Mt 13,44-52
Mateo 13,44-45. Sucede con el reino de
los cielos lo que con un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo
deja oculto y, lleno de alegría, va, vende lo que tiene y compra aquel campo.
También sucede con el reino de los cielos lo que con un mercader que busca
ricas perlas, y que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que
tiene y la compra.
1- Testimonio. Este es el testimonio de un amigo
cubano, a quien le llamaremos José Luis. Es un hombre casado de unos 50 años de
edad. Pasó la mayor parte de su vida en Cuba, militando en el partido comunista
del régimen de Fidel Castro. Como había hecho una carrera universitaria, fue
con el tiempo ocupando puestos de relevancia en el partido, de modo que era de
las personas destacadas en la cúpula de la dirección. Más tarde, con otros
compañeros, tuvo la oportunidad de ir a Moscú a ampliar estudios e imbuirse de
la doctrina marxista.
· Este
período de su vida fue decisivo, porque le ocurrió algo inesperado: se fue
dando cuenta, poco a poco, de que estaba viviendo en la mentira y que lo que
tenía que hacer en adelante era abandonar el partido y emprender una vida en
libertad, de acuerdo a su conciencia, renunciando a la mentalidad que le habían
inculcado desde su juventud.
· Al
volver a Cuba, comenzó su retirada de la organización en la que había militado
en más de 25 años. Fue tratado de contrarrevolucionario, denigrado y
considerado como enemigo declarado de su patria. Fue despedido de su trabajo y
se encontró sin ningún respaldo económico, de modo que tuvo que recurrir a la
venta ambulante para hacer frente a sus necesidades más básicas.
· En
cuanto pudo salió de Cuba para venirse a España, donde encontró apoyo personal,
al tiempo que hacía un doctorado. Ahora se dedica a la enseñanza. Después de
muchas gestiones, consiguió traer a su familia a España.
2- Mateo 13,44-45. El evangelista explica lo que ocurre
en el reino de Dios, y lo compara con el hallazgo de un tesoro escondido. Para
llevar a cabo su decisión de hacerse con el tesoro, el cambio de vida, José
Luis sabía que tendría que pagar un alto precio, la renuncia a una vida
bastante acomodada, un coste elevadísimo, que muchos no hubieran pagado por
nada del mundo.
· En
el testimonio citado hay un detalle muy significativo: el momento en que José
Luis toma conciencia de que vive engañado, es decir, en la mentira. Esta
realidad es muy decisiva: la voluntad se decide si la mente se convence de que
se gana con el cambio.
3- Pero, ¿cómo descubrir que Dios es un
tesoro? Muchos
no serían capaces de hacer, en un caso similar, lo que hizo José Luis, en el
suyo. En el fondo se trata de sopesar dos realidades: la que uno vive y aquella
a la que aspira, la del tesoro.
· Nuestro
protagonista cubano era creyente, de tal modo que había hecho bautizar a sus
hijos, y el ser cristiano se le presentó muchísimo más halagüeño que seguir en
el partido comunista.
· En
resumen, los dos valores que se le presentan al hombre para elegir son: Dios y
el dinero. Y me atrevo a decir que muchos están condenados a no descubrir nunca
que Dios sea el mayor de los tesoros.
· Los
que conocieron a Jesús, hace 2000 años, estaban fascinados de cómo hablaba de
Dios, de lo que gozaba en el trato diario con el Padre. Por eso, se empeñó en
alma y cuerpo en transmitirles un mensaje de luz y optimismo para que le
conocieran bien. San Pablo dirá también que en comparación de Cristo, todo le
parecía basura.
4- Al fin, Dios se deja encontrar. No es fácil pagar tan alto precio
para hacerse con el tesoro. Sólo podrán hacerlo quienes lleguen a conocer el
gran valor del mismo, Dios. ¿Hay algún camino que conduce a este conocimiento?
· Como
todo lo humano y lo divino pasa por nuestra voluntad, el camino a seguir es
afianzarla para que ésta pueda abrirse a un esfuerzo normal, propio del que
ponemos en los demás asuntos.
· Muchos
quedan bloqueados aquí, no sabiendo o no queriendo dar medio paso para superar
el obstáculo.
·
El
camino a seguir para valorar en su justo precio el tesoro, es ir creciendo en
interioridad, a través de la lectura, la reflexión, la oración. Dado este paso,
puede uno decidirse por la compra del tesoro.
· Es
decir, la apertura al misterio requiere salir de la propia pobreza para acoger
la riqueza de Dios, mediante el cultivo de la espiritualidad, teniendo en
cuenta, como nos lo asegura la fe, de que nos habita el Espíritu de Dios.
· La
oración no son palabras vacías que lanzamos al aire, sino una actitud, una
decisión responsable que nos empuja a encontrarnos con el Dios Amor.
· Así
pues, la apertura a la oración es indispensable para descubrir el tesoro de que
el evangelio habla. Por eso, debería ser normal orar, del fondo de nuestro ser:
¡Dios mío, si existes, déjame verte,
oírte, tocarte!
· Uno
piensa que el hecho de que son pocos los que dan el paso de la indiferencia al
encuentro con el tesoro, es debido a que se cree que ésta es una causa perdida.
Por eso, habría que seguir otro camino: buscar la experiencia gozosa, que es el
ejercicio de la fe y el encuentro con Dios, experiencia que está muy por encima
de todas las humanas y materiales. Quien no descubra que Dios es la respuesta a
los más profundos interrogantes y anhelos del corazón humano, será imposible
que alcance a descubrir el tesoro de Dios.
P. Pedro Olalde.