Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas


En 1715 se reunió en Madrid un grupo de 124 vascongados que decidieron fundar una Congregación con fines benéficos bajo la advocación de San Ignacio de Loyola. El Consejo de Castilla aprobó las Constituciones en 1718 y desde entonces la Congregación, y a lo largo de más de 300 años de historia ha continuado con su misión.

La Congregación tiene como sede la Iglesia de San Ignacio de Loyola, de Madrid, donde realiza sus actividades. Este blog es un canal de información dirigido a todos sus miembros y personas interesadas en conocerla más de cerca.


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Pentecostés (24 de mayo de 2015)

1-   Jesús dijo esto para indicar la clase de muerte con la que Pedro daría gloria a Dios. Después añadió: Sígueme. Pedro miró alrededor y vio que, detrás de ellos, venía el otro discípulo al que Jesús tanto quería, el mismo que en la última cena estuvo recostado sobre el pecho de Jesús y le había preguntado: Señor, ¿quién es el te va a entregar? (Jn 21,19-20).

·        Señor, en el pasaje anterior al de hoy, le hiciste a Pedro una triple pregunta: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Veo que esta escena acaba con tu invitación a Pedro de seguirte. Él se pone en camino detrás de ti y se da cuenta que os sigue tu discípulo amado. Era el que en la Cena tuvo el privilegio de apoyarse en tu pecho y recibió tu confidencia de quién era el traidor.

·        Hay 2 que te siguen en este relato: el D. A., que nunca dejó de seguirte, y Pedro, que te negó 3 veces, pero a quien rescataste para que no se perdiera. Juan no dice nada en este pasaje; sólo Simón Pedro habla para plantearte una cuestión sobre el discípulo Juan.

·        Detrás de estos 2 seguidores, yo también emprendo mi seguimiento. Ningún otro camino me atrae; sólo el tuyo me fascina. Día tras día, te seguiré, Jesús, adonde quiera que vayas. Tu grupo es el que ha tomado la opción a favor del hombre. Hago mía esta decisión y anhelo ser un testigo tuyo con la fuerza de tu Espíritu.

2-   Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: Señor, y éste ¿qué? Jesús le contestó: Si yo quiero que él permanezca hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú, sígueme. (21,21-22).

·       Cuando Pedro ve al otro discípulo, siente deseos de saber su futuro. Ve que este discípulo ha sido más fiel que él (que ha negado 3 veces). Y ahora que Pedro ha sido invitado a seguirte, Jesús, y le has anunciado una muerte como la tuya, piensa hacerlo con mayor seguridad yendo detrás de aquel que te acompañó hasta la cruz (19,26s). Por eso pregunta por la ruta del otro: imitándolo a él evitaría toda desviación.

·       No le contestaste a Pedro. Afirmaste que el porvenir del otro depende de él.
Y que a Pedro no le interesa. Tú  le contrapones la hipótesis de que el otro no va a morir, sólo para subrayar la independencia de la ruta de cada uno.

·        Sí, lo que importa es seguirte fielmente, Jesús, entregándose a los demás. Aunque el D. A. no hubiese de morir, para Pedro el único itinerario es el que tú le has marcado: manifestar la gloria de Dios, dejando que le arrebaten la vida por amor a las ovejas.

·        Mientras sigo viniendo enlaza las venidas futuras con las que han tenido lugar a partir de la primera, cuando constituiste la nueva comunidad (20,19: Llegó Jesús haciéndose presente en el centro), dándole la misión y el Espíritu (20,21-22). La 2ª representaba el modo habitual como tú, Jesús, te haces presente en tu comunidad reunida (20,26); la 3ª eran tus llegadas en la Eucaristía (21,13), momento privilegiado que corona tu presencia continua en la misión (21,4). Misión y Eucaristía serán la vida de la comunidad en medio del mundo.    

·        Tú sígueme a mí. Tú, Jesús, no admites que se te pueda seguir a través de un intermediario, aunque éste sea el D. A., el más cercano a ti. Pedro dudaba de tu amor, pero ahora se da cuenta de que lo quieres contigo, junto a ti, como lo estaba el otro discípulo en la Cena (13,23). Sí, Pedro debe responder a la cercanía e intimidad, que tú, Jesús, le ofreces, y responder a ella siguiéndote a ti. Tú eres el único camino hacia el Padre. 

3-   Estas palabras fueron interpretadas por los hermanos en el sentido de que este discípulo no iba a morir. Sin embargo, Jesús no había dicho a Pedro que aquel discípulo no moriría, sino: “Si yo quiero que él permanezca hasta que yo vuelva, ¿a ti qué?” (21,23).

·       A los cristianos se les llama ahora hermanos y se designa a Jesús por su nombre, no por el título de “Señor”, que le han dado los discípulos (21,7.12). En la comunidad de hermanos, Jesús es un hermano (20,17).

·       Se termina el evangelio recordándonos Jesús la libertad que él da, y extiende a todos la advertencia hecha a Pedro. Subraya así la dignidad de cada discípulo y su vinculación con Jesús.

·       Tú, Jesús, siempre me consideras no como un súbdito, sino amigo, y te pones a mi servicio, como yo debo hacer con mis hermanos. Una vez más, quiero renovar mi opción de entrega para construir tu reino.

·       Sí, sólo renunciando a toda ambición de preeminencia y aceptando el plan del amor salvador de Dios, se puede, Jesús, empezar tu seguimiento.

·       Mi vínculo contigo, anhelo, Jesús, que sea de amistad. Tengo que recorrer mi propio camino y afrontar mi propia responsabilidad, viviendo en amor y en fraternidad. Así, iré realizándome en tu seguimiento en la espera de la etapa definitiva junto al Padre.

4-   Este discípulo es el mismo que da testimonio de todas estas cosas y las ha escrito. Y nosotros sabemos que dice la verdad. Jesús hizo muchas otras cosas. Si se quisieran recordar una por una, pienso que ni en el mundo entero cabrían los libros que podarían escribirse. (21,24-25).

·       Se afirma que este evangelio ha sido escrito por el D. A. Viene a significar que es el testimonio del que era confidente de Jesús y que, por haberlo seguido, vio la manifestación de su gloria (19,35).

·       La comunidad ha recibido y aceptado el testimonio del evangelista. Sus miembros saben que ese testimonio es verdadero. El plural sabemos enlaza con la declaración de la comunidad al principio del evangelio, donde se afirmaba su común contemplación y participación de la gloria de Jesús (1,14: hemos contemplado su gloria; 1,16: todos nosotros hemos recibido).

 ·      “Contemplar la gloria” es tener la experiencia del amor que se recibe; ella le permite ratificar que el testimonio es verdadero. Dar testimonio de Jesús es transmitir la vivencia de la relación con él, hecho presente por el Espíritu.

·       La hipérbole: no cabrían los libros en el mundo entero declara que lo escrito es sólo una pequeña parte de lo que hizo Jesús. No interesa saber, sino penetrar su significado. Para conocer a Jesús, basta llegar a su interior y comprender su significado esencial.

P. Pedro Olalde.

7º Domingo de Pascua (17 de mayo de 2015)

La Ascensión del Señor

1-   Jesús les dijo: Id por todo el mundo y proclamad la buena noticia a toda criatura. El que crea y se bautice, se salvará, pero el que no crea, se condenará (Jn 16,15-16).

·      Hoy, a mí me diriges estas palabras, Jesús: Anuncia la buena noticia a los hombres, tus hermanos.

·       Sí, la acumulación de bienes no es buena noticia ni tampoco la herencia multimillonaria que permita realizar todos los sueños materiales. No es buena noticia el morar en un lujoso palacio con toda clase de comodidades ni el trato con personas de alto rango.

·      La buena noticia, Jesús, eres tú, tu vida comprometida en hacer el bien, el poder imitarte en tu vida sencilla, buscando el bien de los necesitados, cultivando la relación cordial con tu Padre.

·    En este momento, quiero, mi Jesús, renovar mi decisión doble de decir, primero, un rotundo no a la vida muelle y fácil del buen comer y del bien vivir, para dedicarme, en segundo lugar, a reproducir en mí los rasgos que me asemejen a ti, mi Cristo.

·        Será mi buena noticia, si :

+ Crezco, cada día en una oración cada vez más profunda.

+ Si conformándome con poco, puedo disponer de más para el proyecto comunitario, es decir, para tu reino.

+ Si aprovecho bien el tiempo y lo traduzco en la profundización de tu Palabra, que me sirva para sorprender a mis hermanos con una enseñanza viva.

+ Si estoy disponible para acompañar y hacer el bien a quien pueda.

·        ¡Oh, Jesús, cómo quisiera yo que, cada momento, pudiera dar un paso para acercarme al ideal de tu vida! Sí, avanzar cada vez más rápido a una vida de entrega, aunque sangre el corazón.

2-   A los que crean, les acompañarán estas señales: expulsarán demonios, en mi nombre, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes con sus manos, y, aunque beban veneno, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos se curarán (16,17-18).

 ·      Tú, Jesús, me aseguras que a los que crean, nos acompañarán estas señales: + Expulsarán demonios en tu nombre. Sí, deseo empezar por expulsar mis propios demonios: dar muerte a todo aquello que es un peso muerto en mi vida para hacer el bien. Expulsar de mis hermanos los demonios de la ignorancia, preparando esmeradamente la explicación de la Palabra. Expulsar el demonio del consumismo para atender más al capítulo de la solidaridad.

+ Hablarán en lenguas nuevas. Hablar en lenguas nuevas es hablar con el lenguaje del amor, que es el de la comprensión y la fraternidad. ¿Sé hablar en lenguas? ¿Sé hablar en el lenguaje del amor? ¿Construyo o destruyo con mis palabras? Señor Jesús, lejos de mí el uso del lenguaje viperino. Que siempre pueda hacer uso de palabras portadoras de vida.

+ Agarrarán serpientes con sus manos. Es una invitación a vivir en armonía con el mundo de la naturaleza, el cosmos, los hombres y los animales. ¡Ojalá fuera dueño de mí para transmitir quietud, paz y unidad!

+ Y aunque beban veneno, no les hará daño. Deseo, Jesús, estar como tú lleno de Dios para regalar vida allí donde me encuentre. Entonces esta vida del Espíritu contrarrestará los males, los venenos que a diario nos envenenan a los humanos.

+ Impondrán las manos a los enfermos y éstos se curarán. Como tú imponías las manos y curabas, así pueda yo, Jesús, en tu nombre, transmitir vida y amor a los hermanos. Que cada palabra que salga de mi boca sea una bendición para quien la oiga, y reciba la bendición de tu Espíritu Santo.

3-   Después de hablarles, el Señor Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios (16,19).

·      Deseo vivir este misterio último de tu vida, con gran fervor, como quien desea vivamente participar de este momento de tu gloria, Jesús.

·       Te hiciste presente a los Once cuando éstos estaban a la mesa. Yo me sitúo al lado de los Apóstoles y anhelo con fe viva tomar parte en la escena.

·       Te muestras vivo después de las escenas sangrantes de tu crucifixión en el Calvario. ¡Oh, qué fuerza interior tan grande siento en mí, cada vez que te evoco como el gran Viviente, vencedor de la muerte!

·     Las mandíbulas desgarradoras de la muerte (E. Bloch) han sido aniquiladas definitivamente por ti, Jesús, que con tu resurrección has encendido en el túnel de la vida un faro luminoso.

·      La mayor utopía de la existencia humana se ha cumplido en ti, que has abierto un camino nunca soñado antes.

Después de hablarles, el Señor Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Con estos trazos verbales tan sencillos describe Marcos el fenómeno de la ascensión.

·      La “ascensión” hace referencia a un movimiento hacia arriba, es decir, “por encima de los cielos” (Ef 4,10). Pero eso es un lenguaje condicionado por la época. La afirmación esencial del NT sobre la ascensión es que Jesús está ya en la “gloria del Padre”, desde donde enviará el Espíritu Santo a sus seguidores para revestirlos de la “fuerza que viene de lo alto”.

·      ¡Qué hermoso que tú, Jesús crucificado, ya has entrado en la “gloria” del Padre y desde ella te sigues mostrando misteriosamente a nosotros, como hace 2000 años lo hicieras con Pedro, Cleofás y la Magdalena.

·     Sí, mi Cristo, la ascensión no es más que esta aparición tuya al grupo de tus discípulos, reunidos como núcleo de la nueva comunidad, que lo vieron por última vez en la despedida. Y ahora sigues, de igual forma mostrándote a los que caminamos en fe y esperanza.

·        Sí, Jesús, sigues apareciéndote y asegurándome la verdad del plan salvador del Padre de asociar a la humanidad en tu cielo de gloria, donde participaremos de tu felicidad.

·       ¿Cómo expresarte mi gratitud con mis pobres palabras a ti, mi Señor, que me sorprendes cada vez que caigo en la cuenta de tu proeza salvadora, que has realizado con los humanos?

P. Pedro Olalde.

Próximas actividades

Tras este periodo intenso de celebraciones, las próximas actividades que se celebrarán en nuestra Congregación son:

- el domingo 10 de mayo, en la misa de las 12.00 hrs., celebraremos el funeral por la congregante Dª Cristina de Jáuregui Segurola, esposa de D. Miguel Herrero Rodríguez de Miñón. La misa estará acompañada por el Orfeón Vasco de Euskal Etxea.

- el domingo 24 de mayo, en la misa de las 12.00 hrs. tendrá lugar la Unción de los enfermos, o como se decía antes, la Extremaunción, para las personas que quisieran recibirla. Con esta ocasión, nuestro Capellán, D. Pedro Olalde, nos ha dirigido las siguientes aclaraciones:

"No hace falta estar enfermo para recibir la Unción. Las personas mayores pueden recibirla, aunque se encuentren relativamente bien. Pero no es conveniente que alguien de 60 años y que esté bien reciba este sacramento. Ya vendrá su oportunidad más tarde.

Antes del Concilio Vaticano II, se administraba este sacramento en la hora de la muerte. Ahora se ha visto que es mejor administrarlo cuando la persona está en buen uso de sus facultades.

En la Oración del ritual se señalan estos fines por los que se administra este sacramento: la curación del dolor de los enfermos, la sanación de sus heridas, el perdón de sus pecados y la salud espiritual y corporal.

La fórmula que acompaña al sacramento es ésta: "Por esta Unción y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo".

Me gusta decir que la recepción de este sacramento es una ocasión de oro para hacer el mayor acto de fe del creyente, poniéndose en las manos del amor de Dios, con plena confianza.

En la misa del 17 de mayo explicaré con más detenimiento sobre el sacramento de la Unción."


5º Domingo de Pascua (3 de mayo de 2015)

Jn 15,1-8

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. El Padre corta todos los sarmientos unidos a mí que no dan fruto y poda los que dan fruto, para que den más fruto. Vosotros ya estáis limpios, gracias a las palabras que os he comunicado. Permaneced unidos a mí, como yo lo estoy a vosotros. Ningún sarmiento puede producir fruto por sí mismo, sin estar unido a la vid, y lo mismo os ocurrirá a vosotros, si no estáis unidos a mí.                                                                                                     

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece unido a mí, como yo estoy unido a él, producirá mucho fruto; porque sin mí no podéis hacer nada. El que no permanece unido a mí, es arrojado fuera, como los sarmientos que se secan y son amontonados y arrojados al fuego para ser quemados.  Si permanecéis unidos a mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo tendréis. Mi Padre recibe gloria cuando producís fruto en abundancia, y os manifestáis así como discípulos míos.

1-  Dios quiere comunicarse.  Dios, en el éxtasis de su amor, se ha introducido dentro del mundo, llegando a ser la realidad más profunda, y ha enderezado toda la realidad y la historia del cosmos al momento donde Dios estará “cara a cara” y, en la eterna beatitud, constituirá la plenitud radical e inmediata de nuestra existencia.

·    Dios es el amor libre, que quiere comunicarse hacia fuera, a lo no divino. Y porque quiere comunicarse de esta manera, Él ha creado el mundo como destinatario de la donación de sí mismo. Así, la autocomunicación de Dios no se convierte en derecho de la criatura finita, sino que permanece siempre libre gracia del amor divino. Dios crea “lo exterior” para comunicar “el interior” de su amor.

·     El amor de Dios es creador. Cuando Dios ama, su amor es verdaderamente creador; es un amor que pone realmente en cada uno las notas singulares que hacen de él un ser amado de manera única. Expliquémonos. Si Dios ama según el amor sobrenatural que consiste en hacer una entrega absoluta de sí mismo y de su propia vida íntima, es éste un acto de Dios que hay que comprenderlo como concreto e individual en grado sumo.

·     Cuando Dios quiere ser NO-DIOS, surge el HOMBRE. La abreviatura, la cifra de Dios, es el hombre, es decir, el Hijo del Hombre, y los hombres, que son, en definitiva, porque el Hijo del Hombre había de existir.

·       Hoy día, después de Jesucristo, no se puede decir nada verdadero, auténtico y concreto de Dios sin reconocerlo como el Emmanuel, el Dios con nosotros, el Dios de nuestra carne, el Dios de nuestra naturaleza humana, el Dios en los sacramentos, signos humanos, el Dios de nuestros altares, el Dios, en fin, que ha nacido de María Virgen y que, como hombre entre nosotros, es hombre y Dios en una sola persona.

·      El hombre debe poder recibir el amor de Dios, a Dios mismo. Dios quiere comunicarse a sí mismo, prodigar su amor, que es él mismo. Esto es lo primero y lo último en sus planes reales. Todo lo demás existe para que pueda existir esto, que es lo único: el milagro eterno del amor infinito. Dios crea así a un ser al que le pueda amar de esta manera: el hombre. Lo crea de modo que el hombre pueda dar cabida a este amor que es Dios mismo; que lo pueda y lo tenga que recibir a un tiempo como lo que es: el milagro eternamente asombroso, el regalo inesperado, indebido…

·     El hombre debe poder recibir este amor, que es Dios mismo. Tiene que tener  potencia real para este amor. Y tenerla siempre. Pues este amor le habla y le invita siempre. El hombre, tal como es de hecho, está creado para él. Según esto, tal potencia es lo más íntimo y lo más auténtico suyo, el centro y la razón radical de lo que él es.

·        En comunidad solidaria. Por el hecho de que estamos religados los unos a los otros no solo en lo cotidiano de la vida, de la política y de la historia profana, sino también en la historia de la salvación, existe un orden salvífico en el que todos dependen de todos, y ninguno es insignificante para los demás; un orden en el que todos deben soportar solidariamente el peso de la culpa y el beneficio de la gracia. Lo que cada uno sufre, ora, llora sus cargas y sus alegrías. Todo es importante para los otros, para la incalculable multitud que avanza a través de esta única historia de significado decisivo. (KARL RAHNER, “Dios amor que desciende”).

2- Juan 15,1-8. Esta preciosa alegoría de la vid y los sarmientos la vemos como una confirmación de la “locura” de Dios de querer comunicarse con los humanos. Es la realidad más impensable, el regalo más valioso en el que el hombre jamás podría soñar.

·       Se nos concede ser sarmientos, que unidos a la vid, podemos recibir la savia, que es la vida de Dios, y así producir frutos. Los humanos no somos seres secundarios, invitados a escuchar y aprender lecciones, sino que estamos unidos a la cepa divina, formando una unidad con ella.

·   Nuestra gloria y orgullo consisten en ser sarmientos vivos, unidos a la vid, para recibir continuamente la savia capaz de crear frutos de vida.

·       En la alegoría está en juego la vida, la vida plena de Dios, que se nos comunica por la savia que recibimos. Quien cree y vive esta realidad se beneficia del amor, la misericordia, la alegría, la paz del Espíritu de Dios.

3-   Hechos 9,26-31. Cuando llegó a Jerusalén, intentaba unirse a los discípulos, pero todos le tenían miedo, pues no acababan de creerse que fuera discípulo de verdad. Entonces Bernabé tomó consigo a Saulo y se lo presentó a los apóstoles. Les refirió cómo en el camino Saulo había visto al Señor que le había hablado, y con qué convencimiento había predicado en Damasco el nombre de Jesús. Desde entonces iba y venía libremente con los apóstoles en Jerusalén, predicando con valentía el nombre del Señor. Hablaba y disputaba también con los judíos de procedencia helenista, pero éstos decidieron acabar con él. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y de allí lo enviaron hacia Tarso.

Entre tanto, la Iglesia gozaba de paz en toda Galilea y Samaría; se consolidaba viviendo en fidelidad al Señor, y se extendía impulsada por el Espíritu Santo.

·       La mente clarividente de Saulo, en un momento dado, tomó viva conciencia de que la verdad estaba del lado de los cristianos, que veían en Jesús al Ungido de Dios.  Se dio cuenta de la hondura del mensaje de Jesús cuando afirmaba: Dios está en medio de vosotros y desea comunicarse con cada uno.

·    Y dejando de lado la vieja ley del AT, empieza a anunciar con vigor la Buena Nueva de su Señor Jesús, que se le había aparecido en el camino de Damasco.

P. Pedro Olalde.