Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas


En 1715 se reunió en Madrid un grupo de 124 vascongados que decidieron fundar una Congregación con fines benéficos bajo la advocación de San Ignacio de Loyola. El Consejo de Castilla aprobó las Constituciones en 1718 y desde entonces la Congregación, y a lo largo de más de 300 años de historia ha continuado con su misión.

La Congregación tiene como sede la Iglesia de San Ignacio de Loyola, de Madrid, donde realiza sus actividades. Este blog es un canal de información dirigido a todos sus miembros y personas interesadas en conocerla más de cerca.


(Para visualizar correctamente este blog se recomienda tener instalado el navegador Google Chrome).

________________________________________________________________________________________________________________________________________

4º Domingo de Adviento (18 de diciembre de 2016)

Mt 1,18-24 

1-    Mateo 1,18-19. Señor, deseo que suenen las flautas y las risas en este tiempo santo para crear así un ambiente festivo en tu honor, que nunca faltas a mi cita y te haces presente cuando más falta me haces. Adornaré con faldones mi ventana para darte la recepción que mereces.

·        Aquel atardecer otoñal, estuvo Dios pensativo mucho tiempo, queriendo concretar lo que tenía proyectado hacer al hombre, su obra maestra. Al final, optó por enviar de incógnito a su Hijo al mundo, para que éste encabezara una gran marcha al hogar de Dios.

·        Y llegada la plenitud de los tiempos, de una pobre doncella de Nazaret, nació Josua, Jesús, a quien sus amigos le llamaron el Salvador.

·        Mateo, no sabiendo cómo expresar la idea de que el niño tenía su origen en Dios, más que en una pareja humana, narró así esta incomparable venida: el nacimiento de Jesús el Mesías sucedió así: su madre, María, estaba prometida a José, y antes del matrimonio, resultó que estaba encinta, por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era honrado y no quería infamarla, decidió repudiarla en secreto.

·        Mi corazón exulta de gozo ante el prodigio de un Dios que decide abrir los cielos y crear una vía de comunicación con la humanidad. Mi Dios y Señor, apenas consigo comprender lo que supone para los humanos este extraordinario acto de apertura.

·        ¡Dichosa tú, María, madre y sagrario viviente del Hijo de Dios! ¡Feliz tú, justo José, tan delicado con tu esposa María, para no herirla lo más mínimo! El ángel tuvo que asegurarte que se trataba de un plan proyectado por el mismo Dios. ¡Afortunados nosotros, los hombres y mujeres, porque la realidad supera las más elevadas utopías que soñar se puede! ¿Cómo expresar, Señor, nuestra gratitud por este sueño convertido en realidad?

2-    Mateo 1,20-21. Bajo un árbol está sentado un mendigo. ¡Con qué tímida esperanza me mira! ¡Sin duda, imagina que vuelvo lleno de dinero! Hoy, el mundo recobra su conciencia de mendigo y vuelve su mirada a las alturas, de donde desciende quien puede remediar su pobreza.

·        Ante el misterio del plan de Dios, hay un hombre que pasa de claro en claro sus noches, no pudiendo conciliar el sueño. No entiende lo que ve y decide, humilde, retirarse de la escena, para no ser gravoso para su esposa María. Dios se apiada del justo José y en sueños le muestra que aquí son tres los actores: María, él y Dios.

·       Con clara evidencia se percata de que la presencia de Dios ha introducido una variable desconcertante: en la persona de su hijo, sus genes llevarán la marca de lo alto, y por eso, el niño que nazca será Hijo de Dios.

·        Además, la comunicación divina añade una información complementaria: María, su esposa, dará a luz un hijo, Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

·        Se acerca la Navidad, Jesús, y tú ya estás con nosotros. No eres un pariente pobre: eres nuestro salvador. Vienes cargado de dones para que exultemos de gozo.

·        Esta Navidad, Señor  Jesús, tú vienes a mi pobre casa:                                                   

     + para que sienta la felicidad de tu presencia incomparable.                                     
     + para que ocupes el centro de mi vida y animes todo mi ser.
     + para que te busque en la oración y en cada Cristo disfrazado de pobre.               
     + para que comparta mi persona, cuanto soy y tengo con el prójimo indefenso.
     + para que, como María,  entone mil magnificats de acción de gracias a Dios.
  
3-    Mateo 1,22-24. Tú Señor, eres el más íntimo, el que despierta mi ser con tus llamadas profundas y secretas. Eres tú quien llena de encanto mis ojos y pulsa feliz las cuerdas de mi corazón con cadencias variadas de placer y de dolor. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del profeta: Mira, la virgen está encinta, dará a luz a un hijo que se llamará Emmanuel, Dios-con-nosotros. Cuando José se despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado y acogió a su esposa.

·        Darás a luz a tu hijo que se llamará Emmanuel, Dios-con-nosotros:                                       
     
     + Presencia, presencia, presencia de Dios entre las mujeres y los hombres                                                       
     + Emmanuel: Dios-con-nosotros                                                                                                      
     + Sea consciente o no, junto a mis pisadas, Alguien marca las suyas                                         
     + Es presencia dinámica, engendradora de ilusión y esperanza                                         
     + Es la compañía que todos necesitamos: todos los bienes nos concede, ninguna carga nos procura.
         + Es el dinamismo que necesito para hacerme uno con los empobrecidos.                                                                                                                
·  Quiero marcar en rojo los momentos más señalados de estas Navidades:     
                                                                                                                              NOCHEBUENA:                                                                                                                        
     
     + Viviré tu compañía con renovado fervor, antes de la fraterna cena en tu honor. Invitaremos a la cena a una familia de emigrantes.                                       
     + Postrado en un rincón, viviré agradecido tu venida.                                                            
     + Te gritaré del fondo del alma: Marana tha! ¡Ven, Señor Jesús!                              

     DÍA DE NAVIDAD:                                                                                                               

     + La familia emigrante nos acompañará en la mesa.                                                  
     + En la fiesta eucarística, mi proclamación entusiasta: Juremos eterno amor entre los dos. Que nada ni nadie nos separe.                                                                   

     CUALQUIER DÍA DEL AÑO:      
                                                                                                          
     + Cualquier día del año invitaremos a nuestra mesa a quienes tienen derecho a ser invitados. 

     P. Pedro Olalde.

3º Domingo de Adviento (11 de diciembre de 2016)

Mt 11,2-11

1-    Mateo 11,2-3. ¿Eres tú el que tenía que venir o tenemos que esperar a otro?

        No cabe la menor duda de que Jesús y Juan Bautista no eran dos seres clonados; tenían sus diferencias. El pasaje de hoy nos lo muestra.

         El profeta Juan está bien informado por sus discípulos de las obras que realiza el Mesías Jesús, pero hay algo que no encaja en su mente: el presunto Mesías no enardece a su auditorio como él lo hiciera antaño, anunciando la inminente llegada de Dios, para purificar el mundo y liberar al pueblo escogido de Israel del yugo opresor romano. Por eso envía una delegación a Jesús para preguntarle: ¿Eres tú el que tenía que venir o hemos de esperar a otro?

2-    Mateo 11,4-6. Me admira la sencillez de la respuesta de Jesús: Id a contar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio.

   ·       El Mesías no ha venido a anunciar una catástrofe cósmica, por la que Dios impondrá su voluntad en un mundo que fue creado en régimen de libertad. Dios sigue respetando a Herodes, que encarceló a Juan y no castigará a los romanos que dominan con violencia al pueblo elegido.

   ·       Las credenciales de mesianidad que exhibe Jesús, son las obras de liberación y misericordia de los oprimidos, porque los ciegos ven… Ninguna mención al versículo de Isaías 35,4: ¡Ánimo, no temáis: mirad a vuestro Dios, trae la venganza y el desquite; viene en persona a salvaros!

   ·      ¡Pobre Juan! Tal vez, influyeron en él los esenios, haciéndole creer que Dios defendería a su pueblo con brazo fuerte y potencial bélico, pero de nada de esto se hacía eco la respuesta del Mesías Jesús. ¡Pobre Juan! Tendría que nacer de nuevo para aprender que Yahvé, su Dios, es amor y gobierna el mundo no con vara justiciera sino con entrañas de misericordia.

3-    Los que se identifican con Juan Bautista. Entre los cristianos no son pocos los que creen que Dios interviene en el gobierno del mundo directamente, y así multiplican sus rezos para pedirle el milagro de encontrar un buen puesto de trabajo, la curación de un familiar con cáncer o el éxito en unas oposiciones.

    ·    Y hay que decir que hace ya tiempo que Dios decidió dejar eso bajo el libre ejercicio de la decisión humana, de modo que Él no hará nada que impida que el mundo se rija con plena autonomía.

    ·  Entonces, dirá uno, ¿para qué queremos a ese Dios que no interviene a nuestro favor? Bien podemos decir que Dios sí interviene en la historia, pero de otra manera: dándonos su Espíritu; alentándonos con su presencia callada, para que nos sintamos con fuerza, como sus hijos queridos, y gocemos de la vida, participando de su amor y espíritu solidario.

   ·   Pero Él nunca será un recurso fácil para que nosotros, a fuerza de plegarias, perpetuemos nuestra existencia en la tierra por toda la eternidad.

4-    Los que coinciden con Jesús.

   ·       Jesús anunció en vida el reino de Dios e hizo lo posible para establecer este reino aquí en la tierra. Dedicó todas sus energías, toda su capacidad espiritual en dar vida, amor y ayuda a los más desvalidos de la humanidad. Este reino avanza en el mundo cuando se lucha contra el pecado, la avaricia, el desamor y la pereza.

   ·     Una gran representante de esta forma de entender a Dios fue Etty Hillesum, aquella joven judía encargada de un gueto judío en Europa. Murió en los campos de exterminio nazi en 1943. Esta mujer llega a la convicción de que no tiene sentido pedirle a Dios que nos saque de un peligro. Somos nosotros, decía ella, los que nos debemos ofrecer a Dios para ponernos a su disposición para ser sus brazos, que lleven ayuda a los entristecidos, para que en toda situación prevalezca el amor y no el odio, la fraternidad y no la rivalidad. Salvó miles de vidas de la desesperación en unas circunstancias  muy adversas.

    ·        Otra figura gigante fue el Monseñor Oscar Romero, Arzobispo de San Salvador, martirizado por la defensa de la verdad evangélica y del pueblo salvadoreño. Sabía que le iban a matar y continuó con gran denuedo en la primera línea del combate por la defensa de los empobrecidos, sin esperar un milagro de Dios para salvar su vida.

5-    Los que esperan a otro Mesías

      ¿Eres tú el Mesías o tenemos que esperar a otro? , era la pregunta de JB. Hoy, muchos creyentes esperan, tal vez inconscientemente, a otro Mesías, a un Dios diferente.

   ·         Un Dios que les saque las castañas del fuego. Un Mesías que no les proponga dar la vida por los hermanos, por los pobres, como lo hizo él. Un Dios triunfante que no los recomiende participar en la construcción de su reino, pasando por la cruz, la aceptación de la enfermedad y la muerte.

   ·         Son innumerables los que desean que esta vida se convierta en un Paraíso, por la fuerza milagrosa de Dios.

6-    Llamada
     
          En consonancia con este Evangelio, sería conveniente que escribiéramos de nuestro puño y letra, para repetirla luego a menudo, esta oración: Padre Dios, me siento orgulloso de ser tu hijo, que me creaste un día por puro amor. Hoy, me consagro a ti y me pongo en tus manos. Te presento lo que soy y tengo para hacer el mayor bien posible a mis hermanos y a tus hijos, los hombres. Deseo crecer en amor y solidaridad para dar cariño a todos los que pueda. Quiero ser un tanto austero para compartir algo más mis bienes y construir tu reino. Amén.

      P. Pedro Olalde.

Inmaculada Concepción (8 de diciembre de 2016)

Lc 1,26-38

     1-    Vivimos en un mundo donde abunda la astucia, pero falta la Sabiduría

·    Cuentan que tiempo atrás acusaron injustamente a una persona de asesinato. El juez encargado de dictar estaba enemistado con el acusado, pero para dar ante el pueblo una imagen de imparcialidad, dijo al pueblo que iba a dar una oportunidad al acusado para que fuera él quien decidiera su suerte, eligiendo entre dos papeles en los que iba a escribir en uno inocente y en el otro culpable. Los dobló y le dio a escoger uno. El acusado eligió uno, se metió el papel en la boca y se lo tragó. La única forma de saber cuál había sido la elección era abrir el otro papel. Y vieron que había escrita la palabra culpable.

·    El pueblo pidió que dejaran libre al acusado, y el juez de mala gana tuvo que hacerlo. Lo que desconocía el pueblo era que el juez había escrito la palabra culpable en ambas papeletas.

·     ¿Cómo podríamos definir la forma como actuó el acusado? ¿Fue listo, fue sabio, al actuar de esta forma? Más bien podríamos decir que fue ASTUTO, fue hábil, fue listo, fue espabilado, pero no fue sabio en el sentido que enseña la Palabra de Dios.

·         Vivimos en un mundo donde ABUNDA la ASTUCIA, pero la Sabiduría es ESCASA.

      2-    ¿Qué nos dice hoy la Palabra de Dios? Cuatro pinceladas:

      A)     La Virgen hizo de su vida una ORACIÓN de CONSAGRACIÓN, al decir “He aquí la esclava del Señor”.

·     El ángel le había pedido a María su conformidad para que Jesús, el Mesías de Dios, naciera de sus entrañas.

·    María presenta su dificultad, pues no conoce varón. El ángel le contesta que el Espíritu de Dios intervendrá con su poder, de modo que el que va a nacer se llamará el Hijo de Dios.

·        Desaparecida la duda, María da su sí al plan de Dios y exclama: He aquí la esclava del Señor. Que me suceda según dices.

·      A su imitación cada creyente estamos llamados a hacer nuestra Oración de Consagración, al menos una vez en la vida, ofreciéndonos a hacer lo que creemos es el plan de Dios sobre nosotros.

·    Sería bueno que dicha Consagración la escribiéramos en rojo con letras de sangre, diciendo, por ejemplo: Padre Dios, en este momento de mi vida, me consagro a Ti y me ofrezco con toda mi voluntad para hacer en los años que me resten de vida, todo aquello que yo crea ser tu voluntad. Virgen y Madre María, enséñame a dar mi SÍ a Dios, del modo en que tú lo diste. AMÉN.

·         Felicitamos a María por su sí al querer de Dios:

Sin mancha eres, Madre,
limpia de pecado,
por obra y gracia
de tu Dios amado. (Ave, ave, ave María)

      B)     María es llamada por el ángel la “Llena de gracia”. Es puro don, puro favor de Dios, que en su incomparable amor decide comunicarse  con los hombres y  mujeres de la tierra.

·      Cuando Dios ama, su amor es verdaderamente creador; es un amor que pone realmente en cada uno las notas singulares que hacen de él un ser amado de manera única.

·       Si Dios ama según el amor sobrenatural que consiste en hacer una entrega absoluta de sí mismo y de su propia vida íntima, es éste un acto de Dios que hay que comprenderlo como concreto e individual en grado sumo. (KARL RAHNER, Dios, amor que desciende, pág. 24, Sal Terrae).

·         Cantamos agradecidos por este gran favor divino:

Todos somos santos
por gracia de Dios.
A Él siempre gloria
y eterno honor. (Ave, ave, ave María)

       C)     El ángel le pide a María su consentimiento para realizar el designio de Dios.

·       Todo lo humano y lo divino pasa por nuestra voluntad. Nada se hace sin que nosotros demos nuestra conformidad. Por eso, hay creyentes fervorosos, pletóricos, a quienes no les cabe la alegría en su cuerpo, y otros que son mediocres, que no saben qué hacer con su fe, que la tienen hecha jirones.
·         Cantamos:

Oh Virgen María,
de gracia eres llena.
¡Albricias, oh Madre,
por tu fe inmensa. (Ave, ave, ave María)

      D)     María reconoce que todo es favor de Dios y le da gracias con el canto del Magnificat.

·       Nosotros todo lo que tenemos lo hemos recibido. Todo es prestado. Se nos ha dado como don, como gracia.
·         La palabra que más debiéramos pronunciar es GRACIAS.

·         Cantamos:

A Dios demos gracias
con fe y alegría.
Su cielo esperamos
con fe cada día. (Ave, ave, ave María).

P. Pedro Olalde.

2º Domingo de Adviento (4 de diciembre de 2016)


Mt 3,1-12 
  
    1-    Mateo 3,1.4-5. 
  
El río Jordán hacía su faena diaria en transportar sus aguas a través del arenoso desierto con tanta discreción, que pasaba desapercibido para los cientos de peregrinos que, atraídos por la fama de Juan Bautista, se agolpaban junto a él para dejarse conmover por su enérgica palabra.

·        Quedaban estremecidos por la austera figura del profeta, que esparcía destellos de luz a sus visitantes. Llevaba un vestido de camello y una correa.

·       El hombre de Dios pocas concesiones se permitía en su alimentación. Le bastaba una ración de saltamontes y la miel silvestre que encontraba al paso. Así, su figura austera constituía para ellos toda una predicación.

·       Inconscientemente, establecieron un parangón entre él y los maestros de la ley y los fariseos, cuyo tren de viva se parecía tan poco al de Juan.

     2-    Mateo 3,2-3. 
     
Estoy bajo el resplandor dorado de tu cielo matinal, en pleno desierto, cuando levanto mis ojos    ansiosos a ti, Dios mío. El sol inunda de luz el vasto arenal, cuando entra en escena el mensajero de  Dios.

·      Les decía: Arrepentíos, porque está llegando el reino de los cielos. Cada palabra suya era un dardo que penetraba hasta el hondón de sus conciencias.

·        Está llegando Yahvé, les dice, hay que recibirle, haciendo obras de mejora en el interior de cada uno. Hay que pintar la fachada. Adecentar los aposentos. Colocar una alfombra de color a la entrada del hogar. Que las plantas de Dios no se lastimen por los caminos pedregosos de las calzadas.

·       Arrepentíos, les añade. Renunciad a los caminos tortuosos. No deis entrada al mal en vuestros corazones. Revestíos de entrañas de misericordia con el pobre. Con vibrantes voces despertaba las conciencias de su auditorio, diciéndoles una y otra vez: Preparad el camino al Señor, allanad su calzada.

·       Yo también necesito, Jesús, que la Voz me urja a levantarme del letargo en el que estoy sumido. Necesito escuchar el grito del profeta muy hondo. 

      + Prepara este Adviento el camino al Señor. 
      + Vístete con los ropajes de fiesta, que viene a ti la luz. 
      + Cambia tu rutina en novedad apasionante. 
      + Contribuye a poner paz donde hay guerra. 
      + Acoge y promociona a los excluidos. 
      + Aprende a compartir.  
      + Asesta golpes inmisericordes al egoísmo.

      3-Mateo 3,6. Bautismo en el Jordán.
     
·       Luego, Juan invitó a la muchedumbre a dar un paso al frente y les señaló el camino del río: los decididos a sentir la fuerza de Dios eran invitados a recibir el bautismo de conversión. Llegados al lugar, se fueron despojando de sus viejas vestiduras y se sumergieron en las aguas purificadoras del Jordán. 

·       Sentían que su deseo de renovación y el amor de Yahvé hacían el milagro de su cambio interior. Fueron muchos los que aquel día sintieron en sus vidas el gozo desbordado, que les impulsaba a una mudanza de vida.

 4-Mateo 3,7-9. 

Entre el gentío del pueblo había un reducido grupo de fariseos y saduceos, que también querían bautizarse. ¿Qué vio en ellos el profeta para propinarles tan duros reproches como raza de víboras? ¿Es que no estaban arrepentidos? ¿O simulaban una conversión de cara a la galería? ¿No refleja aquí Mateo las duras controversias habidas entre cristianos y fariseos al redactarse este evangelio? 

5- Llamadas.

·       Dejando esto de lado, recibamos las palabras de Juan referidas a nosotros, que también tenemos alma farisea. Dad frutos que prueban vuestra conversión y no creáis que basta decir: Somos hijos de Abrahán. Soy un fiel practicante.

·        Hoy, lo que más prevalece entre los cristianos es la mediocridad espiritual. Huye de ella como de la peste y adéntrate en los dominios del fervor. Alístate en el club de los orantes. Toma este Adviento momentos de oración. Coge el evangelio de este día, Mt 3,1-12, y en el mejor momento del día, estate a solas con el Señor. Lee despacio y quédate con las frases que te digan algo:

·       1- Arrepentíos. Arrepiéntete. Fíjate solo en un aspecto en que necesitas cambiar y dile al Señor: Deseo cambiar para hacer la convivencia más fraterna. Te ofrezco, Señor mi buena voluntad de avance en mi vida espiritual.

·       2- Da frutos que prueben tu conversión. Sé generoso y comparte algo de lo que posees, que vives rodeado de mucha gente que sufre. Y ora a tu modo: Señor, quiero con la fuerza de tu Espíritu ser capaz de realizar este propósito. (Y continúa de este modo orando con otras frases).

     6- Déjate ilusionar por el testimonio de otros cristianos. 

     He aquí el testimonio de Oscar Romero: contestación que le dio a un periodista que le preguntó de dónde sacaba tanta inspiración: La oración es la clave de la fuerza. Es bien oportuna su pregunta; precisamente, vengo de hacer mis Ejercicios Espirituales. Si no fuera por esta fuerza interior de la oración con que trato de mantenerme unido con Dios, no sería yo más que lo que dice S. Pablo: Una lata que suena. 

   + En otra ocasión, Romero dice: Para estar unido con Dios hay que crear espacios; no vale decir: Yo rezo mientras viajo en bus. Uno de esos espacios clásicos son los Ejercicios Espirituales, a los que doy mucha importancia. 

   + Por último, esta otra declaración del mismo autor: En el corazón de cada persona hay como una celda íntima, donde Dios baja a platicar a solas con la persona. Y es ahí donde cada uno decide su propio destino, su propio papel en el mundo. (Apuntes sobre ROMERO, 1995).

     P. Pedro Olalde.