Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas


En 1715 se reunió en Madrid un grupo de 124 vascongados que decidieron fundar una Congregación con fines benéficos bajo la advocación de San Ignacio de Loyola. El Consejo de Castilla aprobó las Constituciones en 1718 y desde entonces la Congregación, y a lo largo de más de 300 años de historia ha continuado con su misión.

La Congregación tiene como sede la Iglesia de San Ignacio de Loyola, de Madrid, donde realiza sus actividades. Este blog es un canal de información dirigido a todos sus miembros y personas interesadas en conocerla más de cerca.


(Para visualizar correctamente este blog se recomienda tener instalado el navegador Google Chrome).

________________________________________________________________________________________________________________________________________

Últimas noticias

Los actos que se han celebrado recientemente y los que tendrán lugar próximamente son:

En cuanto a las actividades realizadas:

El sábado 1 de abril tuvo lugar el concierto del Orfeón Vasco de Euskal-Etxea el cual fue todo un éxito. Interpretaron obras del P. Madina, Bach, Palestrina y Vitoria, dirigidos por José Luis Zamanillo y actuando como solistas Carmen Bocanegra, Ainara de la Torre, Moisés Molín, Javier Caballero y el organista Rafael Coirini. Nuestra iglesia de San Ignacio estaba llena de gente y el público agradeció el maravilloso concierto con aplausos efusivos.

El domingo 2 de abril celebramos con gran asistencia de familiares y amigos la misa-funeral por María Magdalena Múgica Echarte, madre de Inés Olaran, vice-secretaria de la Junta de la Congregación. Cantó el Orfeón Vasco de Euskal-Etxea.

El sábado 8 de abril se celebró misa-funeral por María Luisa Ozaita, compositora e intérprete de clavecín que estrenó obras suyas en nuestra Iglesia. Intervinieron en la ceremonia organista, flautista y soprano.

En lo relacionado con las actividades de Semana Santa, se celebraron los oficios como todos los años con bastante aceptación en general,  aunque fue menor la asistencia el Jueves y Viernes Santo. El Domingo de Ramos participaron José Luis Zamanillo Carmen Boganegra, dando esplendor a la ceremonia.

El 19 de abril se celebró misa en nuestra iglesia con un grupo de filipinos y norteamericanos que fue oficiada en inglés por un sacerdote mejicano. 

La conferencia "Los inicios del crucifijo", sobre historia del arte y de la iconografía de este símbolo trascendental, a cargo de don Fernando Labad Sasiain, resultó muy interesante.

La Comida de Hermandad celebrada el domingo 23 de abril en el Restaurante Zeráin con motivo del 302 aniversario de la Congregación resultó muy entretenida y animada. Participaron 40 congregantes y cuatro sacerdotes.

El viernes 28 de abril, fiesta de San Prudencio, a las 19.00 hrs. se celebró misa en honor del "Patrón de las Tierras de Álava" y tras la misma tuvimos un pequeño ágape tanto para alaveses como foráneos.

En cuanto a las próximas actividades:

El Orfeón Vasco de Euskal Etxea nos acompañará los domingos 7 y 21 de mayo.

El 10 de mayo a las 19.30 hrs. celebraremos la Junta Anual a la que todos estáis invitados a participar. En caso de que no podáis acudir, sabéis que podéis delegar vuestro voto utilizando el anexo que se adjunta en la circular que ha sido enviada a los congregantes. Desde aquí os animamos a participar en dicha reunión. Estamos deseosos de recibir a voluntarios que quieran participar en la buena marcha de la Congregación. 


La Junta de Gobierno.


3º Domingo de Pascua (30 de abril de 2017)

Lucas 24,13-35.                    

Versión libre

Cuando los ecos de la tragedia del Viernes Santo flotan todavía en el aire, al atardecer de aquel primer día, dos discípulos emprenden su camino en la misma dirección, y mientras sus ojos observan para distraerse los páramos baldíos que rodean la ciudad, su tristeza crece en su corazón.

·        Sienten su pobreza y pasean su nostalgia visible en sus rostros. Un sol primaveral llena de luz todos los espacios, en contraste con la añoranza que invade su interior.

·       Cleofás y su amigo se alejan de Jerusalén. Avanzan juntos, mientras su mente reproduce las últimas escenas en el montículo del Calvario, donde murió desangrado en una cruz el más inocente de los hombres, Jesús el Nazareno.

·     Los discípulos han perdido la fe y la esperanza, pero no han perdido el amor. Siguen sintiendo una gran admiración por aquel hombre, cuyo retrato llevan impreso en su corazón. No saben muy bien quién es, quizás un gran profeta, pero lo aman. Discuten, pero lo aman.

·      Caminan en silencio, largo trecho, no encontrando ninguna razón que justifique la tragedia. Van dejándose llevar, huyendo de una pesadilla vivida a fondo en Jerusalén, y con la ilusión totalmente perdida. Se alejan rápidamente, como dos sombras, a Emaús, como almas en pena a los que lleva el diablo.

·      Los dos peregrinos, que hasta ahora se encuentran solos haciendo el camino, perciben tras de sí los pasos de un tercero, que se acerca para darles alcance. El forastero les saluda con el shalom judío, al que corresponden formalmente.

·      Es el amigo y pastor que va en busca de las ovejas que se pierden. Jesús se adelanta al encuentro, aunque los dos discípulos, de algún modo, le están llamando, como si dijeran: ¡Ojalá que se nos aparecieran también a nosotros los ángeles como a las mujeres, y los pudiésemos ver! Es la llamada del deseo, la llamada del amor. Jesús se hace presente cuando se le desea con pasión. Los dos discípulos no lo buscan, pero le añoran. No tienen más méritos que su desaliento. Todo el que sufre por Jesús, está en buen camino para encontrarlo.

·        Dándose cuenta del hondo pesar de sus acompañantes, el Peregrino comienza un diálogo y les dice: Os veo preocupados, ¿os ha pasado algo? Ellos le responden: ¿No sabes lo sucedido estos días en Jerusalén?  -¿Qué? –Lo de Jesús de Nazaret, un hombre poderoso en obras y palabras. Pensábamos que él haría justicia al pueblo de Israel, pero nuestras autoridades civiles y religiosas acabaron con él, colgándole de un madero. Bien es verdad que algunos de los nuestros nos han alarmado diciendo que su cuerpo no estaba en el sepulcro y que incluso habían visto unos ángeles que decían que estaba vivo, pero a él no lo han visto.

+++ ¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?

·     Una pregunta semejante me puede dirigir el Señor en cualquier momento de mi vida. Mientras peregrinas por el mundo, ¿qué es lo que te preocupa y ocupa en el trayecto? ¿Qué conversación mantienes? ¿Te pareces a Cleofás y su compañero, que se interesan por Jesús?

·     Después, el misterioso Caminante ilumina sus mentes, hablándoles al corazón, usando un lenguaje que les despierta del letargo, necios y torpes. El Maestro divino sabe que necesitan de un revulsivo y les quita la venda que les impide ver, la imagen de un Mesías triunfalista, tan arraigado entre los judíos, y la sustituye por la del siervo sufriente. Los dos discípulos no le reconocen todavía al forastero divino, pero están tocados por su palabra. Empieza a clarear en su corazón.

La cena. Está llegando la comitiva a la aldea luminosa. Los discípulos enardecidos por la enseñanza del Peregrino no aciertan a separarse de él y le retienen en su compañía: ¡Quédate con nosotros, porque atardece!

·      Yo mismo, ¿cuántas veces no te he hecho, Jesús, esta misma oración? No permitas que las tinieblas envuelvan mi vida. Ven a iluminar mi existencia y a poner ilusión en ella, para proseguir mi camino con ánimo esperanzado.

·      ¿Cómo va a rechazar una súplica tan sentida si ha venido para ser luz de mi vida? Jesús, cuando la luz de tu Espíritu se aleje de mí, haz que le busque.

Sentado a la mesa con ellos. Pocas horas antes, los dos discípulos y el Peregrino se encontraban distantes: los primeros, descorazonados, huyendo de la ciudad. El otro, radiante de luz. Pero el diálogo ha ido uniendo los corazones y se han ido acercando sus vidas, su mente, su visión. Las palabras del Profeta han proyectado viva luz sobre la conciencia de Cleofás y su amigo.

·      Ahora, el Caminante les invita a la fiesta, a la Cena sagrada. El Señor tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces, se enciende el cielo de luminosidad, y a ellos se les abren los ojos.

·        Es que, en verdad, los tenían cerrados. Y los míos, ¿cómo los tengo? ¿Acaso reconozco a Jesús en la fracción del pan? ¿Le reconozco, tal vez, cuando se viste de peregrino y llama a mi puerta?

El testimonio. Luego, el Señor desaparece. Una vez que le han visto con los ojos del corazón, no es necesario verle con los ojos de la cara. En el tiempo del Espíritu, lo transcendental es verle con el corazón.

·     Los dos discípulos, llenos de Espíritu, regresan de la aldea luminosa, a llevar la luz de la fe a Jerusalén, donde sus hermanos les aguardan, les necesitan.

·      Donde antes había noche, desesperanza y tristeza, ahora hay luz, esperanza y alegría. Y vuelven al Cenáculo a ser testigos de la fe viva en el Resucitado, que ha transformado sus vidas.

·       Aquel anochecer, el Cenáculo se llena de la luz radiante de Emaús y los corazones de los discípulos arden como ascuas incandescentes ante la presencia del Resucitado.

      P. Pedro Olalde.

Conferencia de don Fernando Labad Sasiaín

Tuvo lugar ayer, 20 de abril, en la sede de la Real Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascongadas la interesantísima conferencia impartida por don Fernando Labad Sasiaín titulada: "Los inicios del crucifijo. El símbolo más universal en la historia de la Humanidad".



Don Fernando Labad es miembro de la Real Congregación, natural de Bilbao y Licenciado en Ciencias Económicas por la extinta Escuela de Altos Estudios Mercantiles de esta ciudad. 

La conferencia, brillantemente presentada, estuvo documentada con datos históricos e imágenes y trató sobre los siguientes aspectos:

La evolución iconográfica del crucifijo y su importancia trascendental para el cristianismo; el crucifijo como el símbolo más universal en la historia de la humanidad; el simbolismo prehistórico y protohistórico de la cruz; el cristianismo anicónico de los siglos I y II; la incertidumbre y perplejidad de los primeros cristianos para representar el crucifijo; el crucifijo en los cuatro primeros siglos del cristianismo y la ausencia de imágenes del crucificado; la propagación de la cruz cristiana en el siglo IV; la aparición de la imagen del crucificado en el siglo V; los dos principales estilos derivados del arte paleocristiano y por último, la plasmación artística del crucifijo.

Agradecemos a don Fernando Labad Sasiaín por su aportación al conocimiento del crucifijo y su dedicación a la Congregación de San Ignacio.


Domingo de Resurrección (16 de abril de 2017)

Jn 20,1-9

5ª clave: si quieres transmitir vida en tus homilías, toma cada día treinta minutos de oración personal: comunicarás vida y no solo ideas.

El domingo por la mañana, muy temprano, antes de salir el sol, María Magdalena se presentó en el sepulcro. Cuando vio que había sido rodada la piedra que tapaba la entrada, se volvió corriendo a la ciudad para contárselo a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús tanto quería. Les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto”.

Pedro y el otro discípulo se fueron rápidamente al sepulcro. Salieron corriendo los dos juntos, pero el otro discípulo adelantó a Pedro y llegó antes que él. Al asomarse al interior vio que las vendas de lino estaban allí; pero no entró. Siguiéndole los pasos llegó Simón Pedro que entró en el sepulcro, y comprobó que las vendas de lino estaban allí. Estaba también el paño que habían colocado sobre la cabeza de Jesús, pero no estaba con las vendas, sino doblado y colocado aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro. Vio y creyó. (Y es que hasta entonces, los discípulos no habían entendido la Escritura, según la cual Jesús tenía que resucitar de entre los muertos).

1-   Comentario

·        El relato de hoy es de grandísima importancia. No solo se nos narra la buena noticia de que Jesús ha sido resucitado por Dios. Se nos dice también el camino que debemos seguir para verlo y encontrarnos con él.

·        Se nos habla de tres mujeres admirables que no pueden olvidar a Jesús. Son las tres Marías: la Magdalena, María la de Santiago y Salomé. Llevadas de su amor apasionado han decidido comprar aromas para ir al sepulcro a embalsamar su cadáver.

·        Lo sorprendente es que al llegar al sepulcro vieron que la piedra que tapaba la entrada estaba rodada. Y al acercarse más, ven a un joven vestido de blanco que las tranquiliza de su sobresalto y les anuncia algo que jamás hubieran sospechado.

·        ¿Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado? No busquéis entre los muertos al que está vivo. No está aquí. No le lloréis. Ha resucitado. Pertenece al mundo de los vivos.

·        Pero si no le podemos encontrar en el sepulcro, ¿dónde le podemos hallar? Fijaos, les recuerda el ángel, lo que os había dicho ya Jesús: “El va delante de vosotros a Galilea. Allí le veréis”. Para ver a Jesús, hay que volver a Galilea. ¿Por qué? ¿Para qué?

·        A Jesús Resucitado no se le puede ver sin volver a Galilea, que es el lugar donde anunció Jesús su Buena Noticia. Hay que empezar de nuevo el proceso de conversión. Cada uno debemos hacer nuestro propio recorrido de conversión. Sí, la única forma de experimentar a Jesús es hacer de nuevo nuestro catecumenado.

·        La Galilea de los humildes y sencillos aldeanos ha sido el escenario de la misión de Jesús, donde sus discípulos le vieron curar, perdonar y anunciar su palabra. Ahora sus seguidores debemos hacer lo mismo. No estamos solos. El resucitado va delante de nosotros. Lo iremos viendo si caminamos tras sus pasos. Lo más decisivo para experimentar al Resucitado no es el estudio de la teología ni la celebración litúrgica sino el seguimiento fiel de Jesús.

2-   Testimonio

·      Hace unos días vino un feligrés a hablar conmigo. En primer lugar me comunicó algunas dudas que tenía. Me dijo que se había dado cuenta de que en algún texto de resurrección, un evangelista hablaba de un ángel que se apareció, al tiempo que otro evangelista relataba que se aparecieron dos ángeles. Le dije que esos detalles no tienen apenas importancia. Los textos evangélicos, le dije, transmiten fe, que es lo importante. Los otros detalles no alteran en nada el mensaje central. Luego dialogamos sobre otras dificultades. Casi todas provenían de entender al pie de la letra los pasajes del evangelio. En lo que hay que fijarse, le comenté, es el mensaje de fe que nos quieren transmitir. Si Lucas en el capítulo 24 dice que Jesús subió a los cielos de Betania, y en el capítulo 1 de Hechos, el mismo evangelista nos relata que Jesús ascendió a los cielos del Monte de los Olivos, en nada cambia lo sustancial de la fe en que Cristo fue glorificado, ascendiendo a los cielos a la derecha del Padre.

·   A continuación, el consultante se explayó muy sinceramente y me comentó que se sentía insatisfecho en su experiencia de fe: asistía a las celebraciones, incluso a la misa diaria, oraba a su modo, repitiendo unas cuantas oraciones que se las sabía de memoria, pero se sentía seco como un palo. Lo que él admiraba era que había personas radiantes, llenas de fe y de experiencia, personas muy contentas, de las cuales él se encontraba muy distante. Traté de enseñarle a orar con un texto evangélico. Esto es lo que más o menos le dije: Tú que vives solo, toma por la mañana o por la tarde 30 minutos. Hazte con un librito que tiene los evangelios de cada día. Lee el evangelio del día y fíjate en las frases que más te dicen. Después, toma la primera frase y conviértela en oración. Si la frase es “Jesús miró a Zaqueo”. Convertida en oración podría ser: “Jesús, mírame a mí……”. Luego sigue diciendo a Jesús cuantas cosas se te ocurran: “Jesús, estoy necesitado de que me mires”. “Deseo que tu mirada me llegue al corazón”·. “Necesito que tu mirada toque mi sentimiento”, etc. Después pasa a la 2ª frase y haz lo mismo.   
     
     + Parece que le gustó la idea y se fue decidido a probar y poner en práctica lo sugerido. A los pocos días al cruzarme en la calle con él nos saludamos y noté que estaba contento. “He ahí un buen israelita”, me dije. “He ahí una persona con ganas de avanzar en la vida espiritual”. Quedamos en volvernos a ver.

P. Pedro Olalde.

Viernes Santo (14 de abril de 2017)

Jn 18,1-19,42

5ª clave: si quieres transmitir vida en tus homilías, toma cada día treinta minutos de oración personal: comunicarás vida y no solo ideas.

 1-    Tres son las partes principales a distinguir en la celebración de hoy:                         

+ 1- LA LITURGIA DE LA PALABRA, que nos pone en relación con los hechos que celebramos.      
                                                                                                                                        
+ 2- LA ADORACIÓN DE LA CRUZ, que nos obliga a desentrañar el hecho central.   
   
+ 3- LA COMUNIÓN, que nos hace tomar conciencia de que el acto litúrgico más importante de nuestra religión es la celebración de una muerte, que es la expresión de la vida.

·         No es bueno que fomentemos la compasión a Jesús ni que nos centremos en su dolor. El sufrimiento no es lo que nos salva. Tampoco es bueno que pensemos que Dios así lo quiso. Lo central es el amor manifestado por Jesús a los hombres. Eso es lo que muestra su verdadera humanidad y su plenitud divina.

 2-    ¿Aporta algo especial la muerte a la BN del evangelio? 

 ·     Aporta una gran autenticidad. Sin las circunstancias de su muerte hubiera sido mucho más difícil a los discípulos llegar a la experiencia pascual. La muerte de Jesús es la expresión de su inmenso AMOR. En su muerte, Jesús dejó muy claro que para él el AMOR era más importante que su misma vida.

·         Sobre Jesús, la muerte nos muestra claramente que fue un ser humano, que su encarnación fue total. Su vida empezó naciendo, como los demás hombres, y terminó muriendo, lo que no le impidió lograr su plenitud, que fue obra de su amor incondicional.

 3-    La Buena Noticia de Jesús fue que Dios es amor

·         Pero no acabamos de entender lo que es eso. Como no entendemos a un Dios que se da total y gratuitamente. Nosotros seguimos con el esquema de toma y daca: “Señor, yo te doy mi sacrificio, y Tú me das tu cielo”. Por eso, el Dios de Jesús nos desconcierta y nos deja sin saber a qué atenernos.

·         Nos descoloca un Dios que nos exige deshacernos, entregarnos en favor de los demás, no para estar en la primera fila en el cielo, sino para participar de su SER, que es ya ahora nuestro verdadero ser. “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, permanece solo, pero si muere da mucho fruto”. Este es el nudo gordiano.

 4-    La muerte de Jesús nos muestra que su objetivo es imitar a Dios.

·         Todo hijo debe salir al Padre. Imitar al Padre de tal modo que viendo al hijo se diga de él: “Se le parece en todo al Padre”. Eso hizo Jesús y esa es la tarea que nos encomendó hacer. Pero el Padre es entrega total, amor gratuito a todos. No hay otro camino para asemejarnos a Él.

·         No pensemos que Jesús tuvo que pasar el mal trago de la muerte para ir a la gloria del Padre. Hay que descubrir que la verdadera gloria del ser humano es vivir muriendo para los demás.

·         Dios está solo donde hay amor. Si el amor está en el gozo, allí está Él. Si el amor está en el dolor, allí está Él también. Se puede salvar el hombre sin cruz, pero nunca se puede salvar sin amor. Lo que aporta la cruz es la certeza de que el amor es posible, aun en las peores circunstancias.

 5-    La clave.

   ·     El hecho de que Jesús siempre dijo e hizo lo que entendía debía decir y hacer, aunque le costase la vida, es la clave para comprender que la muerte no fue un accidente, sino un hecho fundamental en su vida.

·         Cuando un ser humano no piensa en sí sino en los demás y se entrega a ellos totalmente, está alcanzando su plenitud. Es entonces cuando puede decir: Yo y el Padre somos uno. En ese momento su amor es semejante al del Padre. Dios está allí donde hay amor, aunque sea con sufrimiento y muerte. Solo en clave de gloria no se le entiende a Dios.

 6-    Adoración de la cruz

·         Esta tarde cuando nos acerquemos a adorar la cruz, debemos ver en ella todo lo que Jesús quiso transmitirnos. Ningún otro signo nos comunica tanto como el crucifijo. Pero no trivialicemos el signo de la cruz, cuyo primer y único significado es el amor.

 7-    Conclusión

·         Jesús no buscó el dolor por el dolor. Amó a todos los hombres a fondo y se encontró con el dolor. La cruz de Jesús fue consecuencia del profundo amor que profesó a todos los hombres de su tiempo.

·         Día del Viernes Santo: día del AMOR. Día de decidir no hablar nunca mal del prójimo. Día de tomar una fuerte decisión de hacer lo más posible por nuestros semejantes.


P. Pedro Olalde.

Jueves Santo (13 de abril de 2017)

Jn 13,1-15

1-   La categoría del encuentro

·        En el mundo religioso para explicar la relación con Dios o la experiencia religiosa, nos servimos del encuentro, es decir, de lo que ocurre en la relación entre las personas. Estamos juntos los unos con los otros, nos cruzamos, pero sólo en muy contadas ocasiones nos encontramos.

·        Decimos que hay encuentro entre las personas cuando éstas se hallan interiormente afectadas y entablan una relación positiva. Hay toda una serie de condicionantes para que se dé el encuentro entre las personas: apertura, mutuo interés, libertad, respeto, intimidad, comunión, participación activa, etc.

·        Con Dios también podemos tener un encuentro, podemos tener experiencia. Eso ocurrirá cuando con Dios nos relacionemos como con las personas en las mejores condiciones.

·        Con Dios no podemos tener una relación sujeto-objeto, es decir, descartamos tratar con Dios como si fuera una cosa, como tampoco nos relacionamos con una persona como cosa. Dios y la persona son el centro de interés de esta relación, sin la mínima pretensión de dominio por ambas partes.

·        En esta relación con Dios el hombre sabe que la felicidad que le procura la actividad religiosa no es fruto de su deseo o esfuerzo, sino que es gracia. En este sentido, el hombre ama a Dios, en la medida en que se sabe y se reconoce a sí mismo objeto de su amor y de su gracia.

·        SANTA TERESA se pregunta: ¿Qué es orar? Y responde: “Es ENCUENTRO de amistad”.

2-   En esta Semana Santa estamos celebrando los últimos días de la Vida de Jesús. Él es el rostro del Padre, el Profeta que nos revela a Dios. De Él habla el gran teólogo Karl Rahner cuando dice:

·        Dios, en el éxtasis de su amor, se ha introducido dentro del mundo, y por medio de ÉL QUIERE COMUNICARSE “hacia fuera”, a lo no divino, a nosotros.

·        Dios crea el mundo no solo como algo distinto de Él, sino como aquello a lo que libremente quiere comunicarse y se comunica, en su propia realidad absoluta, de modo que Dios sale de sí, y el mundo es asumido en la propia vida de Dios, en un proceso que sólo acabará con la consumación de los tiempos.

·        Dios no solo ha creado el mundo, sino que ha descendido personalmente y para siempre al mundo con su Palabra eterna. Porque Dios, en su descenso personal, con su realidad propia y como ágape (amor gratuito), se ha perdido en su creación para nunca ya retirarse de ella, por eso podemos encontrarle de hecho.

3-   El mismo teólogo Karl Rahner continúa diciendo:

·       EL HOMBRE DEBE PODER RECIBIR EL AMOR DE DIOS, A DIOS MISMO. Dios quiere comunicarse a sí mismo, prodigar su amor, que es él mismo. Esto es lo primero y lo último en sus planes reales. Todo lo demás existe para que pueda existir esto, que es lo único: el milagro eterno del amor infinito. Dios crea así a un ser al que pueda amar de esta manera: el hombre. Lo crea de modo que el hombre pueda dar cabida a este amor, que es Dios mismo, que lo pueda y lo tenga que recibir a un tiempo como lo que es: el milagro eternamente asombroso, el regalo inesperado, indebido…

4-   “ES POSIBLE EXPERIMENTAR PERSONALMENTE A DIOS”, dice Rahner. Y continúa:

·        Cuando afirmo haber tenido una experiencia inmediata de Dios, no siento la necesidad de apoyar esta aseveración en una disertación teológica sobre la esencia de dicha experiencia. Lo único que digo  es que experimenté a Dios, al innombrable e insondable, al silencioso y, sin embargo, cercano a Él que, cuando por su propia iniciativa se aproxima por la gracia, no puede ser confundido con ninguna otra cosa.

·        Era Dios mismo a quien yo experimenté; no palabras humanas sobre Él. Dios y la sorprendente libertad que le caracteriza y que solo puede experimentarse en virtud de su iniciativa.

·        A los cristianos les está prohibido contentarse con algo que sea menor que la infinita plenitud de Dios; les está prohibido instalarse en lo finito de un modo definitivo y feliz, contentándose con esa estrechez, pensando, con una modestia mentirosa, que Dios no puede tomar en serio a esta criatura finita que somos nosotros, aunque estemos lastrados por mil condicionamientos.

5-   TODA ESTA GOZOSA Y CONSOLADORA DOCTRINA FLOTA EN EL AMBIENTE de esta celebración de JUEVES SANTO.

·        Apparuit benignitas. Apareció la bondad, el amor de Dios, en la persona de Jesús, nos dirá Pablo.

·        En todos los gestos de Jesús, como en el lavatorio, vemos el gran amor que Dios nos tiene.

·        Jesús, en su testamento, nos deja su Cuerpo y su Sangre, a cada uno de nosotros como prenda de su amistad entrañable y alimento para el camino.

·        Si tuviéramos que resumir el mensaje central de hoy en pocas palabras, podíamos decir: Jesús quiere tener una familia de hermanos, de amigos, con una relación cálida de amistad cada día.

·        Ninguna Eucaristía sin un ENCUENTRO cálido con Jesús, diciéndole: Me siento orgulloso, Jesús, de hablar contigo. Deseo parecerme hoy a ti en amor, actitud positiva y buen humor. Quiero crecer en amistad contigo y con todos. Que cada día me sienta más cerca de Dios.

P. Pedro Olalde.

Domingo de Ramos (9 de abril de 2017)

Mt 26,14-27,66 / Mt 21,1-11

 1-    Entrada de Jesús en Jerusalén

·        Embriagados por la alegría de cantar al que nunca admitió ser  proclamado, ese amanecer de abril, sus discípulos, estupefactos, aclamaron al humilde profeta de Nazaret, con vivas cuyos sones han inundado todos los rincones del globo.

·        Mt 21,1-11. La multitud extendió sus mantos por el camino: algunos cortaban ramas de los árboles y alfombraban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba: ¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Viva el Altísimo! Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada: ¿Quién es éste? La gente que venía con él decía: Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea.

·     ¡Domingo de Ramos! Domingo de la celebración procesional portando ramos de olivo y cantando: ¡Viva el Hijo de David! Desciendo, Jesús, a mi santuario interior para vivir esta fiesta tuya con gran entusiasmo. Quiero proclamarte como a mi Señor: ¡Gloria al Mesías de Dios! ¡Gloria al que ha recorrido los pueblos de Galilea y ha sellado todos los rincones con la marca de su amor!

·   Me adhiero fervoroso a la comitiva de tus incondicionales y quiero participar en la espontánea aclamación, a ti, profeta de los nuevos tiempos.

·      Hoy, yo quiero con los discípulos, los niños y los sencillos, bendecirte como al Mesías. Yo también llevo en mis manos un ramo y te proclamo con fuerte voz: ¡Bendito, tú, Señor, que nos miras con ternura y no dejas de bendecirnos!

·      Entra, sí, en nuestras ciudades e inúndalas con el Viento de tu Espíritu para que nos parezcamos un poco más a ti, y nuestro mundo sea cada vez más fraterno.

·       Manso y humilde, avanzas, a lomos de un asno. Los grandes de este mundo se avergonzarían de entrar así en sus ciudades, pero tú no te pareces en nada a ellos y tienes tus propios modos, que rompen todos los moldes.

·        Aceptas las aclamaciones, porque proceden de corazones limpios, que expresan su admiración por ti, su acción de gracias al Dios de los pobres.

 2-    Crucificado

·    Aquel atardecer penetré en la solitaria ermita. Presidía una enorme cruz de Cristo sangrante. Contemplé el misterio arrodillado y con el rostro pegado al suelo. ¿Por qué los soldados le cosieron al hombre más justo con crueles clavos al desnudo madero?, me interrogué silencioso. Y no encontré respuesta.

Jesús dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu (Mt 27,50)

·        Sálvate a ti mismo y bájate de la cruz, te decían burlándose de ti los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos. No te bajes, sigue en tu cruz, Jesús, y no nos dejes solos en nuestra aflicción. ¿En quién encontrarán si no un alivio en sus penas, tantos torturados en las cárceles, tantas víctimas de guerras, tantos enfermos crónicos, si no te sienten crucificado junto a ellos?

·     Padre Dios, ¿dónde estabas cuando le crucificaron a tu Hijo? ¿Por qué te ocultaste? ¿No sentías su dolor y su abandono? Contemplo extático el momento supremo en que lanzaste  tu grito desgarrador: Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

·        Pero, ¿es realmente así? Si lo ha dejado morir solo y abandonado en la cruz, Dios no solo era un Dios insensible, sino también un Dios cruel. Los primeros cristianos afirmarán rotundamente: En Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo (2Corintios 5,19). Cuando tú, Cristo, sufres en la cruz, el Padre sufre tu muerte. Ambos sufrís, aunque de manera distinta: tú, Cristo, sufres la muerte en tu carne humana. El Padre sufre tu muerte en su corazón de Padre.

·        Este Dios crucificado con nosotros es nuestra esperanza. No sabemos por qué Dios permite el mal. Y, aunque lo supiéramos, no nos serviría de mucho. Sabemos que Dios sufre con nosotros. Esto es lo decisivo, pues con Dios la cruz termina en resurrección, el sufrimiento, en dicha eterna (Inspirado en “El camino abierto por Jesús, J. A. Pagola, pág. 290).

 3-    Los crucificados de Auschwitz. Me gustaría juntar las manos y decir: Hijos, soy tan feliz y estoy tan agradecida y la vida me parece tan bonita y llena de sentido. Sí, bonita y llena de sentido, mientras estoy aquí, al pie de la cama de un amigo muerto, muerto demasiado joven y a pesar de que pueda ser deportada en cualquier momento, Dios mío, te estoy agradecida por todo (ETTY HILLESUM. Diario 16-09-42. Pág. 168).

·      ¿Cómo es posible que este prado, rodeado de alambres de espino, al que han sido arrojados tantos destinos y tanto sufrimiento humano, parezca en mis recuerdos algo casi agradable? ¿Cómo es posible que mi mente no se haya oscurecido, sino que esté más iluminada y esclarecida? He amado mucho la vida aquí, en mi escritorio, entre mis escritores, mis poemas y mis flores. Y ahí, en los barracones, llenos de gente aterrorizada y perseguida, he encontrado la confirmación de mi amor por la vida. ¿Cómo podré escribir esto alguna vez? Describirlo de tal manera que otras personas sean capaces de sentir lo hermosa, o valiosa y justa, sí, justa, que es la vida en el fondo (ETTY HILLESUM. Diario 22-09-42. P. 175)

·    Una emisora de radio inglesa dijo que desde el año pasado habían muerto 700.000 judíos en Alemania y en los países ocupados. Y en el caso de que lográramos sobrevivir, tendríamos que soportar para el resto de nuestras vidas profundas heridas. Y aun así no me parece que la vida no tenga sentido. Dios no lo puede remediar. Dios tampoco nos debe una explicación. Ya he muerto mil veces en un campo de concentración. Lo sé absolutamente todo y las nuevas noticias tampoco me intranquilizan ya. De una o de otra manera soy consciente de ello. Y a pesar de todo, la vida me parece hermosa y llena de sentido. Cada minuto de la vida (ETTY HILLESUM. Diario 29-VI- 42. Pág.113).
      
      P. Pedro Olalde.

5º Domingo de Cuaresma (2 de abril de 2017)

Jn 11,1-45

   1-    El estilo peculiar de Juan. El evangelista Juan tiene 7 narraciones que llama signos. Estos tres últimos domingos estamos leyendo el 5º, 6º y 7º. Hace 15  días tuvimos el relato de la samaritana: Jesús es el Agua Viva, que satisface nuestra sed de felicidad. El estilo siempre es el mismo. Se narra un hecho de vida: la samaritana que llega al pozo de Jacob con un cántaro. Se entabla entre Jesús y ella un diálogo. Es una catequesis, a través de la cual, la samaritana va descubriendo quién es Jesús: primero, un judío, luego, un profeta y, finalmente, el Enviado de Dios. 
                                                                                                           
     El domingo pasado se explicó el pasaje del ciego de nacimiento. Es también un signo, una catequesis, en que se trata cómo se pasa de no ver a ver a Jesús. Aquí también hay pasos.

   2-   La resurrección de Lázaro. Hoy tenemos el 7º signo, la resurrección de Lázaro. Es otra catequesis. El mensaje central es la proclamación de Jesús: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto vivirá. De modo que lo central no es: Lázaro, sal fuera. Y el muerto salió del sepulcro. La interpretación buena es: Lázaro está vivo. Vive en Dios. No quiere decir que Lázaro vuelve a esta vida para morir luego por segunda vez.       
                            
   ·   El mensaje fuerte es: Se nos concede a todos la promesa firme de nuestra resurrección. Como Jesucristo resucitó, así resucitaremos nosotros.
  
  3- Muerte y vida. Relato de la resurrección de Lázaro: maravillosa escenificación de  la lucha titánica entre la muerte y la vida, con todo un séquito de acompañantes a  cada contendiente. 

     + Los pajes de la muerte: el desgarro, la tristeza, la duda, la losa     
     + A la Vida se la ve escoltada por la fe, la esperanza, la fuerza de la palabra.                    
    + Todo acontece ante la presencia excepcional de Cristo, que ordena con imperio a la muerte y ésta le devuelve lo que él ha conquistado en su muerte victoriosa.  
  
  4- La muerte. Mi Jesús, médico divino, que ofreces remedios eficaces  a las grandes heridas humanas. Hoy, te contemplo extasiado enfrentándote a la misma muerte, la más grave de que es víctima la persona que llega al escenario de esta vida.

·        El relato de Lázaro también es símbolo, signo y profecía. Narra el regreso del fallecido Lázaro a esta vida, pero, más bien, explica su tránsito al cielo de Dios.

·        Es signo del poder resucitador tuyo, Señor, que con tu entrega te has hecho merecedor de vivir en Dios, y nos haces a todos partícipes de tu triunfo.

·        Es profecía, es explicación catequética de lo que resonará en nuestros oídos, tras el paso por la muerte: Yo soy la resurrección y la vida.

·        Entonces, Jesús, el velo del misterio se correrá ante mis atónitos ojos y veré, por fin, que tú eres el sentido de mi vida, la meta hacia la que todo confluye.
  
  5- Creo en Cristo Resucitado. ¿Con qué fuerza creo que estás vivo e impulsas mi vida hacia la plenitud final? ¿Creo verdaderamente que tú eres el corazón del mundo?

·        Creo que  estarás conmigo cuando la enfermedad y la muerte me visiten. ¿Seré capaz entonces de hacer mi mayor acto de fe en tu amor incondicional?

·        En mi horizonte cercano vislumbro la luz deslumbrante de la Pascua eterna.

   6- Vivir al Resucitado.  Si el cristianismo eres tú, Cristo, nuestra máxima aspiración es vivirte, gozarte y reproducir tus rasgos en la vida, construyendo la novedad de un mundo distinto. Nuestra Iglesia será fuerte cuando tú llegues a ser experiencia viva en los cristianos.

·        Hacer arder los corazones de los creyentes debería ser la campaña a realizar en nuestras comunidades cristianas conduciéndonos a tener un contacto vivo contigo, Señor Resucitado. De otro modo, tú serás un personaje de museo.

  7-  Implicaciones de la fe en el Resucitado.  La fe en el resucitado es afirmar y experimentar que Cristo está vivo, que transforma toda mi realidad y me contagia de su tono vital. Es vivenciar a Cristo Viviente, cuando nos reunimos en su nombre dos o tres, o bien nos postramos ante él, solos, en el silencio de nuestra alcoba. Creer en el Resucitado es estar persuadido de que al orar no me dirijo a una pared, sino a  Cristo. Es percibir que él es mi fiel acompañante. Mil gracias, mi Señor.

   8- Testimonio de Dietrich Bonhoeffer. Este pastor protestante reflexionó profundamente sobre el paso de esta vida a la otra. Decía: Nadie ha creído aun en Dios y en su reino, nadie ha oído sobre el reino de los resucitados, sin sentir nostalgia de esa hora, aguardando y esperando con gozo ser liberado de la existencia corporal. No importan en absoluto que seamos jóvenes o viejos.

·        ¿Qué son 20, 30 ó 50 años a los ojos de Dios? ¿Y quién de nosotros sabe lo cerca que pueda estar ya de la meta? Que la vida solo comienza de verdad cuando acaba aquí en la tierra; que viejos y jóvenes deben pensar del mismo modo en ello.

·        ¿Por qué nos asusta tanto la muerte? La muerte solo es terrible para los que viven en el terror y el temor de ella. No es salvaje y terrible si nos aferramos a la Palabra de Dios. La muerte no es amarga, a menos que nos hayamos vuelto amargos nosotros mismos.

·        Es gracia, el mayor don de gracia que Dios da a su gente que cree en él. Nos dirige con poder celestial si tan solo nos damos cuenta de que es la entrada a nuestra patria, el tabernáculo de gozo, el reino eterno de paz. La muerte es el mayor sinsentido, si no la transforma nuestra fe. Pero eso es, precisamente, lo más maravilloso: que podemos transformarla.

      P. Pedro Olalde.