que entró en el sepulcro, y comprobó que las prendas de lino estaban allí. Estaba también el paño que habían colocado sobre la cabeza de Jesús, pero no estaba con las vendas, sino doblado y colocado aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro. Vio y creyó. (Y es que hasta entonces, los discípulos no habían entendido la Escritura, según la cual Jesús tenía que resucitar de entre los muertos).

1-     Jn 20,1-9. El sepulcro vacío. Las dos formas primeras de expresar la fe en la resurrección fueron las apariciones y el sepulcro vacío. El presente relato (Jn 20,1-18) las ha sintetizado en estas dos historias, que ahora se hallan entremezcladas, pero que, originariamente, fueron independientes.

·        Con ellas se pretende enseñar que el sepulcro vacío, al que hay que añadir el estado en el que se encontraban las vendas y el sudario, apunta a la resurrección de Jesús. Queda excluido el robo de su cadáver. Un ladrón no hubiese dejado las cosas tan ordenadas.

·     Para el discípulo ideal, representado en aquel al que amaba Jesús, son pruebas suficientemente indicativas de la resurrección. Únicamente de él se dice que vio y creyó.  Precisamente por eso se afirma que llegó antes que Pedro al sepulcro: se dio cuenta de lo que aquello significaba y le vino a la memoria que así lo habían anunciado las Escrituras. El sepulcro vacío fue para él, y únicamente para él, un “signo”. Estamos, una vez más, dentro de la mentalidad y de la filosofía joánicas.

2-     Pasa Dios. La Pascua es el paso de Dios por nuestra historia y nuestra vida. Si pasa Dios, todo se estremece, restalla la vida, huye la muerte, se remueven las piedras de los sepulcros, se rompen las cadenas, la tristeza se transfigura, todo se viste de hermosura.

·   Si pasa Dios este día, nos sentiremos alegres y seguros, se renovarán nuestras ganas de superación, querremos darnos a los demás, abriremos a todos nuestros brazos, la unión será más fuerte y más apreciada.

·     Este es un día santo. Pasa Dios y se abren las fuentes de la gracia y de la dicha. Hoy se cumplen nuestras esperanzas. Hemos venido esperando, preparándonos 40 días. Pero la espera viene de más atrás y de más adentro. Es la espera del enfermo que necesita la curación o la espera de un gran amor. Siempre es la espera de Dios. Y Dios se hace presente. Pasa Dios. Todas tus ansias se cumplen.

·    Pasa Dios y dice: Levántate. Levántate, tú que duermes. Levántate, Cristo amado, lleno de libertad y de fuerza. Levántate, viejo Adán, que yo no te creé para la muerte. Levántate, ser humano débil, esclavo, deprimido, que yo te quiero libre y creador. Mi Cristo te llenará de su Espíritu. Pasa Dios y te dice: Resplandece. Tu cuerpo herido se cubrirá de Gloria, la que yo te di desde el principio, la Gloria del Espíritu. Serás Lucero brillante, inextinguible. Resplandece en la fealdad del mundo.

·      Que haya luz en la tiniebla. Enciende tu vela en la luz de mi Cristo, y no dejes que se apague. Resplandece por tu fe, que no se apague. Resplandece por tu amor, aliméntalo en la hoguera del Espíritu. Y tú no estás solo. Siéntete acompañado y habitado. Estás en buena compañía. Y escucha su palabra. Te repetirá: Hijo, no temas, estoy contigo, yo te amo. El Espíritu de Cristo te libra de la muerte.

3-     ¿Mudos ante la muerte? Para los creyentes la muerte es irrefutable, le quita al hombre el ser y, por consiguiente, le quita también la palabra. La muerte es muda y hace mudos, ha dicho alguien; el hombre se queda sin respuesta ante ella. Si alguna respuesta hay, debe venir no del hombre, sino de Dios.

·      En efecto, la fe resurreccionista ha surgido en la Biblia como un despliegue de la identidad de Dios. Dios es un Dios de vivos, dirá Jesús a los saduceos en la famosa polémica sobre la resurrección. Ignoráis quién es Dios, y por eso negáis la resurrección. Dios es un Dios de vivos.

·      La muerte del hombre pone en crisis al hombre, evidentemente, pero también pone en crisis la identidad de Dios. Si Dios es el que dice ser; si Dios es el amigo fiel del hombre, el Padre benevolente y misericordioso; si Dios ha creado al hombre por amor, entonces lo ha creado para la vida; y ese Dios no puede ser vencido por la muerte ni puede contemplar impasible la muerte de su amigo. La muerte del hombre interpela la identidad de Dios, y la respuesta de Dios a esa interpelación es la resurrección del hombre.

 ·     Hay que recordar, por último, que la resurrección ha surgido en un contexto martirial (2Mac 7; Daniel 12 y, sobre todo, Cristo: el mártir por antonomasia y el resucitado por antonomasia). La idea de resurrección tiene, pues, mucho que ver con la idea de reivindicación del justo inicuamente perseguido, de rehabilitación de la causa aparentemente perdida. (J. L. Ruiz de la Peña, “Teología Pastoral”, febrero 1997).

4-     El samaritano vagabundo. Dormía al pie de la carretera en una pequeña cueva. Oyó un ruido muy fuerte. En su despertar, sobresaltado, vio cómo un coche se precipitaba por el barranco hasta el fondo del mismo.

·      Subió a la carretera para pedir ayuda. Vio llegar a un coche, se puso delante, pero no se detuvo. Y así con otros. Estuvo a punto de sufrir un accidente. Sus harapos, barbas y su aspecto descuidado impedían que alguien parara. Por unos momentos, el vagabundo se para a pensar. Y decide tumbarse en mitad de la carretera y hacerse el muerto. Así logra que varios coches paren. Cuenta lo sucedido. Avisada la policía y las ambulancias, logran rescatar con vida y salvar a la única pasajera del coche accidentado.

 ·     Mientras, el vagabundo desaparece sin dejar rastro.                                                             

+ Bienaventurados los samaritanos anónimos que pasan por la vida callados y solo con sus obras nos dan su opinión.                                                                           

+ Obrar. haciendo el bien, en el anonimato, en el silencio, es asemejarse a Dios.

P. Pedro Olalde.


Viernes Santo (3 de abril de 2015)

Jn 18,1-19,42

1-   Introducción. Hoy ponemos en el centro de nuestra celebración la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Plantamos la cruz en el centro de nuestros corazones. Queremos que esté también en el centro de nuestra sociedad, en el centro del mundo.

·    Porque nosotros solo “predicamos a Jesucristo, y este crucificado” (1Co 1,23). La cruz de Cristo es nuestro gran dolor, pero es también nuestro gran amor. Y es nuestra única Salvación.

·        Nuestra celebración es sobria y austera, porque acompañamos a Cristo en su agonía dolorosa y en su muerte. Pero es celebración agradecida y esperanzada.

2-   Jn 18,1-19,42. La Pasión según San Juan está marcada por la gloria de Cristo. Es un Mesías con autoridad y dignidad. Así se presenta en Getsemaní, ante sus captores, los guardias y sacerdotes; o ante el Sanedrín y Pilato. También en la cruz: todo está cumplido.

·      Pero no podía silenciar la gran palabra maternal: al discípulo predilecto le hace el mejor regalo: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre Y Juan era la Iglesia. María, madre de la Iglesia. Juan cuidará de María, y la venerará como el mejor tesoro.

3-   Hb 4,14-16. La carta a los Hebreos refleja la agonía de Getsemaní. Cristo oraba al Padre a gritos y con lágrimas. Pedía que le salvara de la muerte. Pero él aprendió, sufriendo, a obedecer. Y aprendió que con el sufrimiento y la muerte obtuvo para todos la salvación eterna.

·    Cristo no vino a quitar el dolor, sino a cargar con el dolor, para transformarlo en fuente de gracia. No vino a librarnos de la muerte. Sino a transformarla en Pascua.

4-   Adoración a la Cruz. Hoy nuestra mirada no se despega de la cruz de Jesucristo. La liturgia de Viernes Santo pone a la cruz en el centro de nuestra atención y veneración. Fijos los ojos en el crucificado. Miremos con los ojos del corazón y no nos cansemos de contemplar.

·        En la cruz están clavados nuestros pecados. Allí están nuestros orgullos y violencias, nuestras codicias y mezquindades, nuestros odios y egoísmos.

·       Pero en la cruz están las fuentes de nuestra salvación. El orgullo es vencido por la humildad, la codicia por el desprendimiento, el odio por el amor. Mira las llagas del crucificado, en ellas fuimos salvados, de ellas mana la gracia.

·    Además de mirar, tenemos que escuchar. Desde la cruz el divino maestro nos enseña las últimas lecciones. ¡Qué bellas y qué inspiradas!

·     Mira y admira, escucha y aprende, ora y adora, agradece y ama. Déjate convencer. Déjate amar. Cambia tu corazón. Muere con Cristo al pecado y empieza a vivir en el amor.

·    Ahora extiende tu mirada a las otras cruces que nos rodean, en las cuales Cristo sigue crucificado. No están en el centro de la celebración litúrgica, están en el centro de la vida. Acércate también a ellas con veneración y con amor liberador

5-   Tanto amor. No es bueno quedarse en la contemplación de los dolores. La crucifixión era espantosa, pero hubo miles de crucificados, con agonía más larga y cruel. Y hubo y sigue habiendo torturas refinadas, más terribles que aquéllas del calvario. El misterio del dolor  es un abismo que contemplamos en todas las etapas de la historia. Ese misterio no es deseable ni es por sí mismo redentor.

·     Lo que realmente es único y divino en la crucifixión y muerte de Cristo es el abismo de su amor. Sufría en su cuerpo y en su alma desde el amor  y por amor. Me amó y se entregó por mí, por todos. Rompían su cuerpo y él amaba. Derramaban su sangre, y él se entregaba. Blasfemaban y se mofaban, y él perdonaba. Lo despojaron de todo, y él nos lo daba todo, incluso a su madre, y se daba todo. Se sentía en el infierno del abandono de todos, incluso del Padre, y él confiaba. En cada palabra, amor. En cada paciencia, amor. En cada oración, amor. En cada grito, amor. En cada lágrima, amor. En cada promesa, amor. En cada don, amor. En cada gota de sangre, amor. En cada trozo de vida, amor.

6-   El signo de la cruz. La señal del cristiano es la santa cruz. Donde quiera haya una cruz habrá un cristiano, y donde quiera que hay un cristiano habrá una cruz. Se multiplican las cruces en lugares sagrados y la lucimos y hacemos con frecuencia la señal de la cruz. No importa que la quiten de los centros oficiales, importa que la llevemos por dentro, donde nadie nos la podrá quitar. Es señal del cristiano, porque por ella nos vino la salvación.

·      Solo una llamada de atención: cruz significa amor total y definitivo. Donde haya cruz tiene que haber amor. Si eres egoísta no puedes lucir la cruz. Hay que elegir, cruz o egoísmo. Si eres orgulloso, odioso, dominante, insolidario, mezquino, no te cuelgues cruz ninguna. Al menos que la marca te sirva de estímulo para imitar al que está crucificado y crecer en el amor entregado.

7-   La cruz prolongada. Cristo sigue crucificado. Tantos Cristos que soportan cruces indecibles. También a ellos debemos acercarnos y mirarlos con fe y comunión. Alguna cruz todos tenemos, enfermedad, soledad, incomprensión, fracasos, paro, pobreza, problemas familiares, desilusiones, miedos…

·      Decimos que la cruz de Cristo es muy pesada, y que tenemos que llevarla entre todos. Pero no. Es la cruz de los hombres la que es pesada, y Cristo quiere llevarla con nosotros. En cada una de nuestras cruces, Cristo se hace presente y la comparte. Se da como un intercambio. Nosotros podemos unir nuestra cruz a la de Cristo, y se convierte en sacramento. Cristo prolonga su cruz en la nuestra y se convierte en consuelo redentor. Cargad con mi cruz, dice Cristo, porque mi cruz es ligera y salvadora. Dadme vuestras cruces y os sentiréis aliviados.

8-   Estamos contemplando el paso de Dios por la noche del hombre. En verdad que Dios ha bajado mucho, ha descendido hasta las simas más oscuras de la existencia humana, hasta los infiernos de la soledad, la tristeza y el dolor.

·    Pero este paso de Dios, realizado en Cristo, pudo iluminar todas las noches humanas. Cuando termine ese paso, cuando todos los rincones oscuros sean iluminados, podemos hablar del paso definitivo de la Pascua.


·   Esta tarde nos reunimos para contemplar el rostro doliente de Cristo crucificado. Queremos acercarnos al misterio de su Pasión y de su cruz, queremos comulgar con sus padecimientos, queremos agradecer la inmensidad de su amor.

P. Pedro Olalde.

Jueves Santo (2 de abril de 2015)

Jn 13,1-15

1-   El lavatorio no se puede separar de la Fracción del pan, es su preparación y su prolongación. Para comer el pan de Cristo se necesita limpieza de egoísmo y hambre de justicia y caridad. El que come el pan de Cristo asimila sus actitudes de acogida y servicio, dispuesto a lavar los pies más sucios o más pequeños, y a partir su pan con los más pobres.

2-   Como el que sirve. Era la víspera de la muerte del Señor. Eran los momentos más intensos y emotivos de su vida.  Jesús quería manifestar a sus discípulos toda su amistad y compartir con ellos toda su intimidad. Su espíritu estaba en llamas. Pero ¡qué soledad, Dios mío! El Maestro estaba rodeado de sus discípulos, es verdad, pero estos miraban a otra parte. Estaban cerca, pero ¡qué lejos! El contraste era tan fuerte que nos resulta imposible medir.

·      Jesús estaba anunciando que había llegado su hora. Y mientras los discípulos estaban discutiendo acaloradamente quién debía ser tenido como el primero (Lc 22,24). Se ve que esperaban obsesivamente la llegada del Reino de Dios en gloria y soñaban con títulos y cargos de la mayor importancia. Siempre fue algo mezquino, pero discutir ahora sobre primados y primacías resultaba no solo inoportuno, sino grotesco.

·        El Señor, colmado de paciencia, volvió a hablarles y enseñarles: El mayor entre vosotros sea como el menor y el que manda como el que sirve…pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve (Lc 22,27). Incluso les puso como ejemplo a un niño, pero ellos no acababan de entender (Lc 9,46-47; Mc 9,33-36).

·       En este momento solemne, para que nunca más lo olvidaran, les dio una lección verdaderamente magistral: Habiendo amado a los suyos… los amó hasta el extremo… Se levanta de la mesa… y se puso a lavar los pies de sus discípulos. Lavar los pies era tarea propia de esclavos. Jesús tiene conciencia de que es el Señor (me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque lo soy), pero sabe que su señorío se manifiesta sirviendo. El camino para llegar al Reino se hace cuesta abajo. No se llega al Reino subiendo, escalando, conquistando, sino bajando, desprendiéndose, poniéndose a los pies de quien nos necesite.

·       Jesús se despojó de su manto y se puso en traje de esclavo. Es el amor que se empequeñece. Todo el que ama se hace pobre y pequeño. Es el amor diaconal. Ama con el corazón y con las manos, pero de abajo arriba. Se abaja para elevar al que está humillado.

·     ¡Y qué bien haría Jesús el lavatorio!: con la delicadeza de una madre!” ¡Cuánta amistad en cada toque! Era preciso que todos se dejaran lavar, no tanto para purificarse, cuanto para sentir toda la ternura del Maestro. El ejemplo queda ahí, brillante, para que nos inspiremos en él, haced lo que yo he hecho con vosotros. Este deseo del Señor tiene el mismo valor que el haced esto en memoria mía. Las dos cosas van unidas. El que dijo que partiéramos el pan dijo también que nos laváramos los pies unos a otros. “El mismo que dijo: Esto es mi cuerpo, y con su palabra realizó lo que decía, afirmó también: Tuve hambre y no me diste de comer” (S. Juan Crisóstomo).

3-  Comulgar sin exclusiones. El que comulga a Cristo ha de comulgar también con todos los que comulgan a Cristo. Es un dinamismo de comunión progresivo, como los círculos concéntricos que se abren en el lago. La comunión debe empezar por los que participan de la misma mesa y avanzar en la línea de la fraternidad, hasta alcanzar a los más pequeños y necesitados. La común-unión debe ser también progresiva en intensidad y profundidad. No basta con no pelearse, hay que quererse, hay que estar unidos, más y más unidos, unión de mente y de corazón, hasta llegar a la consumación de la unidad, un solo corazón y una sola alma, que todos sean uno. Todo el que comulga a Cristo debe enfermar de fraternidad.

4-   “Tú eres mi otro corazón”: Saludo entre indígenas colombianos. Si Dios me concediera la omnipotencia de mis deseos solo por un momento, centraría mi voluntad en uno solo: un corazón cristiano para los españoles. Corazón cristiano para los dirigentes, políticos, banqueros, empresarios, sindicalistas, maestros y educadores de toda clase y niveles.

·        Corazón cristiano para el pueblo, para las familias, para los jóvenes y ancianos, ricos y pobres, sabios e ignorantes, trabajadores y pensionistas. Si ustedes me preguntan: ¿Qué entiende usted por “corazón cristiano”? La respuesta es sencilla: “Corazón cristiano” es el talante de los verdaderos discípulos de Jesucristo, el conjunto de sentimientos, criterios y valores que vivió Jesús.

·        Si quieren saber a qué me refiero, vayan anotando: confianza en la providencia de Dios, amor al prójimo, un amor sincero, gratuito y universal; deseo de la vida eterna junto a Dios; y, como consecuencia, desprendimiento de los bienes de este mundo: sobriedad, justicia y generosidad.

·        Si este fuera el talante de la mayoría de los españoles, todo andaría mucho mejor. Hemos dejado de ser  cristianos y ahora somos simplemente esclavos de nuestras ambiciones. Cada uno va a lo suyo. Vivimos en una cultura del egoísmo y de la disgregación. Difícilmente podremos progresar en la unidad y en la colaboración.

·        No solo España, Europa entera ha perdido la fe en el Dios de Jesucristo y con la fe ha perdido el rumbo, no queremos dejarnos guiar por la voluntad de un Dios común y andamos descarrilados, confundidos por la fuerza ciega de nuestras ambiciones. Para crecer en humanidad hay que estar a buenas con Dios. Dios es amigo del hombre, fuente de vida y de progreso. Pero la cultura dominante ve las cosas de otra manera. Así nos va (Mons. Fernando Sebastián).

5-   Los adornos que Dios quiere. Los maestros del zen cuentan este viejo relato:

·      Hace mucho tiempo hubo una familia, los parientes de un pobre samurai, que estaban muriéndose de hambre. Se acercaron al templo de Eisai, y el buen monje que había allí, quitó la aureola de la imagen de Buda y se la dio, diciéndoles que la vendieran, se compraran comida y buscaran dónde cobijarse. Cuando otros se enteraron, empezaron a gritar: ¡Sacrilegio! ¡Qué conducta más imprudente y peligrosa! ¡Qué precedente más malo para los demás templos!

·        Pero el monje les recordó con tranquilidad la historia del maestro chino Tanka, que quemó una imagen de madera para calentarse. Y les predicó: La mente de Buda está llena de  amor y compasión. Si el Buda hubiera tenido noticia de la situación crítica de esta familia, se habría cortado un miembro, si ello hubiera servido para ayudarles en su necesidad. ¿Qué es una aureola o cualquier otra cosa frente al sufrimiento y la necesidad de los seres humanos?


P. Pedro Olalde.